Columnistas // 2019-09-22
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Alberto Fernández en Bolivia y Perú
Hacia la reconstrucción de la unidad continental
El candidato presidencial del Frente de Todos se reunió con los mandatarios Evo Morales y Martín Vizcarra, con quienes coincidió en reforzar la integración regional.

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 Alberto Fernández se reunió este jueves con el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, y el viernes con el presidente del Perú Martín Vizcarra. Es el segundo viaje internacional que realiza desde las elecciones del 11 de agosto, luego de visitar España y Portugal. 

En el hotel Camino Real de Santa Cruz de la Sierra, se reunieron Evo Morales y Alberto Fernández a solas por media hora y después compartieron una cena con sus respectivas comitivas. Hicieron un repaso del contexto de la región que incluyó la situación de Venezuela y la relación con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Recuperar la coordinación e integración continental estuvo en el centro de la reunión. 

Fue una cena distendida, donde participaron el presidente Evo Morales, su canciller Diego Pary, el ministro de Hidrocarburos, Alberto Sánchez, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, y el viceministro y actual candidato a senador del MAS por Tarija, Carlos Bru. 

Por el lado argentino estuvieron Alberto Fernández, acompañado por su jefe de campaña, Santiago Cafiero; su responsable de comunicación Juan Pablo Biondi; los intendentes de San Martín y de Hurlingham, Gabriel Katopodis, y Juan Zabaleta, respectivamente; y el diputado nacional Felipe Solá. En Perú se sumó el dirigente chileno Marco Enríquez-Ominami, quien también lo había acompañado en Europa. 

Integración Política y Económica

Cualquier hombre sensato que tenga posibilidad de ser presidente del país que dejará Mauricio Macri, es decir, exageradamente endeudado, quebrado productivamente y muy deteriorado socialmente, debería estar pensando en cómo salir rápidamente de la crisis, aumentando exportaciones, obteniendo divisas que permitan, al mismo tiempo, cumplir con los compromisos de deuda internacionales y volver al crecimiento económico real, fortaleciendo la producción y el trabajo argentinos. La integración también es importante bajo este punto de vista. 

Fernández le preguntó a Morales por los avances de Bolivia en la explotación del litio, teniendo en cuenta que en Argentina se está considerando el aprovechamiento de los salares de Catamarca, Jujuy y Salta. Una de las propuestas fue la posibilidad de que ambos países trabajen en forma integrada sobre este recurso estratégico. Lo ideal sería integrarse para explotar, comercializar e industrializar dicho metal, que presenta excelentes condiciones en la conducción del calor y la electricidad, por lo que se utiliza en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos, computadoras o telefonía celular. Chile, Bolivia y Argentina poseen el 85% de las reservas mundiales de litio. Sin embargo, en el 2017 se descubrieron gigantescos reservorios de este elemento en Perú.

La integración energética y el contrato de compra-venta de gas entre Bolivia y Argentina fue otro de los temas analizados, además de los asuntos fronterizos, desde el comercio al tránsito de personas, incluyendo la voluntad de consolidar los derechos migratorios de los bolivianos en nuestro país, tan señalados últimamente por el marketing xenófobo de la Alianza Cambiemos. 

Alberto Fernández, a su turno, elogió la gestión del presidente Morales. “Fue el único país que ha cambiado la economía: todos los demás no pudieron alterar el orden general”, destacó. En efecto, Bolivia mantiene niveles de crecimiento de más del 4% anual desde hace casi una década, siendo una de las economías más exitosas de todo el continente, poco conocidas y tenidas en cuenta, por cierto. Con tres banderas como fondo (la argentina, la boliviana y la plurinacional whipala de los pueblos originarios) la reunión dejó clara una voluntad política común.

Sintonía con Perú  

Luego de reunirse con Morales y antes de viajar a Perú, Alberto Fernández otorgó una entrevista a Infobae que muestra claramente su visón de la política internacional en la coyuntura actual y que, en el contexto de esta nota, no queremos dejar de señalar. Sobre el vínculo con los Estados Unidos planteó: "es la primera potencia del mundo. Ningún país como Argentina puede enemistarse con Estados Unidos. Lo único que espero es que tenga una relación de respeto y madurez con nosotros como nosotros la queremos con Estados Unidos". 

En cuanto a la situación con Bolsonaro, el candidato argentino evita el conflicto y analiza la situación más allá de la polémica personal: "Mi vínculo no es con Bolsonaro sino con el pueblo de Brasil. Somos pueblos indisolublemente unidos. Debemos potenciar la unidad. Bolsonaro y yo somos coyunturales".

Finalmente, sobre Venezuela, Fernández dice que mantiene su preocupación de siempre. "Hay que ayudar a que encuentre una salida y la salida es el diálogo, no es la intervención de terceros países. Que los venezolanos se sienten a hablar cómo encaran ellos el futuro", afirmó.

Su intención de reunirse con el presidente de Perú, Martín Vizcarra, también tiene que ver con este contexto: "Me parece que el presidente de Perú ha tomado últimamente posiciones importantes con respecto a las intervenciones de los Estados Americanos. Debemos reconstruir lo que alguna vez tuvimos de un continente unido que enfrentaba el fenómeno de la globalización con inteligencia y unidad", declaró Fernández. 

Sucede que Vizcarra rechazó hace unos días cualquier tipo de intervención militar en Venezuela a partir de la solicitud había sido formulada por el opositor venezolano Juan Guaidó ante la Organización de Estados Americanos (OEA). 

Martín Vizcarra le dio la espalda a un pedido de Juan Guaidó en la OEA, alineándose con la posición del presidente mexicano López Obrador, la misma que tiene Fernández.   

El autoproclamado presidente de Venezuela había solicitado activar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), creado por Estados Unidos en 1947 para resolver casos de conflictos entre países en tiempos de su lucha contra el comunismo, que en su artículo 8 autoriza a bombardear un territorio hostil. Firmaron a favor del TIAR 12 países, entre ellos Estados Unidos, Brasil y Argentina. 

Bajo este marco, Alberto Fernández se reunió el viernes con el presidente de Perú donde coincidieron en la necesidad de fortalecer la región y consolidar la unidad latinoamericana. El encuentro se realizó en la sede del gobierno, en Lima, y duró una hora. Vizcarra invitó a Fernández a que visite Perú para la fiesta del Bicentenario, descontando que será el próximo presidente argentino. 

De la reunión también participaron el canciller peruano Néstor Popolizio y el primer ministro Salvador del Solar. Por el lado argentino, a Fernández lo acompañaron el ex gobernador bonaerense Felipe Solá y el dirigente del grupo Callao Santiago Cafiero. 

Alberto Fernández y Martín Vizcarra están de acuerdo con volver a una coordinación regional entre los países de América Latina, de manera que estén representadas las diversas posiciones y que cada país tenga la posibilidad de resolver los problemas de la manera que le parezca, es decir, sin que la “unidad ideológica” tenga que ser el determinante de la integración. 

Antes del encuentro con Vizcarra, Fernández almorzó con las principales cámaras empresariales de Perú y con importantes compañías petroleras e industriales. A la noche, Alberto Fernández fue invitado a una cena con el alcalde de Lima, Jorge Muñiz, el presidente del Congreso y legisladores.

Nuevo ciclo progresista

Evo Morales y Alberto Fernández dedicaron momentos a solas a recordar el proceso del que han participado ambos, en aquellos años de la región en los que coincidieron Kirchner, Lula, Chávez y Evo. Parecía que había quedado en el pasado por la nueva ola conservadora de los últimos años. Sin embargo, hoy más bien parece comenzar un nuevo ciclo. 

La posibilidad de un triunfo de Evo Morales el 20 de octubre, más el de Fernández y el del Frente Amplio uruguayo en las del domingo siguiente, darían la idea de una nueva oleada de gobiernos progresistas en la región. La nostalgia por aquella época en la que nació la Unasur y se fortaleció la integración continental, parece estar mudando a construcción de fuerza política concreta.  


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