Columnistas // 2019-12-03
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La Mendoza cultural necesita una agenda anual consensuada
La provincia se encuentra invertebrada culturalmente. No hay espacios para planificar una agenda anual que tenga en cuenta todo el territorio.


Cuando uno recorre los portales de las principales ciudades del mundo, lo primero que encuentra es la agenda anual de Cultura y otras actividades conexas: congresos, deportes, seminarios.

Mendoza como Provincia sigue invertebrada culturalmente. Cada departamento programa según sus necesidades y no existe el espacio de consenso y acuerdo para planificar teniendo en cuenta todo el territorio y todas las particularidades temporales.

Esa ausencia impide mostrar el potencial conjunto de la Provincia, debilitando la competitividad territorial que debemos construir. No podremos hacer frente a ciudades y territorios muy organizados que te ofrecen con un año de anticipación, todas las propuestas en sus espacios: festivales, encuentros, congresos, ferias, seminarios, fiestas religiosas y temáticas, muestras, concursos, programación de los elencos estables: orquestas, grupos de danza, de teatro y títeres, circo, etc.

Hay que tener en cuenta que cualquier persona que encare hoy la visita a un espacio nuevo, o reitere visita por la buena experiencia, investiga antes y mucho, Internet mediante, lo que tiene para ofrecerle el sitio elegido durante su potencial estadía. No disponer de esa agenda es no tener ni gestión cultural ni gestión turística moderna y en serio.

¿Quién hace la agenda?

En primer lugar el Gobierno a cargo de la administración del Estado, es quien representa a todos los ciudadanos y quien tiene la responsabilidad de consensuar la agenda anual con tiempo y con todos. Antes de avanzar en este tema es necesario aclarar que la agenda no es la agenda del Gobierno de turno o del Ministerio. Es la agenda de todos y debe reflejar las actividades del sector público, del sector privado y del sector asociativo. Esto significa que hay terminar con el narcisismo del Gobierno que se sigue mirando en el espejo del lago y sigue diciendo: “soy el más lindo, soy el único que hace, soy irremplazable. “

Por el contrario, confeccionar una agenda del conjunto de la ciudadanía es una decisión política de la gestión cultural y turística, en acuerdo con los demás sectores que operan en esos campos, respetando los espacios y los tiempos de cada uno. Mendoza tiene una larga experiencia de actividades de gran impacto, generados por el sector asociativo y privado. Por solo nombrar algunos que han ganado su lugar en el calendario y que han logrado sobrevivir al desinterés de algunas gestiones políticas: Festival Flautas del Mundo a cargo de la Fundación Ama al Mundo, Hit That Beat a cargo de Fundación Arte en Movimiento, que también organizaba el Festival Cuyanito de Títeres; Festival Nuevas Tendencias en la Danza producido por Asociación CoCoA y la compañía El Árbol Danza Teatro; CANTAPUEBLO La Fiesta Coral de América organizado por la Fundación COPPLA; Premios Zero , Mendotaku y muchas otras actividades a lo largo y ancho de la Provincia.

Estas actividades tienen como característica ser autogestionadas por estas “empresas híbridas” y que significan un bajo costo para el Estado, en comparación con los faraónicos eventos oficiales que corren con todos los gastos y son financiados por el presupuesto provincial. No solo por eso es importante que el Estado respete esas propuestas no gubernamentales, sino que también sería saludable que dispusiera de algo de presupuesto para potenciarlas, ya que hacen al desarrollo de la iniciativa y la creatividad comunitaria (objetivo fundamental de cualquier propuesta cultural que se precie). Como si esto fuera poco, también son generadoras de mucho empleo joven y dinamizan la economía en los períodos de baja turística en que se realizan.

Una tarea esencial es el relevamiento de todas estas propuestas en el territorio y de las organizaciones gestoras de las mismas, para facilitar una coordinación que sinergice lo privado, lo asociativo y lo estatal. En general, el fuerte del Estado está anclado en el verano con los festivales y las Fiestas de las Vendimias departamentales y la Central. Luego en Semana Santa con Música Clásica por los Caminos del Vino. En el resto del año, el Estado despliega otras propuestas relacionadas con el Libro, la Danza, la Música, el Patrimonio, Congresos, eventos deportivos y otros.

Con una coordinación adecuada, podríamos disponer de una Agenda anual rica y variada, comunicada con anticipación y al servicio de la competitividad territorial que nos debemos.

Y por otro lado, también sería útil para investigar qué espacios quedan vacíos de propuestas y qué meses hay que llenar para garantizar siempre una propuesta atractiva para los mendocinos y los turistas.

Somos lo que planificamos para nuestros ciudadanos y visitantes.

Podemos seguir diciendo que somos un centro cultural muy importante y que cada vez más nos elijen para visitarnos o realizar eventos, pero si no somos capaces de poner en un buen catálogo de servicios y experiencias lo que decimos que somos, nadie nos tomará en cuenta.

O solo a fuerza de más gasto gubernamental en cachet de artistas internacionales o de la compra enlatada de productos culturales o turísticos de gran impacto de convocatoria, se podrá seguir disimulando la falta de una inteligente y eficiente construcción de una oferta que respete la identidad local, el protagonismo de nuestros creativos y la autenticidad, que es lo que se busca hoy en el mundo.

El despliegue en el territorio de esta agenda anual puede ayudar a vertebrar culturalmente la Provincia. Sólo hace falta la decisión política y salir de los escritorios y del autismo para construirla, con adhesión de los municipios y de las organizaciones privadas y asociativas que pueblan cada rincón de Mendoza. Esta es uno de los vectores claves para una política cultural y turística verdaderamente democrática y participativa.

¿Y con la Fiesta Nacional de la Vendimia, qué hacemos?

Seguir con lo mismo es volver a repetir el error. Si la Fiesta de la Vendimia no es difundida con, al menos, un año de anticipación, su impacto pierde el 70% de su valor potencial. Y seguimos convocando al afiche de Vendimia en el mes de setiembre o de noviembre anterior. Ese afiche es al cuete, no llega a nuestras Embajadas, Consulados, ni a las agencias de turismo del mundo, con tiempo para ser elegida como destino o como experiencia cultural altamente simbólica.

Hay que concursar cada Fiesta de la Vendimia dos años antes de realizarla, tener el nombre disponible de la edición y realizar toda la acción de marketing con tiempo, para que sea efectiva y eficiente.

Ya hemos propuesto hace 4 años al Poder Legislativo y tiene trámite parlamentario iniciado, la ley de creación del Ente Autárquico Fiesta Nacional de Vendimia, que tenga la responsabilidad de llevar a cabo esta Fiesta clave para nuestra Provincia.

Esta Ley fundamenta la necesidad de que sea separada del área de Cultura, que disponga de un presupuesto propio y que opere en forma autárquica, gestionando la Fiesta declarada ya Patrimonio Cultural de Mendoza. Al igual que ocurrió hace 100 años con el agua , cuando fue declarada Patrimonio de Mendoza y gestionada autarquicamente por el Departamento General de Irrigación.

Esta Ley permitirá seleccionar a los mejores Gestores Culturales y administradores profesionales para hacerse cargo de la conducción de esa gestión. Superaríamos así las improvisaciones a las que nos tienen acostumbrados funcionarios que no tienen “más remedio que hacer la Fiesta”, contra su voluntad y sin conocimiento acabado de la importancia estratégica de esta Fiesta. Y para sumar beneficios, el Ente Autárquico deberá hacerse cargo del Teatro Griego para su explotación durante todo el año y de la puesta en marcha del Museo de la Vendimia que ya tiene su Ley sancionada.

Todos beneficios para Mendoza, su Cultura y su Turismo


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