Panorama Político // 2017-03-26
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House of Cards a la mendocina
El invierno de 2015 comenzó exactamente el 21 de junio a la noche para muchos. Luego de una tensa jornada electoral, se instalaba en los mendocinos una certeza y unos cuantos interrogantes. La derrota del peronismo gobernante era un hecho, tan cierto como el triunfo de Alfredo Cornejo, enancado en una amorfa coalición conformada más para ganar que para gobernar.


Cambiemos, incluía e incluye, al menos por ahora, además del radicalismo,  desde el PD y el PRO a la derecha de su pantalla señora, agrega un ingrediente de ultrapragmatismo massista y concluye con la cerecita de Libres del Sur, éstos últimos con un perfil ideológico incomprensible, si es que lo tiene.

Las dudas eran y son, mucho más profusas, pero la principal de ellas es si habían consagrado a un líder con capacidad de proyectar la provincia o a un más módico “ordenador de cuentas” de vuelo corto. Este segundo concepto fue instalado previamente por el propio Cornejo cuando jugó fuerte en la Legislatura para impedir la aprobación de los dos últimos presupuestos de Paco Pérez, con endeudamiento para aliviar las arcas provinciales incluido. Así, le tiró unos cuantos litros de Infinia al creciente caos financiero hacia el final de la gestión justicialista.

Un componente ineludible para pensar en una provincia que trascienda la imagen de la “acuarela vendimial”, la de los surcos, las hileras y las bodegas, es tener un proyecto o al menos una idea clara para discutir con la compleja trama de sectores e intereses que presenta una sociedad insatisfecha como la nuestra.

La oportunidad de responder al interrogante planteado era pues, la reforma de la Constitución de Mendoza.

Está claro que en la provincia hay sectores de poder  interesados en que nada cambie, que se han opuesto sistemáticamente a cualquier intento de reforma de la ya centenaria “carta magna” como les gusta decir a los anglófilos de turno. Para ello, con astucia, se han valido de sus propios medios periodísticos con sesudos análisis juridicistas o con rabietas expresadas por algunos notorios dirigentes políticos, que los hay en todos los pelajes y colores.

La estrategia de Cornejo en este tema mostró las cartas antes de la segunda mano: su hoja de ruta era un proyecto de reforma parcial, acordada, atribuido al senador Juan Carlos Jaliff que nadie pudo ver “oficialmente”. En ella se incluían dos o tres lugares comunes que ya casi nadie discute (derecho de los consumidores, defensor del pueblo, juicio por jurados) pero que iba, según comentan algunos “sondeados”, al hueso con los temas de la reelección del gobernador (y de los/as intendentes) por un período consecutivo. El actual incluido obvio.

Si algo hay que reconocer es que Cornejo es un tipo de la política y por lo tanto la construcción de su base de sustentación es una aspecto al que le dedica tiempo y esfuerzo. En ese contexto debe leerse la partida de Enrique Vaquié a la Nación y la falta de aval a algunas iniciativas “independientes” de la vice Laura Montero. En este registro también debe entenderse su cambio de opinión de cuando era intendente: “la postura del partido es muy clara y es que queremos aprobar antes las tres leyes electorales (boleta única, desdoblamiento y las primarias abiertas, obligatorias y simultáneas). No estamos cerrados a la reforma constitucional pero sí tenemos muchas diferencias en torno a la reelección”.[1]

Por ese motivo es consciente de que pasada la contienda electoral de ¿octubre? su poder ya no será el que era. Pretende armar las listas con tropa propia, si es posible y quedan, con godoycruceños nyc y hacer las elecciones en algún momento en que la prueba y error macrista no lo empuje hacia abajo. Sabe que aparecerán los que se prueban el saco por Capital con apoyo PRO y los aliados impacientes de Luján, entre otros, para disputar con los conocidos de siempre. El “efecto Macri” como lo llaman algunos, resulta inocultable y ya a esta altura, poco digerible para propios y extraños.

Hasta ahora la oposición no había “asumido”. Dirigentes de distintas jerarquías e incluso algunos intendentes peronistas, principalmente por conveniencia financiera o supuesta astucia, se contaban entre los que frecuentaban reuniones en el “campo gravitacional” del cornejismo. Firmaban la planilla de avales reeleccionista desde afuera. Ese es el tipo de “acuerdos institucionales” que le cierran al gobernador. En el que la opinión es una mera adhesión incondicional o una rendición.

Pero la decisión clara y contundente del Partido Justicialista del pasado lunes oponiéndose a una reforma que le queda chica de sisa a Mendoza, dejó perplejos a Cornejo y a los operadores radicales que vendían humo desde hace tiempo. Al justicialismo, le dejó la certeza de haber recuperado algo de su capacidad de fuego, al menos como poder de veto.

Rápidamente y no sin enojo, el Gobernador asumió la imposibilidad de seguir montado en el zaino de una “reformita” con los números vigentes en la Legislatura, al que había que agregar el insistente cacareo ganso.

Lo único que se le ocurrió como “análisis político” de la piña en pleno rostro, fue culpar a sus contactos dentro del peronismo que le habían mentido y atribuir todo el mérito al kirchnerismo, que había impuesto posiciones en el seno del PJ.

Habrá que reconocerle que en épocas de desorientación, siempre prevalecen los que tienen las ideas más claras.

 

 

1. Cara a cara.Pérez y Cornejo se cruzaron por la reforma, el Gobernador y el intendente de Godoy Cruz intercambiaron humoradas y chicanas sobre la reelección. Un debate que sigue.  Diario Los Andes 9/08/2012.

 


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