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- Tome, rápido. Ayude.
- ¿Para qué quiero un vasito de café vacío?
- Para sacar el agua.
- ¿Qué agua?
- La que hay acá, la que crece ¿No la ve?
- No.
- En fin, usted siga tapando la realidad. Yo no voy a permitir que se inunde de nuevo.
- Me parece que no fui yo quien tapó la realidad durante todo este tiempo.
- Es que se inunda, carajo. Se inunda.
- ¿No era que no se inundaba más?
- Eso era antes.
- ¿Antes de qué?
- Antes de las elecciones.
- ¿Y ahora?
- Ahora se inunda todo.
- En cualquier caso con un vasito no lo va a solucionar.
- ¿Ah no?
- No.
- ¿Se da cuenta? Durante la campaña estábamos mejor.
- Pero se terminó.
- ¿Qué cosa?
- La campaña.
- Pamplinas. Esto recién empieza.
- Pero lo del domingo fue contundente.
- ¿Qué domingo?
- El de las PASO. Sabe perfectamente de lo que le estoy hablando.
- Ni idea. Me fui a dormir.
- ¿Cómo que se fue a dormir?
- Claro. Cuando Mauricio dijo que nos vayamos a dormir me desmayé.
- ¿Así de rápido?
- Mauricio es un elegido. Tiene el poder de Tu Sam. Un día me va a dar la razón.
- Pero pasaron tres días. Ya se debe haber enterado de lo que pasó.
- ¿Sabe qué pasa? La campaña fue agotadora. Hicimos más de 300.000 kilómetros.
- Si hizo más de 300.000 kilómetros llegó a la Luna.
- ¿No diga? Con razón no nos escuchó nadie. Yo le decía a Mauricio que estábamos pasados de rosca.
- Perdieron contacto con la realidad…
- Ya se lo dije, me dormí en el acto. Estaba tan agotado que soñé y todo.
- Ya sé, no me lo diga. Soñó que ganaban.
- Naahh que ver. Soñé que después de que Mauricio nos mandaba a dormir subía Carrió al escenario, que decía que en octubre gana la República, que no importaba agosto, que íbamos a arrasar, que los faraones estaban vencidos… Era como estar viendo India Jones. Cuánto goce, qué disfrute puede haber en un sueño, ¿no?
- No lo soñó.
- ¿Qué? ¿No me diga que ganamos?
- No. Lo de Carrió. No lo soñó. Fue así.
- Tome, sigamos, que usted me entretiene con sus fake news y nos tapa el agua.
- Por qué no se sienta mejor, le va a hacer mal.
- Yo le dije a Mauricio que no llore tanto durante la campaña.
- Debía haberlo escuchado. Parecía sobreactuado.
- Pamplinas. Lloraba en serio ¿De dónde cree que sale toda esta agua?
- Me parece que el estrés le provoca alucinaciones. Acá no hay una gota de agua.
- ¿No me diga que volvió con la psicóloga?
- No, no volví. Me refería a su estrés, no al mío.
- ¿Entonces no hay agua?
- Ni una gota.
- Sonamos. El FMI empezó a cortarnos el chorro. Y bueno, ¿querían populismo? Tienen populismo.
- ¿Va a seguir con eso?
- Es que nosotros a los argentinos les decimos siempre la verdad.
- Por favor, no empiece otra vez.
- Pobreza cero para todos y todas.
- Creo que está empezando a delirar.
- Es la revolución de la alegría.
- Hágame caso y pídale al presidente que le de unos días de descanso.
- ¿Y qué hacemos con el agua?
- Nada.
- Primero se va inundar la Sala de Prensa, después el Patio de las Palmeras y cuando el agua golpe la puerta de la cucha de Balcarce ya va a ser tarde…