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¿Me permite su birome?
- Sí, claro.
- Los lentes…
- Bueno, no creo que le sirvan porque…
- Los zapatos por favor.
- Pero…
- Si, ya sé que no usa talco. Póngalos acá directamente.
- ¿En una bolsa de residuos?
- Es por su bien.
- ¿Por mi bien?
- Le prometo que vamos a tener una atención especial.
- ¿De qué está hablando?
- En una semana, a lo sumo diez días, le devuelvo todo.
- No puedo estar diez días sin lentes. Y sin zapatos.
- Aproveche que gracias a los populistas de los radicales vuelven las cuotas y cómprese otros.
- Pero a mí me gustan estos.
- El procedimiento normal puede tardar meses.
- Pero yo no pedí ningún procedimiento.
- Eso es lo sospechoso.
- ¿Sospechoso?
- Claro. Todos los argentinos de bien deberían pedir un procedimiento para despejar dudas.
- ¿Pero qué dudas puede haber con mi birome, mis lentes y mis zapatos?
- No es con ellos. Es con usted.
- ¿Conmigo? ¿Me está cargando?
- ¿Usted me ve cara de Luis Juez en la interna de Córdoba?
- Entonces explíqueme qué está haciendo.
- Despabílese mi amigo. Nos cercan las hordas de terroristas. Son como agua de crecida.
- ¿De qué habla?
- Jugadores de futsal paquistaníes, artistas chilenos, amantes iraníes… ¿Le parece poco? “Pato” no da abasto.
- Pero nada de eso se pudo probar y lo de los artistas chilenos terminó en un papelón.
- La seguridad nacional no es ningún papelón.
- Pero detuvieron a personas inocentes.
- No se preocupe: Pakistán no iba a ganar el Mundial.
- No se trata de eso.
- Chile tampoco.
- Los chilenos no venían al Mundial, venían al Congreso de la Lengua.
- Bueno, es lo mismo.
-¿Cómo que es lo mismo?
- No vio que estaban Vargas Llosa, los reyes de España, Joaquín Sabina… Eso era una selección.
- En cualquier caso fue humillante.
- A seguro se lo llevaron preso.
- ¿Y eso cómo se aplica en este caso?
- Que todos podemos ir presos, seguro.
- Si está diciendo un chiste, no es gracioso.
- Usted diga lo que quiera pero este es un gobierno comprometido con la defensa de aquellos valores que eviten la desintegración social, la atomización, la división…
- Se me están enfriando los pies.
- Peor la pasaría en Guantánamo.
- ¡Eso que dijo es horroroso!
- La realidad es horrorosa.
- La paranoia también.
- ¿Entonces qué hacemos?
- En principio deme los lentes. Que no veo nada.
- No insista. Ya le dije que con usted vamos a hacer un procedimiento exprés.
- Pero yo no veo nada.
- ¿Y qué quiere ver? En diez días no va a pasar demasiado.
- ¿Le parece?
- Ahora que lo trajeron a Samid de Belice seguro que lo va a ver.
- No me parece gracioso.
- Y si Florencia vuelve de Cuba, va por cadena nacional.
- Pero yo quiero ver por mí mismo.
- ¡Uhhh! Ya empezamos con la cantinela de los derechos. Así estamos.
- Pero es algo básico, elemental. Soy periodista.
- Y yo el maestro yoga de Mauricio. Nada importa si usted esconde una bomba en los lentes.
- ¿Cómo va a entrar una bomba en mis lentes?
- ¿No vio la última de James Bond?
- No.
- Yo tampoco. Pero me la contó Mauricio, que se las ve todas con “Pato”. ¡No sabe cómo se ríen! Da gusto verlos.
- ¿De qué se ríen?
- De los tiros, las explosiones, las fugas a toda velocidad.
- ¿Y eso es gracioso?
- Muy.
- ¿Por?
- Les hace acordar a Cambiemos.
- No es un comentario muy elogioso.
- Al contrario. Todo lo que estalla en mil pedazos se vuelve a unir mejor.
- ¿De dónde sacó eso?
- No sé. Pero suena lindo. Lo vamos a usar en la campaña.
- ¿Me devuelve los zapatos?
- Mire que es pesado, ¿eh?
- Tengo los pies entumecidos por el frío.
- Ya, ya. Le doy uno.
- ¿Y uno solo para qué me sirve?
- Para que vuelva. A los radicales les hacemos lo mismo.
- ¿Y?
- ¿Y a usted qué le parece? ¿Acaso se fueron?
- Todavía no.
- ¿Se da cuenta? La seguridad ante todo.