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- Mauricio va a trabajar hasta el último día de su mandato para lograrlo. Puede ponerlo así, si quiere.
- ¿Para bajar la inflación?
- Tibio.
- ¿Cómo tibio?
- Que está cerca, quiero decir. ¿Usted no tuvo infancia, verdad?
- No sabía que estaba jugando.
- Deberán ser como niños para entrar el Reino de los Cielos.
- ¿Ahora cita la Biblia?
- Nahhh que ver! Es el último informe del FMI. Nos tratan como mocosos. Pero le reitero, Mauricio va a dejar la piel para conseguirlo.
- ¿Para qué nos traten como adultos?
- Frío, frío.
- Ya sé: se refiere al pago de la deuda.
- Recontra-frío. De eso que se ocupen los Fernández, que son familia numerosa.
- ¿Entonces?
- Le doy una ayudita. Piense en lo que más quieren los argentinos...
- Tener trabajo, llegar a fin de mes…
- ¡Pamplinas! Los argentinos quieren recuperar el sitial de privilegio que teníamos en el mundo.
- Vaya al grano que no lo entiendo.
- Los argentinos queremos recuperar la punta, viejo. Queremos volver a ser los más felices del mundo.
- ¿Alguna vez lo fuimos?
- Hasta las PASO. Esa noche volvió la Bruja del Calafate y ahora mire dónde estamos.
- ¿Usted está hablando de la encuesta que dice que los argentinos somos los más infelices del mundo?
- Exacto. Pero igual la estamos investigando.
- ¿A quién?
- A la encuesta.
- ¿Por?
- Parece que la hicieron los rusos o los chinos con el Indec de Moreno.
- ¿Los rusos o los chinos?
- Todavía no lo sabemos. No tenemos guita para el traductor. Pero el idioma, cristiano no es.
- Renuncie a la paranoia. La hizo una consultora de origen francés.
- ¿Y?
- ¿Y qué?
- Esos tipos están infiltrados en todos lados ¿No me va a decir que no los ve?
- Francamente, no.
- Cruce la Plaza de Mayo, camine por la City y los va a ver. No dejan de comprar dólares para que todo reviente.
- ¿De dónde sacó eso?
- Me lo dijo el chino.
- ¿El embajador de China le dijo que los rusos están desestabilizando el país comprando dólares?
- No, el chino del supermercado. Dice que el ruso de la vuelta le quiso pagar con un billete de 100 dólares.
- Es una locura!
- Ya lo creo. Pero Maurcio no va a parar hasta que volvamos a ser los más felices. Y le doy una primicia, porque los de la cornetita están panquequeando y no la quisieron publicar: vamos a crear el Ministerio de la Felicidad.
- ¿Y eso??
- A Mauricio no le van a torcer el brazo así nomás. La Argentina se va a cargar de risa, acuérdese lo que le digo.
- En este contexto es un riesgo cierto…
- No tema: vamos a actuar rápido. Ya tenemos el decreto con las primeras medidas del Ministerio de Felicidad.
- ¿Y cuáles son?
- La primera, anular la madre de todas las tristezas: las PASO.
- Pero la elección ya se hizo.
- Eso es lo que usted cree.
- ¿Cómo que es lo que yo creo?
- Las PASO no existieron, fueron un montaje de la televisión venezolana.
- ¿Un montaje?
- Puedo demostrárselo si me responde unas pocas preguntas.
- Lo escucho.
- ¿Quién ganó las PASO?
- Alberto Fernández.
- ¿Quien es el presidente?
- Mauricio Macri.
- ¿Y quien era el presidente antes de las PASO?
- Mauricio Macri.
- ¿Se da cuenta?
- No.
- Antes de las PASO el presidente era Mauricio. Y después de las PASO el presidente sigue siendo Mauricio. Ergo, en el medio no pasó nada. Porque si hubiéramos perdido, el presidente no sería Mauricio ¿Lo ve?
- ¿Qué cosa?
- Fernández jamás pisó la luna. Fue todo un cuento de la televisión chavista.
- ¿Pero no era todo obra de los rusos?
- Es lo mismo.
- ¿Los venezolanos y los rusos son lo mismo?
- No. Las PASO y la llegada a la Luna. Todos creen que las vieron pero nadie puede demostrar que estuvo ahí.
- Esta diciendo un disparate.
- Cuando creemos el Ministerio de la Felicidad me cuenta. Va a estar tan contento que se la pasa la mala onda seguro.