Columnistas // 2019-08-11
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PANORAMA POLÍTICO
PASO
El Presidente Macri sufrirá una derrota que será determinante para las elecciones generales del 27 de octubre. La magnitud de esta caída puede ser irreversible y marcar el principio del fin de su proyecto político. La fórmula Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner consolidan su imagen y su programa de gobierno. En Mendoza, Alfredo Cornejo candidato a diputado nacional, presiente la amenaza de un peronismo unido que desafía su hegemonía en la provincia.


 A partir de mañana el Presidente Macri, de sufrir hoy una derrota electoral superior al 5%,  comenzará a transformarse en un fantasma político. Con su poder amputado por el fracaso de su proyecto, sufrirá el implacable abandono de sus principales socios y aliados. Las frágiles columnas sobre la construyó su programa de gobierno, atado casi exclusivamente a los intereses y conveniencias económicas de un pequeño grupo de privilegiados, entre ellos el sector financiero, las exportadores agrícolas,  las grandes prestadoras de servicios públicos y algunas multinacionales, comenzarán inexorablemente a derrumbarse. Sin embargo, mientras un pequeño grupo de especuladores lleva a la quiebra a la economía argentina, Mauricio Macri, a cambio del voto, no formula propuestas ni promesas de gobierno; solo atina a pedir a sus electores más sacrificios para “defender lo realizado”. Resulta por lo menos contradictorio de parte de Mauricio Macri pretender que la mayoría de los  argentinos “defiendan” y convaliden en las urnas los tarifazos, la inflación, el endeudamiento, la desocupación, la desindustrialización, la pobreza, el hambre, desquicios que, para la alianza de gobierno son, absurdamente, “las bases para el desarrollo al que todos aspiramos”. Votar sin razonar es la invitación que hace el Presidente: "No se necesitan argumentos, no es necesario dar explicaciones. Es tu autoridad, tu confianza, tu credibilidad, la que tus relaciones valoran para acompañarte en tu decisión” argumenta para  sintetizar su fantasía. La fábula oficial es que para llegar al paraíso hay que hacer una parada obligada en el infierno. Lo que oculta el Presidente es que esta hoguera fue encendida y alimentada intencionalmente con cada una de sus decisiones y hoy, “la revolución de la alegría”, se está cocinando en su propio jugo. 

La derrota electoral que sufrirá el macri-radicalismo difícilmente pueda ser revertida. Y en  este escenario es altamente probable que el 27 de octubre, la dupla Alberto Fernández – Cristina Fernández de Kirchner,  supere el 45% de los votos asestando el golpe de gracia a la hegemonía neoliberal en la Argentina, y abriendo así la oportunidad de reiniciar un ciclo de gobiernos progresistas en la región. Este domingo la boleta que lleva al  Presidente Macri perderá en Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Neuquén, Río Negro, La Pampa, San Luis, San Juan, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta, Entre Ríos, Santa Fe, Misiones, Chaco, Formosa y la provincia de Buenos Aires. El oficialismo se entusiasma con un triunfo en Córdoba, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Corrientes y Jujuy. Con este escenario  la aritmética electoral no le alcanza a Presidente para alcanzar su reelección. De allí la campaña por la negativa y el inocultable nerviosismo de los dirigentes de Todos por el Cambio. Los gritos destemplados del Presidente en sus discursos de campaña, la sospechosa modificación del sistema electoral, la manifiesta agresividad contra los opositores y las infaltables  operaciones judiciales y mediáticas son el modus operandi con las que el macrismo intenta estirar cuatro años su permanencia en el poder. De darse el improbable triunfo de la fórmula Macri – Pichetto, se abrirá un horizonte de extraordinaria incertidumbre política, económica y social de consecuencias imprevisibles.  

 Por otro lado Alberto Fernández,  a pesar de los esfuerzos del conglomerado oficialista de mostrarlo como un “títere” de Cristina, ha consolidado su candidatura a fuerza de trajinar  tanto espacios propios como territorios más hostiles. La experiencia argentina muestra que, más allá de la personalidad de cada Presidente, su poder político termina por verticalizar tras su liderazgo al resto de los actores políticos, sea por razones de  estricta conveniencia mutua o por exigencias de mantener el equilibrio del sistema. Esto pasa con Mauricio Macri y ocurrirá también con Alberto Fernández. Cuando el macrismo intentó alterar la convivencia entre ambos dirigentes, Alberto recordó que "Cuando tuve diferencias con Cristina, me fui; cuando tuve que criticarla, la critiqué; y cuando tuve que reencontrarme, me reencontré”. Pero su mayor redito electoral lo ha logrado  haciendo foco en los graves problemas económicos que sufre el país. “Macri cuando llegó apagó la economía (…) Encender la economía es volver a poner dinero en el consumo, volver a promover la inversión pública que dé trabajo y volver a generar un plan de inversiones estratégicas que permitan desarrollar regiones. Todo esto hace falta”, dijo en una entrevista realizada en Mendoza. También ha criticado con dureza el modelo especulativo que alienta el gobierno, plantándose claramente  a favor de la producción y sosteniendo principios inspirados en la heterodoxia económica. Al respecto ha señalado: "Entre los que especulan en la timba financiera y los que invierten para producir en la Argentina, votamos por los que producen. Entre los empresarios que dan trabajo y los que compran Leliqs, votamos por los que dan trabajo y entre los jubilados y los bancos, votamos por los jubilados". Frente a gobernadores, representantes y candidatos de 19 provincias en Rosario, se comprometió a promover una agenda de desarrollo federal de largo plazo para recuperar las economías regionales que atraviesan hoy  una de las peores crisis de la historia. Alberto Fernández ha transitado el escenario de la contienda preelectoral sin cometer errores. No subestima a sus adversarios como tampoco sobrevalora sus propias capacidades. En las antípodas del macrismo, que instila odio y violencia, hace un llamado a olvidar a “olvidar las rencillas del pasado” porque el futuro, a su acertado juicio, es con todos.   

Por su lado, Cristina Fernández de Kirchner, la dirigente política con mayor intención de votos en el país,  ha desplegado una dosificada actividad proselitista ciñéndose casi exclusivamente a recorrer parte del país presentando, en  convocatorias masivas, su libro Sinceramente y facilitando, en todo momento, el protagonismo de Alberto Fernández. También los problemas de  salud de su hija Florencia, la que está siendo tratada en Cuba, la alejaron temporariamente de los tramos más intensos de la campaña. "Después de haber sido dos veces presidenta de este país, la expectativa o ambición personal están subordinadas al interés general" aclaró para neutralizar cualquier operación política en marcha.

Si bien en estas PASO no se dirimen candidaturas nadie desconoce que este domingo se podrá medir cuales son las chances que tiene cada candidato y  cada uno de los modelos económicos y sociales el próximo 27 de octubre. Se trata, por un lado, de que la economía funcione; de poner en macha un modelo productivo, incrementando el ingreso de los trabajadores, generando mayor demanda y así retroalimentar el empleo y favorecer la redistribución. La otra opción es profundizar la crisis y la desigualdad, seguir  favoreciendo el negocio financiero, la concentración de la riqueza y terminar así de aniquilar definitivamente los que resta del aparato productivo nacional.    

La fórmula de Consenso  Federal que integran Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey no logró remontar en las preferencias de electorado.  Con un discurso ideológicamente lavado intentó instalar, sin éxito, un mensaje de unidad, prometiendo superar “la grieta”  en la que viven los argentinos. La avenida del medio se achico y será fuertemente afectado por la polarización existente. Sin dudas que este espacio político es quien más va sufrir la pérdida de votos en las elecciones de octubre. 

Las fuerzas de izquierda han diseñado su campaña en base a una crítica cerrada tanto al macrismo como al peronismo. Con un discurso que pretende ser portador de “la verdad”,    pone al FMI y al capitalismo como enemigo principal de los trabajadores. Sus chances electorales se verán también fuertemente menguadas en este escenario de polarización. Quien tampoco logró escalar en las preferencias de electorado fue José Luis Espert que perderá irremediablemente toda posibilidad en las elecciones  de octubre. 

También en Mendoza el gobernador Cornejo ha ido perdiendo la confianza de lo imaginó, sería un triunfo sin sobresaltos del radicalismo.  Agresivo e irritado ha elegido también el camino de la confrontación montando una campaña negativa, sin propuestas ni compromisos de gestión.  Mendoza no es una isla. Padece como el resto de la argentina altos niveles de desocupación, caída de la actividad comercial e industrial, retrocesos en la producción petrolera y gasífera, y crisis en la vitivinicultura y frutihorticultura por señalar solo algunas de las principales actividades productivas de la provincia a lo hay que sumar  una deuda enorme que no se ha traducido en ningún beneficio para los mendocinos. Si bien el gobernador es un aliado incondicional del macrismo, es consciente que el derrumbe de la imagen presidencial en la provincia se tornó una amenaza para sus cada vez más módicas aspiraciones políticas. Después de afirmar que con Mauricio Macri es "largamente  la persona con la que más coincidencias tengo”, desdobló las elecciones provinciales de las nacionales básicamente por miedo a perder su poder territorial y caer víctimas de la polarización. Después propuso suspender las PASO. El argumento para la opinión pública fue el alto costo económico de las elecciones. La razón oculta era evitar una derrota en las PASO, por el arrastre hacia abajo que genera la imagen de Mauricio Macri en la boleta. Como este coartada no resultó, el oficialismo ha intentado ocultar la imagen del Presidente no solo en la cartelería callejera o publicidad en los medios sino también en  las boletas cuyo reparto se ha sospechosamente demorado. Es difícil, cuando no imposible, encontrar una propaganda donde Alfredo Cornejo, precandidato a diputado nacional, aparezca junto a su socio político e integrante de la fórmula Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto. Con una campaña provincializada y polarizada, las aspiraciones del gobernador Cornejo se han devaluado al ritmo de sus errores políticos. “No es lo mismo que yo gané en Mendoza en octubre y no gane. Un triunfo me daría un peso político importante" en la Cámara de Diputados, declaró hace un par de días a un medio local imaginado que podría sentarse en la presidencia del cuerpo legislativo. Pero sus preocupaciones electorales crecen y ya son indisimulables. Sin  sonrojarse afirmó en el cierre de campaña que “Elegimos entre volver a un modelo que ya experimentamos y que no le dio salida a los mendocinos, que prometía fantasías, por un modelo productivista que cuesta que obtenga resultados inmediatos, pero de continuar en esta senda obtendremos resultados positivos”. Pero el Gobernador Cornejo deberá hacer algo más que ofender al peronismo o modificar el calendario electoral o esconder a la fórmula presidencial si no quiere perder definitivamente la provincia Mendoza en manos de la oposición. En la nota de VCF titulada “Alfredo Cornejo y un cierre con números que no cierran” se brindan más detalles de las declaraciones del gobernador en su cierre de campaña. 

Por el contrario, los precandidatos a diputados nacionales del Frente de Todos,  Marisa Uceda y Alejandro Bermejo, aparecen nítidamente identificados con la fórmula Alberto Fernández – Cristina Fernández de Kirchner. Sin dudas que la  Agenda de Desarrollo Federal firmada en Rosario entre Alberto Fernández con los representantes provinciales, y entre ellos con la candidata a gobernadora del Frente de Todos, Anabel Fernández Sagasti, es un compromiso concreto destinado a apuntalar el desarrollo de la provincia y que le ha dado mayor visibilidad a los candidatos de este espacio. Allí se agendaron obras de infraestructura productiva y social, obras viales, boletos educativos gratuito, un programa de construcción de viviendas y apoyo a centros de adicciones entre otros compromisos.  En la nota de VCF “Sagasti y Alberto Fernández firmaron un compromiso por Mendoza” se brinda un detalle de los acordado. 

Sin dudas que el  peronismo mendocino ha sabido resolver convenientemente las diferencias internas,  conservando la unidad como fortaleza principal de su armado político y su discurso de campaña. La síntesis entre peronismo y kirchnerismo le permitió  consolidarse como fuerza política opositora y hoy se ha transformado en una seria alternativa de gobierno en la provincia. El Frente de Todos, sin sobredimensionar los resultados, está en condiciones de disputar con posibilidades  estas PASO. Cuando cierren las mesas este domingo, se sabrá si sus expectativas fueron convalidadas por los mendocinos en las urnas. 

También Protectora Fuerza Política, que lidera el candidato a gobernador José Luis Ramón y el brazo político de Consenso Federal que encabeza  Roberto Lavagna, cerró su campaña este jueves. “Vamos a defender a los consumidores y trabajadores de nuestra provincia. Este domingo para nosotros tiene una expectativa enorme, tenemos dos candidatos  a poder participar en el congreso de la nación con la garra y la pasión que Protectora ha tenido durante todo este tiempo”, afirmó Ramón quien intenta, junto Marcelo Romano que encabeza la lista a diputados nacionales, mantenerse competitivos en un escenario  complejo para las fuerzas políticas con escasa estructura. 

También el Frente de Izquierda Unidad realizó su acto de cierre  en Mendoza. Los militantes y adherentes del PTS, el PO y el MST se convocaron  en la Plaza Independencia donde Lautaro Jiménez, primer candidato a diputado nacional, declaró  “cada voto al Frente de Izquierda va a permitir fortalecer esta alternativa y dar un fuerte mensaje a los poderosos de que nos vamos a plantar contra la reforma laboral, la previsional, que no vamos a seguir entregando nuestros derechos y que vamos a seguir defendiendo el medioambiente. Y que la voz de la juventud trabajadora, cuyo futuro quieren robarse, va a hacerse escuchar dentro de la política nacional y llegar a Octubre fortalecidos con esta nueva alternativa”.  La candidatura del mendocino Nicolás del Caño a presidente por esa coalición de izquierda, otorgan un plus que podría ayudar a sumar en esta instancia electoral.

Diez precandidatos a presidentes y cuatro listas a diputados nacionales conforman la oferta electoral que tendrán los mendocinos. En el cuarto oscuro  los ciudadanos que deberán tomar una decisión delicada que tendrá profundas e irreversibles consecuencias en el futuro. 


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