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El primero de octubre de 1949, Mao Zedong proclamó la victoria comunista que provocó la huida de Chiang Kai-shek y sus seguidores del Kuomintang a Taiwán.
Poco queda de aquel país pobre en tiempos de Mao. Hoy China es una nación rica y poderosa.
El pasado 27 de septiembre Beijing difundió un documento que se titula "China y el mundo en una nueva era"y quepresenta particular importancia por el hecho de que realiza un repaso de los logros de los últimos 70 años, pero también plantea la visión del país sobre las relaciones con el exterior.
Logros internos: números chinos
La gestión del Partido Comunista logró la erradicación de la pobreza extrema y la elevación de la calidad de vida. La expectativa de vida se elevó de los 35 años en 1949, hasta los 77 años en la actualidad.
La política de “Reforma y Apertura” impulsada por Deng Xiaoping provocó grandes cambios desde su aplicación a partir de 1978. En 40 años, China pasó de ser un país pobre y rural a una potencia mundial creciendo su PBI a un promedio de 9,4%, cifra nunca antes alcanzada en la historia de la humanidad. Se convirtió en la principal productora de manufacturas del mundo y en 2009 superó a Japón como la segunda economía, en el 2010 a Alemania como el mayor exportador y en 2013 a Estados Unidos en volumen de comercio total.
Casi 800 millones de personas salieron de la pobreza en ese periodo, cifra también histórica, a la que se suma la de poseer la clase media más importante del mundo: 400 millones de seres humanos.
China se ha convertido en la segunda mayor economía del mundo y al mismo tiempo se ha ocupado de las necesidades materiales de sus casi 1.400 millones de habitantes, logrando una prosperidad integral moderada.
Visión internacional
Después de la fundación de la República Popular China, el país hizo grandes esfuerzos para llevar a cabo intercambios económicos y culturales con otras naciones.
Siguiendo la tendencia de la globalización, China ha buscado el desarrollo con sus puertas abiertas. Según cifras incluidas en el documento, entre 1978 y 2018 el país asiático atrajo más de dos billones de dólares en inversión extranjera directa no financiera y fueron establecidas más de un millón de empresas con capital foráneo. Por su parte, la inversión de China en ultramar alcanzó los 143.000 millones de dólares. En el mismo periodo, el comercio exterior del país acumuló la espectacular cifra de 52,2 billones de dólares.
Beijing busca que el sistema de gobernanza global refleje de una manera más equilibrada los cambios en la arquitectura internacional: "¿Qué tipo de orden internacional y sistema de gobernanza favorece mejor al mundo y a los pueblos de todos los países? China insiste en que debe ser decidido por todos los países mediante consulta, en vez de por un único país o una minoría de países", explica el texto.
En ese sentido, el documento insta a todos los países a defender el sistema internacional centrado en las Naciones Unidas y en los propósitos y principios de la Carta de la ONU.
El país asiático se hizo grande sin seguir los pasos del imperialismo ni del colonialismo, ni copiando el modelo de desarrollo de los países occidentales, sino construyendo su propio camino, basado en su historia, filosofía y condiciones. China naturalmente se desarrolla y se hace más fuerte, pero no quiere amenazar, desafiar o reemplazar a ningún otro país en el proceso, ni buscará la hegemonía, conforme al documento: "Desde mediados del Siglo XIX, China fue humillada por las potencias occidentales y se quedó con recuerdos indelebles del sufrimiento provocado por la guerra y la inestabilidad. Nunca impondrá el sufrimiento que ha sufrido sobre otras naciones".
Beijing afirma que, durante los últimos 70 años, China no ha provocado ni una sola guerra o conflicto armado, ni ha invadido "ni una plaza" de tierra foránea.
Apoyar el multilateralismo es la aspiración común de la comunidad internacional y Beijing parece advertir que los días en que un solo país tenía la última palabra hoy son historia.