Columnistas // 2019-04-17
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CONDENADOS AL ÉXITO
Se me lengua la traba


 -El congelamiento no es una ola de frío polar sino una simple ventisca, porque quedarse duro de frío es perder la sagrada libertad. Por eso, aunque no estemos de acuerdo lo vamos a hacer igual.

- ¿Qué dice?

- No va a decir que no me entendió.

- Ni una palabra.

- Pero si está clarísimo aunque no se entienda.

- ¿Me lo repite?

- Con mucho gusto: La ola de frío polar es una corriente heladísima que viene del polo, de ahí su nombre, ola de frío polar. Y que hace que a veces hagamos cosas que no nos gustan, como congelar los precios para que no se vaya todo a la mierda. ¿Ahora entendió?

- Un poco más. ¿Pero por qué lo hace tan rebuscado? ¿No puede ser más directo?

- No.

- Pero así cuesta seguirlo.

- Nunca fuimos tan eficaces como ahora que somos los más ineficaces, según dice el FMI o la FIFA, no me acuerdo bien. Porque quedar entre los últimos de la tabla puede ser una oportunidad de ser un día los primeros, ya que los últimos serán los primeros, según se mire. ¿Oqué?

- ¿O qué, qué?

- Oqué.

- No entiendo nada.

- ¡Si está clarísimo!

- Habla como si estuviera diciendo un trabalenguas. Y encima se va por las ramas.

- El que poda a tiempo evita que el árbol se le meta por la ventana, y hace setenta años que acá nadie le saca un retoño al sauce.

- Lo quiero decir es que además de decir todo enrevesado se dispersa hacia temas secundarios, que no hacen a la cuestión.

- Es nuestra forma de comunicar lo que queremos comunicar, porque sino no lo comunicaríamos, ¿vio?

- Ya, ya, es suficiente. Me duele la cabeza.

- Entonces debería dedicarse a otra cosa, aunque también puede dedicarse a esto con la cabeza doliendo Que para eso vamos a congelar los precios del paracetamol, del ibuprofeno y de la aspirineta.

- Con todo respeto, su forma de hablar parece la de Michetti.

- No le permito.

- No quise ofenderlo, pero es muy confuso como dice las cosas. Me marea.

- Lo suyo es una falta de respecto a la investidura…

- Discúlpeme, no quise ofender, pero la vicepresidenta suele…

- Es una falta de respeto a la investidura presidencial, quiero decir. Porque el primero fue Mauricio y después vinieron todos los demás.

- En eso tiene razón.

- ¿O acaso no fue él quien desconcertó al candidato de la Bruja del Calafate hace ya cuatro años con su verba filosa e inflamada, como cuando usted tira alcohol en el carbón el domingo a la mañana porque no le enciende el fueguito y la patrona le dice que ya está lista la ensalada que compró con los Precios Cuidados de Mauricio, porque con los de Cristina solo se podía comprar ajo venezolano?

- Nunca importamos ajo de Venezuela.

- ¿Ah no?

- No.

- Es lo mismo, usted me entendió. Y después dice que el difícil soy yo.

- Sigue sonando como un trabalenguas.

- ¿Oqué?

- ¿O qué, qué?

- Usted inflando el Plan M, ¿oqué?

- Puede dejar de decir oqué; me produce vértigo.

- Como quiera, ¿oqué?

- …

- Se está poniendo pálido y no quiero que me vomite el piso recién lustrado, que la cera nos quedó afuera del acuerdo de precios.

- ¿No habían llegado a un acuerdo con los empresarios?

- Claro que sí, pero la sacamos para embromar a los populistas de los radicales, que son consumidores seriales de cera ¿No vio que todos tienen un estudio jurídico? Como dice Susana Gimenez, ojo que se viene la zurda.

- Bueno…. Por qué no me dice mejor qué es el Plan M.

- El Plan Michetti presidente. Primero nos corrían con Lousteau, después con Vidal, y ahora que perdimos por paliza en Entre Ríos creen que nos ganan hasta con Gabriela.

- ¿Y entonces?

- Entonces estamos aprendiendo a hablar como ella. Si no puedes con tu adversario únete a él, si viene a ti es tuyo, sino nunca lo fue.

- Está mezclando todo.

- En política todo es posible.

- Está mezclando los refranes, eso decía.

- Es mejor una mezcolanza a tiempo, aunque no nos guste la polenta con dulce de leche, que las cosas no se mezclen nunca, jamás.

- ¡Hoy está imposible!

- Imposible es pensar que no estamos en el camino correcto, porque aunque parezca que Dujovne es Cavallo con peluca, lo cierto es que…

- ¿Me disculpa?

- ¿Y ahora que le pasa?

- Me tengo que ir…

- Pero si siempre el que se tiene que ir soy yo.

- Es que dejé algo en el fuego y a mi mujer, la psicóloga, ¿se acuerda?, le enferman tanto mis obsesiones que está a punto de abandonarme. Si no lo hizo ya, porque ella dice que no puede estar con un tipo que…

- Malditos copiones.


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