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- Párese acá. No, más a la derecha. ¡Qué manía tiene de pararse sobre la izquierda!
- ¿Y ahora qué va a hacer?
- Voy a buscar algo, no se vaya.
- …
- Cuidado que se le puede venir encima.
- ¿Qué hace con eso?
- Yo nada, el que va a hacer es usted. Sacúdase el pelo así da bohemio.
- ¿Me quiere decir que es este cartón pintado puso detrás mío?
- La Torre de Pisa. ¿Qué va a ser? ¿La nueva terminal de Ezeiza?
- Mientras no termine aplastado por el cartón…
- Maqueta, maqueta. Y bueno... en cuatro años, milagros con la cultura no pudimos hacer. Ahora sonría.
- Sigo sin entender qué es todo esto.
- Mire mi teléfono.
- ¿Le mandaron un mensaje?
- No, la pantalla no. La cámara. ¿Por qué tengo que explicarle todo?
- A mí no me grabe.
- Baje la mano que así da a violencia K.
- Ya le dije que yo no me presto a ningún tipo de maniobra electoral.
- ¿Maniobra electoral? ¿No vio el último video de Brandoni?
- Sí.
- Y bueno.
- ¿Y bueno qué?
- Hasta Netflix no paramos, viejo. ¿Qué digo Netflix? ¡El Oscar, querido! El Oscar que no es Parrilli, antes de que me peronice lo que vaya a escribir.
- No entiendo.
- Llenamos las Barrancas de Belgrano, viejo. Es lo locura total. Y con Mauricio como actor principal. Netflix ya le pidió a Brandoni la segunda temporada.
- ¿Y yo qué tengo que ver con todo eso?
- Es que Brandoni tuvo una indisposición y como usted tiene un aire, pensé que le podía interesar hacerse unos mangos extras…
- Yo no necesito hacer eso.
- Y después dicen que hay hambre en la Argentina ¡mamita! PitChetto es un visionario.
- ¿Qué le pasó a Brandoni?
- Se perdió.
- ¿Cómo que se perdió?
- Si, fue a comprar bananas a la Puerta de Sol y se perdió.
- ¿Cómo que fue a comprar bananas?
- Es un artículo de primera necesidad.
- ¿Las bananas?
- No, Brandoni para nosotros. La gente sale a la calle a pedir más. ¡Lo damo’ vuelta, carajo! ¡Vamo’ que lo damo’ vuelta, lo damo’!
- Me está escupiendo.
-¿Acepta o no?
- ¿Qué cosa?
- Hacer de Brandoni. Al hasta que lo encontremos, claro.
- ¿Pero cómo fue que se perdió?
- Es que se olvida de algunas cosas.
- ¿En serio?
- Si. Pero nada grave: el nombre, dónde vive, de ir al baño… Pero lo demás está todo bien.
- Es muy grave lo que está diciendo.
- Grave fue cuando entró a una reunión de veteranos franquistas al grito de ¡“Viva la República! ¡Viva la República de Carrió, carajo!”
- ¿Y qué pasó?
- Nada. Es lo último que supimos de él.
- ¿No era que había ido a comprar bananas a la Puerta del Sol?
- Sí, por eso le decía que se extravió. A lo mejor confundió el acto franquista con la verdulería. Los años no vienen solos.
- ¿Y me lo cuenta así de tranquilo?
- Por supuesto. Es un hombre mayor pero con las ideas muy claras. Ya va a aparecer. Pero necesitamos grabar el tercer video y usted es el ideal.
- ¿Cómo se le ocurre que yo puedo hacerme pasar por otra persona?
- Eso es lo de menos.
- ¿Cómo lo de menos?
- Nadie se va a avivar. Eso sí, tiene que memorizar el guion. Tome.
- Esto es una servilleta de papel.
- ¿Y para qué quiere más? Lea.
- “Si votan todos los que viven en Groelandia, islas Fiji y Guinea Ecuatorial, ganamos seguro”.
- Ahora el otro.
- “Ganamos en primera vuelta o en la segunda o en las presidenciales de 2131, pero ganamos seguro”.
- Además de parecido ¡la voz le sale igualita! No pare, lea el que sigue. Es el último.
- “Gente que hace 30 años vive en Kuala Lumpur va a ir a votar y la vamos a romper el…” Noo, no puedo seguir leyendo esto.
- No me va a dejar así ahora que estamos terminado.
- Yo no lo autoricé a que me grabe.
- Cuando nos den el Oscar va a cambiar de idea.
- Borre eso, por favor.
- Las mujeres lo van a correr por la calle.
- No.
- Sexo gratis.
- ¿Qué dice?
- Multitudes en las plazas del país coreando su nombre. Y el de Mauricio, claro.
- …
- No ponga esa cara, el que importa es usted. Brandoni en realidad, pero si los franquistas no lo devuelven, nadie se va a dar cuenta y usted va a ser Brandoni para siempre.
- Es una locura.
- Ya lo creo. Sexo, mentiras y videos para todos y todas. ¡Vamo’ que lo damo’ vuelta, carajo! ¡¡Vaamooooo!!