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Entre el discurso tras ganar el balotaje de este domingo 19, sus primeros anuncios como presidente electo y una entrevista brindada meses atrás en TN durante el programa de Diego Sehinkman se retrata el panorama que afrontará la Argentina de cara a los próximos meses.
En ese mencionado diálogo televisivo, Milei plasmaba su intención: incendiar para “reconstruir” desde las cenizas. Podría ser considerado una forma absurda de perder votos. Sin embargo, ante un panorama de crisis económica prolongada, inflación elevada y gradualismo que no dio respuestas a las necesidades de las mayorías, más de la mitad de los votantes abrazaron la idea del entonces candidato.
En un diálogo vinculado a la crisis económica, Javier Milei puntualizaba su deseo del estallido económico.
JM- Yo prefiero que explote y que se lleve puesta a toda esta basura de casta política.
DS -El tema es que no se lleva puesta solo a la clase política, barre como un tsunami a toda la Argentina.
JM- Está bien, pero la otra se lleva puesto solamente al sector privado que paga los impuestos. Vos me querés arruinar la vida, bueno, que se arruine la de todos. Que estalle.
DS- ¿Qué dijiste?
JM- Que estalle
DS- ¿Que estalle qué?
JM- Que estalle la economía, sí que estalle
Javier Milei ganó en el balotaje y comenzó a mostrar sus cartas de cara al primer gobierno de ultraderecha que estará al frente del país. En ese contexto, señaló cuál será la premisa: un ajuste brutal sin miramientos.
“Hoy se termina el modelo del Estado omnipresente que solo beneficia a algunos mientras empobrece a la mayoría”, aseguró en el inicio de su discurso. ¿Corren riesgo la salud y la educación pública? Durante mucho tiempo señaló que “el mejor sistema de salud/educación que puede tener un argentino es en el que paga por sus servicios”.
En los últimos días de la campaña y en sus más recientes spots negó que vaya a avanzar con esas medidas. “Son campaña del miedo”, aseguró. ¿Nos mintió siempre Milei? ¿O mintió el Milei del debate y el final de la campaña?
Terminó la campaña del miedo, comienza el miedo
Más allá de haber negado sus premisas fundamentales durante sus últimos días, Milei garantizó que habrá aval para la represión de quienes se opongan a sus decisiones. “Sabemos que hay gente que se va a resistir. A todos ellos quiero decirles lo siguiente 'dentro de la ley todo, fuera de la ley nada'. En esta nueva Argentina no hay lugar para los violentos, vamos a ser implacables”, advirtió
En tanto que, lejos de mesurar sus declaraciones, agitó una posible transición conflictiva. Un gobierno sin poder durante los próximos 20 días y las promesas de dolarización en el gobierno venidero son el anuncio tácito de una corrida cambiaria que tendrá lugar –casi sin posibilidades de que no ocurra- durante los próximos días.
“Sálvese quien pueda” en un contexto de inflación alta y salarios pulverizados, Milei propone arrasar aún más para asumir entre las cenizas de una economía incendiada y “reconstruir” desde ahí.
“Que se hagan cargo de su responsabilidad hasta el final del mandato el 10 de diciembre. Así, una vez finalizado el mandato, emprendamos el cambio”, expresó. En tanto que sintetizó que se diferenciará del gobierno de Macri –que hizo un ajuste fuerte, pero de forma gradual- e irá a fondo con el recorte.
“No hay lugar para el gradualismo, no hay lugar para la tibieza, no hay lugar para medias tintas. Si no avanzamos rápido con las ideas que Argentina necesita nos dirigimos a la peor crisis de nuestra historia", señaló.
Por otro lado, el libertario contará con el apoyo del PRO y parte del radicalismo que serán sus garantes de gobernabilidad. Con un Juntos por el Cambio fracturado, el partido fundado por Mauricio Macri será el aliado en el ajuste y la represión que Javier Milei quiere emprender.
“Se ha terminado una forma de hacer política y empieza otra”, expresó el presidente electo. Y no se refirió a la dirección política, que ha variado con los años, sino a los modos. El ajuste no pasa sin represión y Milei anuncia que la llevará a cabo.
El trompo se cayó y no fue un mal sueño
La “era Milei” comenzó este lunes por la mañana. Si bien el presidente electo dice que su responsabilidad comienza el 10 de diciembre y en términos legales así lo es, la economía se rige con expectativas y no solo responde a medidas concretas, sino al “qué se espera”.
En la mañana de este lunes 20 de noviembre, los bonos argentinos de Wall Street subieron por la esperanza de un gobierno más “pro mercado”. Incluso las de YPF, ante una posible privatización también aumentaron considerablemente su valor en la bolsa neoyorquina.
Sin embargo, la respuesta del mercado no tiene por qué ir de la mano con los intereses de los trabajadores. YPF, que en muchas ocasiones funcionó como un regulador de los aumentos, pasará a manos de privados y se librará a las fuerzas del mercado. En un principio, esto hace esperar un fuerte aumento de los combustibles y “tarifas sinceras” como mencionaban los funcionarios de Macri años atrás.
Otras de las medidas anunciadas son las privatizaciones de la Agencia de Noticias Télam, Radio Nacional y la TV Pública. Por las experiencias previas, acarreadas de los ’90 y los ajustes durante el Gobierno de Macri, los trabajadores saben que eso se traduce en dos cosas: persecución ideológica y despidos masivos.
En tanto que Milei, además, sentenció que buscará derogar la Ley de Alquileres y permitir que propietarios e inmobiliarias puedan cobrar en dólares a los inquilinos. Una respuesta pro mercado que cachetea aún más a un sector que ya viene golpeado.
Otro gran interrogante se abre sobre un tema que Milei planteó como necesario, pero no prioritario: los derechos de las mujeres. Una reconocida frase de Simone de Beauvoir planteaba: “No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida”.
Así parece que será de la mano de Milei. La Interrupción Voluntaria del Embarazo, la promoción de la salud de la mujer y hasta la Educación Sexual Integral (ya involucrada en un sentido más general) son puestas en dudas respecto a su continuidad.
En la película “El Origen” (Inception en inglés), protagonizada por Leonardo DiCaprio, el protagonista hacía girar un trompo para saber si estaba soñando o estaba despierto. Muchos de los argentinos quisimos hacer girar ese trompo y descubrir que solo fue un mal sueño. Pero no, es una mala realidad a la que deberemos enfrentar durante los próximos cuatro años. Ajuste, represión, pérdida de derechos y desempleo son los primeros obstáculos que se ven en el horizonte.
La organización social, la solidaridad y la política como premisas deberán ser las herramientas para capear el temporal.