Panorama Político // 2018-08-05
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Desgobierno
Mientras la oposición se reunifica, el Presidente Macri elige profundizar el ajuste. Asfixiado políticamente apela a la distracción mediática y judicial. Al ritmo de una crisis que se profundiza, aparece más explícitamente la violencia y el miedo como último recurso.


Una de las lecciones más dolorosas que deben aprender los argentinos que padecen la gestión del Presidente Macri, es que siempre se puede estar peor, caer más profundamente. Paradójicamente, es difícil dejar de sorprenderse. Mientras siguen arreciando las boletas por servicios con montos confiscatorios y se recortan las asignaciones familiares perjudicando los derechos de casi medio millón de chicos, el gobierno satura los diarios, radios y las pantallas de los canales oficialistas con imágenes de una razzia contra ex funcionarios y empresarios donde, lo único que no se muestra, son las pruebas de los supuestos delitos que se publicitan. Pero contar con evidencias para acusar y encarcelar a alguien, es un detalle intrascendente para la justicia oficialista. Hoy, la búsqueda de la verdad, ha sido reemplazada por la venganza y la manipulación. Lo único que se persigue es enrarecer el clima social y envenenar el humor de la opinión pública para desplazar su atención y su descontento hacia otros imaginarios e inexistentes enemigos. La Nación y Clarín fueron nuevamente los encargados de proveer los insumos para alimentar el odio que sostiene todo el andamiaje macrista. La alianza Cambiemos deduce que, si una porción de la clase trabajadora le dio su voto para destruir los derechos alcanzados por los sectores populares en gobiernos anteriores, manipulando sus ideas y sustituyendo su voluntad, puede repetir indefinidamente esa operación volcando incluso esa frustración, de una mayoría hoy irritada y confundida, contra los argentinos más pobres y castigados. Sin embargo la realidad se revela contra los pronósticos oficialistas y sus sueños de un país para pocos.

Problemitas que matan. Con la consigna de que el gobierno no es culpable de nada, el Presidente Macri culpa de la crisis al mundo, el pasado, el futuro, los kirchneristas, los pobres, las cosas y otra larga lista de supuestos irresponsables. Esa distancia e indiferencia con la realidad cotidiana; esa falta absoluta de empatía con los que más lo necesitan lo encontró indiferente frente a la tragedia que enluta a los docentes argentinos luego de la explosión, por una fuga de gas, en la Escuela Nº 49 de Moreno que provocó la muerte instantánea de la vicedirectora Sandra Calamaro y el auxiliar Rubén Rodríguez. “Problemita” fue el desgraciado calificativo con el que indirectamente el Presidente se refirió al hecho. Una tragedia, dicho de paso, que anticipan otras por el estado de abandono y desinversión al que está sometida la educación en el país. En el distrito de la gobernadora María Eugenia Vidal, donde ocurrió el desastre, hay denunciados 800 establecimientos educativos con problemas graves de infraestructura.

Los chicos, últimos. El Presidente tampoco mezquina compromisos cuando se trata de entregar los derechos de los argentinos. Con la consigna de llegar con chances electorales al 2019 metió recorte en las Asignaciones Familiares con el argumento de “eliminar distorsiones”. Esta distorsión fue suprimida traspasando, por decreto, $600 millones del bolsillo de los trabajadores al Fondo Monetario Internacional, para que este organismo mantenga abierto el grifo de los dólares, el único salvavidas de plomo que aún mantiene en pie al gobierno. El ajuste a las asignaciones por hijo, prenatal y ayuda escolar caerán sobre el presupuesto de cientos de miles de familias de interior del país. Esta medida centralista y regresiva, castiga también a la provincia de Mendoza, afectando el presupuesto de miles de familias que viven en los Departamentos de Maipú, Las Heras, Luján de Cuyo, Tupungato, Tunuyán, Rivadavia, Malargüe, San Carlos y San Rafael. Solo a modo de ejemplo, la ayuda escolar anual que era de $1764, a partir de ahora será de $1.322 para todo tipo de ingresos. Si bien, apretado por los gobernadores, Mauricio Macri decidió suspender por treinta días la medida, la decisión de fondo se mantiene.

Esperpento jurídico. Tal como se ha denunciado desde esta misma columna, el Presidente Macri se empeña en lastimar a sus adversarios políticos con un arsenal de arbitrarias resoluciones judiciales, difamaciones mediáticas, denuncias y encarcelamientos injustificados, persecuciones ilegales y decretos abusivos e inconstitucionales. Para ello cuenta con una nutrida fuerza de tareas que integran jueces, fiscales, comunicadores sociales, legisladores, trolls, sindicalistas, corporaciones transnacionales entre otros poderosos factores de poder. La intervención al Partido Justicialista, que en abril decidiera la jueza Barú Budú Budía, tiene el sello inconfundible del oficialismo. Esta sospecha se transformó en certeza cuando se designó al impresentable menemista y hoy aliado macrista Luis Barrionuevo como interventor. “Es una operación política” sostuvo Agustín Rossi. “Es un golpe judicial contra el sistema de partidos”, aseguraron, en ese momento, José Luis Gioja y Guillermo Carmona.

Sin embargo, esta semana, la Cámara Nacional Electoral revocó el fallo de la jueza María Romilda Servini de Cubría, ordenando el fin de la intervención y restableciendo en sus cargos a las legítimas autoridades partidarias que encabeza José Luis Gioja. El demoledor dictamen de la Cámara revela el carácter político de esta intromisión al afirmar que revoca la medida judicial “(…) en resguardo de la vida interna del partido, para protegerlo de intromisiones en procesos y modalidades que deben quedar librados a sus autoridades y afiliados”. También afirma que “la intervención judicial dispuesta (…) resultó a todas luces excesiva y establecida fuera de los límites en virtud de los cuales puede ser dispuesta.” El mismo texto del dictamen de los Camaristas, exime de cualquier otro agregado.

Los Caminos de Santiago. Si hay un hecho que desnuda todas las miserias del gobierno nacional es el caso de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado. Prejuicios, violencia, encubrimiento, abusos y manipulación han sido los patrones de conducta de quienes, en nombre del Estado, deberían perseguir la verdad e impartir justicia. Maldonado desapareció en el marco de un procedimiento ilegal que reprimía una protesta del Pu Lof en Resistencia Departamento Cushamen y apareció muerto después de dos meses y medio de ese suceso violento. Esta semana se cumplió un año de esa trágica jornada. En solidaridad, una muchedumbre se dio cita en Plaza de Mayo para exigir verdad y justicia. Sergio Maldonado, hermano de la víctima, que viene luchando denodadamente para desenmascarar la impunidad del poder, denunció que el gobierno “sigue negando la desaparición forzada seguida de muerte” de Santiago.

La respuesta del gobierno no se hizo esperar. El presidente Mauricio Macri aprovechando un nuevo aniversario de la creación de Gendarmería Nacional, la fuerza que reprimió aquel 1 de agosto de 2017, acercó sus felicitaciones a los uniformados por el “ Respeto por los que tenemos al lado y piensan distinto". Una verdadera provocación en medio del dolor que sufren amigos y familiares del artesano que murió en un acto de solidaridad pero también por atreverse a desafiar los intereses de los grandes terratenientes extranjeros de la Patagonia.

Aún no concluía la jornada cuando, un grupo de encapuchados, atacaron con adoquines y piedras el teatro ND Ateneo, ubicado en Paraguay y Suipacha de la ciudad de Buenos Aires. El atentado se produjo a minutos de iniciarse la proyección del documental “Los caminos de Santiago. Desaparición y muerte de Santiago Maldonado” del cineasta Tristán Bauer. Luego de estampar pintadas y arrojar panfletos, los dudosos anarquistas, se retiraron sin ser molestados por ningunos de los cientos de policías y gendarmes que militarizan la ciudad, pero que casualmente habían desaparecido al momento de la agresión. También, y mientras se producía el ataque, la señal televisiva de noticias C5N, el único medio que transmitía en directo lo que acontecía, recibió una amenaza de bomba. Demasiadas coincidencias para no sospechar.

El peronismo avanza en la construcción de una alternativa electoral. Como previa de un Congreso Partidario que realizará el PJ el próximo sábado, la dirigencia justicialista participó de un encuentro en Tunuyán, tierras gobernadas por el intendente peronista Martín Aveiro.

La derrota del 2015 luego de 12 años de gobierno significó para el peronismo un golpe duro del cual le costó reponerse. Ahora debía acostumbrarse a ser oposición en un país signado por globos amarillos y la revolución de la alegría. En Mendoza la derrota significó la pérdida de intendencias, la pérdida de la Universidad, y de sindicatos fundamentales como el Sute, además, por supuesto, de la gobernación de la provincia en manos del frente Cambia Mendoza que obtuvo la victoria bajo el liderazgo de Alfredo Cornejo, un candidato fuerte y con gran aceptación social.

Sin embargo el peronismo viene dando algunos pasos importantes para convertirse en alternativa electoral, a pesar de las elecciones fragmentadas legislativas del año pasado. En los departamentos el cuarto oscuro era un reflejo de la desorganización, donde podían verse hasta ocho listas diferentes de candidatos a concejales.

El Presidente del Partido Justicialista Omar Félix fue elegido el año pasado como diputado nacional. A pesar de que los diputados nacionales por Mendoza Rubén Miranda, Guillermo Carmona y Omar Félix participan en bloques separados en la Cámara, en Mendoza pudieron ir llegando a acuerdos políticos que permitieron, además de un trabajo cohesionado en la legislatura provincial, la toma de posición en temas fundamentales para la provincia como los tarifazos o la inmensa deuda contraída por el gobierno de Cornejo.

El acto más importante del año para la oposición peronista fue cuando Agustín Rossí visitó la provincia en medio de su recorrida como pre candidato a la presidencia de la Nación. La CGT, organizaciones sociales, el arco peronista y organizaciones kirchneristas que no pertenecen al PJ confluyeron en un masivo acto que tenía como consigna “construir unidad” y ser una oposición fuerte al gobierno de Alfredo Cornejo, a pesar de que semanas atrás el sector compuesto por La Cámpora y el Ciurquismo se separaron del único bloque peronista que había en la legislatura provincial.

El acto en Tunuyán donde confluyeron más de 900 dirigentes peronistas de toda la provincia, es otra consecuencia de las redes de acuerdos que está tejiendo el PJ. Participaron todos los intendentes de la provincia Martín Aveiro, Roberto Righi, Emir Félix y Jorge Omar Giménez, además de los tres diputados nacionales Omar Félix, Guillermo Carmona y Rubén Miranda, el Secretario General de la CGT Oscar Arancibia y los legisladores y legisladoras del bloque peronista de la legislatura.

El encuentro cerró con la lectura de un documento consensuado leído por el legislador Luis Bohm, en el que destacaron la necesidad de “construir una propuesta de futuro positivo para Mendoza, donde el peronismo recupere una centralidad en la construcción de un frente electoral amplio, que defienda el interés de los mendocinos”, y afirmaron que “los mendocinos y sus problemas no necesitan candidaturas personalistas, sino proyectos que faciliten la realización de sus sueños”.

En tanto, el diputado nacional Guillermo Carmona afirmó que el candidato a gobernador por el peronismo saldrá de ese espacio, y que no permitirán que el gobernador Cornejo “se meta en nuestros asuntos internos”, y se alegró ante la posibilidad de poder sintetizar junto a toda la dirigencia al peronismo y el kirchnerismo en un sólo frente político.

El próximo sábado será el Congreso Partidario, a la vez que se realizará en Ensenada, provincia de Buenos Aires un encuentro masivo del peronismo. El PJ deberá terminar de definir en ese congreso la fecha de las elecciones partidarias, que por lo que anticiparon sus miembros será en el mes de noviembre.

El desafío para el peronismo ahora será lograr la unidad de todos los sectores para evitar una interna partidaria. Los diferentes dirigentes que hablaron en el acto el día de ayer afirmaron que el movimiento peronista es el único capaz de sacar a la Argentina de esta crisis. Deberán demostrarlo en las propias elecciones partidarias. Definitivamente no es el momento para que la oposición se inmiscuya en disputas internas si quiere construirse como una alternativa electoral potable para la sociedad mendocina.

En tanto, a nivel nacional las cosas parecieran avanzar en el mismo sentido. De hecho, la ex presidenta Cristina Kirchner participó el viernes pasado de un acto en el sindicato Smata donde compartió además una charla, y una foto, con el líder de camioneros Hugo Moyano que afirmó que todos los sectores están "trabajando con todo el peronismo y organizaciones sociales y sindicales para hacer un frente común con un pensamiento parecido".

La responsabilidad política de torcer los destinos a los que está condenando el gobierno de Cambiemos a este país, es de la oposición, y sin dudas se necesitarán dirigentes a la altura de las circunstancias, capaces de liderar un frente político que exprese un proyecto de país antagónico al que estamos viviendo, es decir, un proyecto de país en el que estén incluidas las mayorías populares.


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