Columnistas // 2019-05-26
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PANORAMA POLÍTICO
Recalculando
El gobernador Cornejo, amenazado electoralmente en todos los frentes, intenta sin éxito afianzar la candidatura de su pupilo Rodolfo Suarez. El peronismo mendocino sigue consolidando su fortaleza en la campaña mientras, el efecto sorpresa de la dupla Fernández - Fernández, genera desconcierto en la dirigencia política argentina.

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 Los globos amarillos del macrismo se siguen reventando. Una a una las provincias y las principales capitales del país van cayendo en manos opositoras. La última derrota sufrida por el oficialismo, novena pérdida consecutiva, fue en La Pampa donde también Cambiemos resignó su capital, la ciudad de Santa Rosa. Esta secuencia marca ya una tendencia que obliga tanto al Presidente Macri como también del gobernador Cornejo a revisar y recalcular las estrategias previstas.

Este voto castigo que está recibiendo el oficialismo en todo el país, sumado a la sorpresiva movida de la expresidenta Cristina Fernández, puso en estado de alerta máxima al radicalismo mendocino. Claramente las elecciones provinciales y municipales van camino a nacionalizarse, un escenario político que Alfredo Cornejo buscaba evitar cuando tomó la decisión de desdoblar las elecciones locales de las nacionales. El mismo precandidato radical a la gobernación acaba de reconocer que "Los mendocinos vamos a estar votando gobernador y hemos desdoblado las elecciones para evaluar la gestión de Alfredo Cornejo y la que he llevado adelante en la Ciudad de Mendoza" Sin embargo la grave crisis que sacude a la Argentina, y de la cual el radicalismo mendocino es directo responsable, le pasa factura a los candidatos oficialistas, situación que se refleja en el creciente rechazo del electorado. Con ese diagnóstico y con poca confianza en su pupilo político Rodolfo Suarez, el gobernador Cornejo se transformó literalmente en jefe, vocero y protagonista casi excluyente de la campaña electoral de la provincia. Una muy mala opción para el aspirante radical a la gobernación ya que aparece subordinado a Alfredo Cornejo, un dirigente directamente asociado con las peores decisiones del macrismo.

El primer escollo que debe superar el dúo Cornejo – Suarez es el avance del candidato PRO Omar De Marchi, adversario interno en Cambia Mendoza, quien cuenta con el apoyo de la Casa Rosada, una larga experiencia política y una confianza ciega en sus chances electorales. A juzgar por la propaganda desplegada en la vía pública, también tiene los recursos nacionales a su disposición. Varios han sido los intentos del gobernador Alfredo Cornejo para sacarlo de competencia. Primero intentó directamente bajarlo de la candidatura. Fracasada la maniobra lo tentaron para que integrar a la fórmula como vicegobernador, luego se lo minimizó argumentando que no contaba con estructura territorial para sostener la parada. Incluso, para complicarlo en su propio territorio, Cornejo designó a Martín Kerchner como precandidato a intendente por Luján de Cuyo, bastión comunal que hoy conduce el mismo De Marchi. Sin embargo, todas estas maniobras parecieron reforzar aún más las convicciones del ex Demócrata. Pero no solo de la solidaridad macrista se alimenta el aparato de De Marchi. El intendente de Luján de Cuyo también busca diferenciarse discursivamente del radicalismo provincial. Lo ha hecho criticando el ítem aula, la frustrada designación de los nuevos titulares de la Defensoría de las Personas con Discapacidad; tomó distancia también de la propuesta de Rodolfo Suarez respecto de la creación de un banco estatal provincial y fue también contrario a la política vitivinícola oficial. Últimamente salió a cruzar al gobernador Cornejo por la falta de reacción ante el traslado a la provincia de San Luis de las plantas de La Campagnola, del Grupo Arcor, que ha sido un duro golpe para la actividad productiva de la zona este de la provincia. El mismo tono crítico mantuvo cuando, acertadamente, afirmó que “Mendoza es una de las provincia con más potencial pero hace mucho tiempo que viene teniendo una siesta.” A dos semanas de las elecciones De Marchi no solo está en carrera sino que crece en las encuestas. Mientras, Rodolfo Suarez, un precandidato que la mayoría de los mendocinos conoce solo por los afiches de campaña, continúa solapado detrás de la figura de Alfredo Cornejo. Si bien el intendente de Luján de Cuyo tiene alguna chance de dar el batacazo lo más probable es que esta elección, más que la gobernación, le permita al lujanino el armado de una estructura legislativa y municipal de la cual hoy carece.

Tampoco el frente que integra el Partido Justicialista da tregua al gobernador. Tanto Alejandro Bermejo como Anabel Fernández Sagasti, cabezas de lista que se medirán en las PASO del 9 de junio, han optado por una campaña respetuosa y centrada en las propuestas de gobierno. Esta estrategia se torna hoy relevante ya que no faltaron quienes, por mezquinos intereses de facción, apostaban a sacar ventaja de una campaña destructiva al interior del peronismo. Hoy los precandidatos del justicialismo son conscientes que, con una campaña que tiende a nacionalizarse, las chances de peronismo crecen a la misma velocidad con que se derrumba la imagen de Mauricio Macri y sus aliados. Tan claro es este escenario que el radical Rodolfo Suárez, intentó despegarse del gobierno nacional afirmando que "Nosotros somos Cambia Mendoza que no es lo mismo que Cambiemos, son cosas distintas.” Una afirmación poco creíble para un dirigente que apoyó, en la Convención Nacional de la UCR del 2015 en Gualeguaychú, la integración de su partido al frente Cambiemos.

También en Mendoza como en el resto del país, los dirigentes nacionales de Cambiemos son un mochila de plomo que tanto Suarez como De Marchi evitan mostrar por todos los medios. Después de los desastres de Elisa Carrió en Córdoba y en Santa Fe los candidatos del oficialismo mendocino prefieren provincializar la contienda electoral y evitar la presencia de figuras rutilantes que terminan siendo un verdadero lastre para las ya complicada situación que enfrenta Cambia Mendoza. Lo contrario sucede con el peronismo y el kirchnerismo. Tal es el caso de Axel Kicillof que llegó esta semana a la provincia para apalancar la precandidatura Anabel Fernández Sagasti. O también la presencia del precandidato a intendente por la Ciudad de Mendoza, Guillermo Carmona, dirigente que integra el espacio de Alejandro Bermejo, que fue invitado a participar en Merlo del primer acto de campaña de la flamante fórmula presidencial Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.

Sin dudas que la reconfiguración del escenario político nacional, con la fórmula Fernández -Fernández ha favorecido las chances del peronismo mendocino. Mientras el gobernador Cornejo, que esconde al Presidente Macri e intenta hacer remontar a su alicaído candidato a fuerza de inaugurar algunas obras públicas, importantes por cierto, el peronismo ha movilizado a toda su militancia territorial, la que se ha desplegado masivamente por la provincia. El diálogo cara a cara de sus dirigentes con los vecinos de cada departamento es el estilo predominante de esta campaña, una forma también de compensar las desventajas de tener que confrontar con los aparatos políticos del oficialismo, pródigos en recursos económicos y publicitarios.

Fernández - Fernández una fórmula para la crisis. El Presidente Macri es objeto por estas horas, de parte de sus propios aliados, de una dura embestida para que abandone sus afanes reeleccionistas. La certeza de que será derrotado sin atenuantes en octubre, algunos incluso creen que en agosto, desvela especialmente al radicalismo que intentará despejar esta incógnita mañana lunes en el seno de la convención partidaria. Los 347 convencionales acreditados para participar de este debate, cuyo veredicto será crucial tanto para el radicalismo como par el propio Presidente Macri, deberán decidir en primer lugar si la UCR continúa siendo parte o no de Cambiemos como proponen algunos dirigentes o adoptará la postura del radicalismo macrista que básicamente pretende continuar con el actual escenario, con alguna nueva incorporación después de las PASO. O finalmente, y la que más chances tiene de imponerse, se inclinará por la tesis que sostienen Alfredo Cornejo y otros referentes nacionales que consiste en ratificar la pertenencia de la UCR a Cambiemos (pero maquillado con otro nombre menos impopular), pero ampliando la coalición a otros sectores, dirigentes y gobernadores que no estén con la fórmula de Fernández-Fernández. Básicamente Cornejo propone la construcción de un nuevo frente electoral, con PASO incluida, para tentar a dirigentes del peronismo disidente y anticristinista como Schiaretti, Lavagna, Urtubey o Pichetto. El gobernador mendocino ratifica que este reformateo de la coalición lleva implícita la posibilidad de que Mauricio Macri no sea el candidato a presidente del nuevo armado electoral. Para ello también baraja la posibilidad de levantar la candidatura presidencial de María Eugenia Vidal. Pero más allá de lo que defina la Convención radical, nada se plantea en términos programáticos que pueda frenar la caída libre en la que se debate Cambiemos.

Si bien la definición de la fórmula Fernández- Fernández ordenó a la principal fuerza opositora por otro lado, la movida de Cristina desconcertó, neutralizó y reveló las debilidades de mucho de sus adversarios políticos. Esta nueva centralidad del peronismo desacomodó a Alternativa Federal, una fuerza que integran Juan Manuel Urtubey, Juan Schiaretti, Sergio Massa y Manuel Pichetto, dirigentes que habían iniciado negociaciones con Consenso 19 que encabeza Roberto Lavagna junto a los socialistas santafesinos y el GEN de Margarita Stolbizer, quienes se proponen construir una nueva alternativa política. La negativa de Lavagna de ir a una PASO con sus nuevos socios, sumado a las fotos de Urtubey, Schiaretti y Pichetto con Mauricio Macri desbarató rápidamente el proyecto. El único referente con capital político que interesa al tándem Fernández - Fernández es Sergio Massa que si bien sigue sosteniendo su candidatura presidencial, está cerca de algún tipo de acuerdo que consolidaría definitivamente el triunfo del peronismo. En este sentido hay que enfatizar que la definición de la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, dejó sin espacio político para ensayar nuevos armados electorales. Esta fórmula, si bien es esencialmente peronista, no solo logra expresar la enorme diversidad del arco justicialista sino que también asume la representación de amplios sectores sociales que encuentran en Cristina una referencia irremplazable para sus opciones electorales.

Mientras la caída política de Mauricio Macri parece no tener fin, el peronismo ya piensa en el gobierno y los enormes desafíos que este le depara. Los demás continúan recalculando.


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