Columnistas // 2019-06-05
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Condenados al éxito
Tienes un whatsapp


- Mmmm…

- ¿Mmmm, qué?

- Mmmm, mmmm…

- ¿Qué le pasa? ¿Le cortaron la lengua?

- Mmmm, mmmm, mmmm…

- Parece Bernardo, el mudo de la serie El Zorro.

- Mmmm, mmmm, mmmm, mmmm…

- ¿Mi celular? ¿Para qué?

- ¡Qué lerdo que es, mamita! ¿Por qué siempre tengo que explicarle todo? Le acabo de mandar un whatsapp.

- ¿Y para qué me escribe si estoy al lado suyo?

- Usted atrasa más que los bigotes de Alberto, querido. Ya no se habla más.

- ¿Cómo que no se habla más?

- Claro. Las argentinos ya no quieren volver al pasado; a las cadenas nacionales, a los discursos en la ONU, a la Plaza de Mayo de bote a bote en la que no se podía circular…

- ¿Y eso que tiene que ver?

- Que ahora todo es por whatsapp.

- Pero hay cosas que…

- ¡No se resista al cambio! Mire el lado positivo. Mauricio ya no va a tener que dar largos y sesudos discursos…

- Nunca los dio.

- Porque es un adelantado. El ya lo sabía desde que asumió.

- ¿Qué cosa?

- Que todo es por whatsapp. Ahora Marquitos nos está entrenando para hacer campaña por whatsapp y les vamos a romper el…

- Bueno, bueno! No hace falta el insulto fácil.

- Shhhh, no siga gastando saliva, que perjudica el medio ambiente.

- ¿Y qué hago?

- Lea.

- Pero esto no se entiende nada. Son todos símbolos. Y se le escapó la V de la Victoria. Y un gato.

- Maldito hakerperonistas. Debe ser una maniobra de Assange para perjudicarnos.

- ¿Sabe lo que pienso? Que si el lenguaje se reduce a un puñado de emoticones se empobrece.

- Y dale con la pobreza. Y dale con la pobreza ¿El periodismo militante se quedó sin tema?

- Me refería al lenguaje.

- También somos ricos en eso. En octubre vamos a llenar las urnas de corazones rojos latiendo, de caritas con corazoncitos en los ojos y de Marías Eugenías levantando el bracito derecho.

- Sigue con los furcios de la semana pasada. Parece que el inconsciente lo traiciona.

- ¿No me diga que se arregló con su esposa, la psicoanalista?

- En eso estamos.

- Mándele un corazoncito por whatsapp y listo.

- Prefiero las flores.

- Mire que es gastador, ¿eh? Venga, toque, no tenga miedo.

- ...

- No. Así no, flojita, que la nueva Argentina necesita hombre valientes.

- ¿Qué siente?

- Frío.

- Si tenemos el gas prendido todo el día el FMI nos corta el chorro. Lo que le pregunto es qué está tocando.

- Su celular, no soy ciego.

- ¿Y ahora?

- La pantalla, supongo.

- ¿Y?

- ¿Y qué?

- Son cosas que se tocan con las manos.

- ¿Y?

- Con el gobierno anterior eso no existía.

- ¿Qué cosa?

- Esto. El whatsapp, el celular, las cosas que se tocan con las manos. Usted veía un Iphone y ni lo podía importar.

- ¿De donde saca esas cosas?

- Lo tenemos estudiado. Antes usted se sentaba en una silla y creía que era una silla.

- ¿Y qué era?

- Un relato. Un holograma como el de Randazzo, cualquier cosa. Tuvo que llegar Mauricio para que se pueda tocar el pavimento.

- Sí, lo vi.

- ¿No parecía el hombre araña?

- En eso tiene razón.

- Bueno, eso es real.

- ¿El presidente tirándose al piso para tocar un pedazo de asfalto?

- Exacto. Los argentinos solo quieren lo real.

- ¿Y los emoticones que me manda por whatsapp son reales?

- Nada más real que un pulgar hacia arriba y que la carita con la lengua afuera.

- ¿Puede dejar de mandarme mensajes?

- Y ahora vienen los stikers. Vamos a crear dos, tres… mil cadenas de whatsapp…

- ¿Me puede excluir de la lista por favor?

- Imposible. En la Argentina de la reelección nadie se puede quedar afuer


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