Columnistas // 2018-10-31
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El proyecto político detrás del presupuesto
“La planificación a largo plazo no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes” Peter Druker


A poco de comenzar el tratamiento sobre tablas de la ley de leyes, el gobierno provincial comenzó a hacer declaraciones y poner sobre la mesa algunos de los aspectos que serán ejes vertebradores de la misma.
 Sin lugar a dudas, las declaraciones del gobernador Alfredo Cornejo adelantan la forma en la que estarán distribuidos los recursos de los mendocinos. El primer mandatario aseguró que “se logró acabar con el círculo vicioso de contratar más empleo público y destinar menos presupuesto a la realización de obra”.
Los aspectos económicos financieros suelen ser hostiles y poco claros para la mayoría. Pero en realidad, cuando vemos los números y algunos datos generales; comenzamos a entender.
La política económica de Mendoza, se condice bastante con la llevada adelante por el presidente de la Nación, Mauricio Macri, quienes sostienen como objetivo la reducción del Estado como forma de achicar el gasto.
“Hoy, la provincia de Mendoza tiene alrededor de 6.000 empleados menos. Desde el inicio de la democracia, este ha sido el único Gobierno que redujo la planta estatal. No ha habido un solo Gobernador, desde 1983, que haya entregado su mandato con menos empleados de los que recibió. Nos pusimos muy firmes en el control de la paritaria estatal, que en algunos casos representa hasta el 60% de los gastos. Logramos paz social con negociaciones efectivas, sin paros”, detalló el Gobernador en el 4º Congreso Nacional de Pymes Constructoras.
Ahora bien, ¿cuánto es lo destinado dentro del presupuesto a, por ejemplo, la planta de personal? ¿Cuánto “ahorro” obtiene el Estado achicando el empleo público? ¿Hacía donde se dirigen esos recursos? ¿Cuánto supone en el presupuesto el pago de intereses de deuda? ¿Cuánto se está invirtiendo en obra pública y qué es lo que se está priorizando dentro de este ítem?
Para el 2018 se estimó un total de $45.044,3 millones para erogaciones en personal. Para 2019 el monto asignado a personal es de $ 62.401,3 millones que representa un incremento del 38,5% respecto de 2018. El incremento del ítem personal para 2018 respecto de 2017 fue del 18,5% el que ha quedado absolutamente desfasado con la inflación interanual y acumulada del 45% para este año.
Por otro lado, en el cuadro que se muestra a continuación, podemos observar el crecimiento desmedido del pago de “intereses y gastos de deuda” y que en lo que va del 2018 tiene un acumulado anual de 4,129 millones de pesos.

¿Qué quiero decir con esto? Siguiendo los números, no es el ítem en personal lo que ha desequilibrado las cuentas estatales, tampoco es lo que ha crecido desmedidamente. La provincia ha adquirido deuda en estos últimos años, por un monto que, sólo en deuda norteamericana, ronda los 755 millones de dólares y que representa el 55% del total de la deuda mendocina; el otro 45% corresponden a créditos tomados con el Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional, los bonos firmados por el gobernador, etc.
Esta deuda tomada ¿qué destino ha tenido? Una de las definiciones que ha tomado este gobierno, o que por lo menos así lo dice, es la de dirigir a obras públicas los esfuerzos. El fuerte “publicitario” han sido las denominadas obras “low cost” que ha desarrollado en los centros urbanos de la provincia (parques, plazas, veredas, calles y todo lo vinculado a lo urbanístico) y que del total de fondos a invertir se llevan el 26 %; compartiendo ítem con vivienda. Es decir, que del total de fondos que llegaron a la provincia para obra pública el oficialismo destina sólo un cuarto a vivienda; y no sólo eso, sino que a su vez le da la misma jerarquía que al urbanismo y el paisajismo ¿Qué dice eso de la política oficialista, en una provincia con un déficit habitacional de 65.000 viviendas?
Entonces el “quiebre del círculo vicioso” ¿a quienes está beneficiando? Me resulta inquietante, que la provincia haya adquirido deuda como nunca antes, esté desguazando al Estado y mutilando el empleo público en aras de una supuesta obra pública que beneficiará a los y las mendocinas, pero que al momento de analizar la distribución de esos fondos sólo se destina el 26% para ello.
En el contexto macroeconómico en el que nos encontramos los esfuerzos del gobierno deberían estar puestos en incentivar a la producción regional y el desarrollo de la provincia, de manera de poder salir del estado de recesión en el que nos encontramos; y no seguir ajustando en los sectores menos favorecidos de la provincia, seguir atacando a las y los trabajadores.  


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