Columnistas // 2019-04-14
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PANORAMA POLÍTICO
Frentes
El factor tiempo, atado a la crisis económica, reduce implacablemente las chances electorales de Mauricio Macri. También los precandidatos de Cambia Mendoza sufren los costos de ser parte de la alianza gobernante. El peronismo y sus aliados se fortalecen en el camino de la unidad.

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 El tiempo es una variable fundamental en  todo proceso político. En consecuencia, manejar adecuadamente esta variable,  es una habilidad indispensable para la buena gestión del poder y del gobierno.  Es por ello que, un error en su administración, puede acarrear serias complicaciones al punto tal que, en   muchas oportunidades, una mal “timing” político no deja margen para revertir o cambiar las decisiones o las tendencias de los  procesos en marcha.

Es lo que le sucede a  Mauricio Macri, que ve reducir aceleradamente  los tiempos políticos y electorales. Este achicamiento  de los plazos que sufre el Presidente, está directamente ligado al ritmo vertiginoso  con el que se profundiza la crisis económica y social. Ya no hay promesas de alivio para “el segundo semestre” como tampoco  “un crecimiento por veinte años”. Apenas pudo salvar su gobierno hace menos de un año atrás, gracias a que compró más tiempo político al Fondo Monetario Internacional,  a cambio de profundizar el ajuste y ahogar el bienestar de millones de argentinos. Es evidente entonces que, cada día que transcurre, el oficialismo sufre una caída de la imagen presidencial y  una sangría electoral incontenible. Durar hasta el 27 de octubre, día de las elecciones nacionales, es una eternidad que deberá transitar el Presidente sabiendo que la memoria popular, que es un componente fundamental  del tiempo político, le jugará absolutamente en contra. A modo de ejemplo, en la provincia de Mendoza la imagen de Mauricio Macri ronda apenas un 25%, la mitad de la valoración que tiene la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, sin contar las estrepitosas derrotas que ya sufrió en Chubut, Río Negro y Neuquén.

También el gobernador de Mendoza es consciente que el tiempo es una variable que resta chances electorales a su coalición. De  acuerdo a los plazos establecidos en el respectivo cronograma provincial, el oficialismo inscribió al frente Cambia Mendoza, con los mismos partidos políticos que lo integraron en el 2015 y el 2017.  Encabezada por la UCR, esta coalición se completa con el PRO, Libres del Sur, la Coalición Cívica-ARI, el Frente Renovador, el Partido Socialista, el Partido Demócrata y el Partido Fe. Si bien aún hay plazo hasta el 20 de abril,  las fórmulas que disputarán las PASO por este frente son dos: la que integra Rodolfo Suarez y Mario Abed y la del intendente de Lujan de Cuyo, Omar De Marchi junto a Susana Velázquez.

Con el tiempo social también agotado por la falta de empleo, la inflación, los problemas económicos y la inseguridad, entre otros tantos,  los esfuerzos de Alfredo Cornejo por posicionar al binomio oficialista Suarez- Abed han sido, hasta hoy, poco provechosos. Una porción importante de votantes de esa coalición, aunque no mayoritaria, prefiere como candidato, al PRO Omar de Marchi. Tampoco le ha sumado a Cambia Mendoza la incorporación de Mario Abed, un intendente radical muy prestigioso en la zona Este, pero absolutamente desconocido en el resto de la provincia.  

Peronismo. Entre las ideas y la acción política. La conmemoración del 70° aniversario del Primer Congreso Nacional de Filosofía organizado por el Partido Justicialista de Mendoza  y la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, el pasado 8 de abril, no solo fue un punto de encuentro de los principales dirigentes del peronismo y fuerzas aliadas, sino también una demostración  de la enorme vigencia que tienen las ideas y la doctrina en la constitución de esa fuerza política. Para los teóricos del peronismo que se hicieron presentes en el Hotel Hyatt (ex Hotel Plaza), la Comunidad Organizada, texto  que hace siete décadas atrás diera a conocer el entonces presidente Juan Domingo Perón en el Teatro Independencia de la capital mendocina, sigue siendo una poderosa alternativa política “al camino único” que plantea la alianza Macri-Cornejo.   La extraordinaria vigencia de conceptos vinculados a la identidad nacional y latinoamericana, al papel distributivo y regulador del Estado, a la necesidad de políticas que protejan el trabajo y la producción nacional son parte, a juicio de los especialistas allí invitados,  de esa narrativa que hoy se presenta como una barrera ideológica al programa de ajuste neoliberal que sostiene el oficialismo. La celebración, de la que participaron intendentes, legisladores nacionales y provinciales; dirigentes partidarios, sociales, gremiales, estudiantiles,  referentes académicos, y que concluyó con la exposición del Diputado Nacional, Guillermo Carmona, del Senador Nacional, Fernando “Pino” Solanas y del Decano, Dr. Adolfo Cueto tuvo un claro y categórico mensaje político: la necesidad de promover una nueva síntesis, de avanzar en un proceso de unidad nacional sin exclusiones ni sectarismos.

Ya pocos dudan que, con la llegada del Diputado Nacional Guillermo Carmona a la presidencia del Partido Justicialista, se ha producido un cambio sustancial en la dinámica y funcionamiento de esa organización  política. Con la firme voluntad de revitalizar la estructura partidaria y constituir un amplio frente opositor, este dirigente se ha ganado la confianza del resto de justicialismo mendocino hasta transformarse, en esta última etapa, en uno de los  armadores del Elegí Mendoza- Frente Político y Social, que lleva al peronismo como principal impulsor político y electoral.

Tal como ya se señalara, el  miércoles próximo pasado cerró  el plazo de inscripción de los frentes electorales que competirán tanto en las  PASO del 9 de junio, como en las generales del 29 de septiembre, fecha en la que se elegirá  el próximo gobernador de Mendoza. El Partido Justicialista de Mendoza competirá bajo la denominación  de Elegí Mendoza- Frente Político y Social, que integran el Partido Justicialista, Partido Solidario, Kolina, Compromiso Federal, Partido Verde, Partido del Trabajo y el Pueblo, Movimiento de Integración Nacional, Unidad Popular de Mendoza, Partido Comunista, Partido Proyecto Sur, Partido de la Victoria, Encuentro por la Democracia (EDE Nuevo Encuentro), Instrumento Electoral para la Unidad Popular, Unidos por Tunuyán y Partido Comunidad Organizada.  

Uno de los partidos políticos que no ingresó  al Frente Elegí Mendoza fue Protectora, que conduce el Diputado Nacional José Luis Ramón.  A pesar de las negociaciones que se mantuvieron hasta último momento, no se alcanzó un acuerdo.  Sin desechar otras razones, lo cierto es que Ramón nunca tuvo voluntad de integrar el frente. En principio porque  no está poniendo en juego ninguno de los tres cargos legislativos provinciales que aún conserva, de los seis que obtuvo  junto al Partido Intransigente y Más Fe en el 2017, cuando logró alcanzar el 17% de los votos y una banca en la Cámara de Diputados de la Nación.  Es también evidente que Ramón pretende reforzar su propia fuerza, Protectora Fuerza Política, para lo cual ya se desprendió del Partido Intransigente,  y presenta candidatos propios en todas las categorías, sin integrar ninguna alianza. Sin dudas que esta estrategia de acumulación, que sólo apunta a fortalecer  a su propia estructura, puede verse frustrada si, como indican las tendencias, disminuye el voto de los desencantados y aumenta la polarización. En principio, estará muy lejos de los porcentajes que obtuvo en el 2017.

Queda aún pendiente,  dentro del Frente Elegí Mendoza,  la definición respecto de si habrá una sola  fórmula que exprese la unidad o competirán en las PASO como  precandidatos a la gobernación, el actual intendente de Maipú Alejandro Bermejo y la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti.  La semana entrante develará esta incógnita así como también quienes serán las figuras que completarán las fórmulas en la categoría a vicegobernador, aún vacantes.

En términos generales las encuestas están arrojando  una tendencia a la polarización del electorado, entre el Frente Elegí Mendoza  y Cambia Mendoza que están hoy virtualmente empatados. Si bien aún faltan un par de meses para las PASO,  el oficialismo debe remontar la cuesta con candidatos aún poco conocidos y que están plenamente identificado con el fracasado proyecto económico de Cambiemos.  No hay dudas que la figura de Mauricio Macri es el elemento que más conspira contra la imagen y la intención de voto del oficialismo. El peronismo, por el contrario, se afirma electoralmente y aspira, con absoluto realismo, a desplazar a los actuales inquilinos de la Casa de Gobierno. Alcanzar este objetivo,  depende casi exclusivamente de sus propias decisiones.

   

Queda la crisis, se van los cerebros. El pasado 10 de abril “¿celebramos”? el día del investigador científico. Esta vez, no hubo felicitaciones ni brindis, sino más bien un movimiento fenomenal en el ámbito de la ciencia y la tecnología. Entre el viernes y el sábado 140 directores de institutos y centros científicos del Conicet mantuvieron reuniones en Córdoba para analizar la situación crítica que atraviesa el sector y elaborar un documento con propuestas.

La causa de semejante inquietud  es que ingresaron a la carrera de investigadores del Conicet 450 personas en todo el país, de un total de 2595 postulantes. Estos profesionales formados  con recursos aportados por el conjunto de los argentinos, deberán ahora buscar alternativas laborales y profesionales en otros países, ante la falta de políticas públicas para incorporarlos al sistema productivo u organismos estatales.

A pesar de que el Presidente Macri propuso en su campaña llevar la inversión en ciencia y tecnología al 1,5% del PBI, en el 2015 solo se invirtió un 0,35% del PBI, y continuó en caída hasta llegar a un vergonzoso 0,25% en 2018.

Las declaraciones del secretario de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao durante la semana generaron toda clase de repudios. El funcionario reconoció que el presupuesto del sector representa 0,5% del PBI, lejos del 1,5% prometido en campaña: “También dijimos que íbamos a disminuir la inflación y la pobreza y no es tan fácil. Una cosa es lo que uno tiene como aspiración y otra es lo que indica la realidad”.  El cinismo es sin dudas otros de los records histórico que ha batido el macrismo.

En tanto, Marcos Peña dio un informe de gestión en la Cámara de Diputados, y afirmó: “No nos vamos a ir en diciembre”. El jefe de gabinete se encargó de chicanear a los diputados de la oposición que lo esperaron con carteles que expresaban #BastadeMentir, llevando el debate legislativo a  un lamentable espectáculo de provocación e hipocresía: “La pobreza está en el mismo lugar que en 2015, pero con una diferencia, nosotros pusimos cloacas” dijo en uno de su pasajes el Jefe de Gabinete, quien confunde claramente al Estado argentino con una Sociedad Anónima.

En el informe dio algunos detalles de macroeconomía. Afirmó que de ningún modo se irá a un congelamiento de precios de los servicios porque resulta “regresivo”, y anunció acuerdos “voluntarios” con empresas para generar Precios Cuidados. Afirmó que la economía tiene algún crecimiento intermensual, y subestimó la falta de leche en las góndolas de los supermercados afirmando que es simplemente por problemas en la reposición.

Más allá del discurso falaz de Peña, Moyano y las CTA convocaron a un paro para el 30 de abril, intentando además generar presión sobre la CGT, que propone hacer un paro el primero de mayo, cuando es un día feriado para el movimiento trabajador.

Si la oposición comprende que la unidad es superior al conflicto y  la realidad superior a la idea, como como afirma el Papa Francisco, el triunfo de un proyecto popular, democrático, nacional y latinoamericano, no solo es posible sino también una obligación.  


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