Columnistas // 2019-11-05
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Estertores de la desesperanza y el comienzo de la construcción de un nuevo “Pacto Social”
Las sociedades que el liberalismo sin control pretende justificar, han dejado de funcionar. Invocando los valores del libre mercado, han puesto el acento en la acumulación indiscriminada de un pequeño grupo de empresarios, que se han enriquecido con el aval de estos valores a contramano del bienestar del pueblo.


Los ciudadanos comunes están comenzando a atreverse, y lo están haciendo en países hermanos como Chile y Ecuador. Los ciudadanos queremos una libertad más amplia que la del “Súper mercado”.

Políticas descontroladas, como las vividas actualmente en Argentina, instrumentan la validación de las decisiones de los oferentes del mercado, como la principal relación social, porque son conocedores de que ahí está su representación.

El problema existe porque siempre buscan achicar, empequeñecer, el bienestar y la calidad de vida del pueblo = ciudadano común y trabajador. Las mejoras del estándar de vida de un pueblo se miden desde abajo hacia arriba, y muy lejos están, del derrame que proponen estos señores.

Ha llegado el momento en donde el pueblo se está revelando. Está despertando ese momento, en donde la ciudadanía toda, quiere comenzar a ejercer sus derechos en plenitud para decidir cómo debe ser el Gobierno de la economía.

Una crisis enorme como la que estamos atravesando, es también una gran oportunidad. Se acabaron las frivolidades y las pequeñeces. Tras este remezón terrible que está ocurriendo en nuestro país y en los países vecinos, todos estarán de acuerdo en que es el momento de construir un nuevo pacto social; uno que elimine las grietas, derribe murallas, venza desconfianzas y aúne intereses que equilibren la balanza del lado del Ciudadano común y trabajador.

El primer paso es reconocernos como iguales. Por mucho tiempo, la élite ha visto la solidaridad no como un tema de derechos, sino como uno de caridad. O sea, como el acto de dar sin que el que recibe tenga derecho a exigir.

Es por esto que a estos “liberales” sin compasión, que han logrado atrapar aún a los más “conservadores” y con una imaginación tan parcial de ese pequeño grupo de iluminados por la decisión de Gobernantes con pensamiento unilateral, qué les importa los efectos devastadores de la a desigualdad; es más se sienten cómodos con la exclusión consolidada como sistema.

Vaya toda nuestra solidaridad con el pueblo hermano de Chile. Esperamos, en vistas de estos hechos que nuestros conciudadanos tengan la sabiduría suficiente como para saber distinguir quiénes son los que mienten de quienes dicen la verdad, para no continuar repitiendo la historia de Gobiernos que nos someten a la desesperanza.

 

Ha comenzado la construcción de un nuevo Pacto Social en cada uno de los países de la “América del Sur”.


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