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Paradójicamente, como afirmaba el agudo político italiano Giulio Andreotti, "El poder desgasta al que no lo tiene". Esto fue, al menos en parte, lo que sucedió con el peronismo después de la derrota electoral que sufrió en el 2015. En dosis distintas se mezclaron confusión, decepción, falta de liderazgo, rencores y oportunismo, una combinación que dio como resultado una fuerte fragmentación que favoreció directamente al proyecto político que comparten, sin fisuras, Mauricio Macri y Alfredo Cornejo. Un síndrome, no muy distinto, que también han sufrido otras fuerzas políticas en similares circunstancias. Tampoco faltaron, en medio de la crisis, los gestos de solidaridad, la solidez de las convicciones ni la voluntad política para reconstruir el poder perdido.
En la provincia de Mendoza hubo dirigentes que muy tempranamente comprendieron que, para desplazar del gobierno al macri-cornejismo en el 2019, era condición necesaria alcanzar una síntesis entre peronismo y kirchnerismo que permitiera consolidar esta fuerza política como la expresión opositora, más importante y robusta, al modelo neoliberal que expresa el oficialismo. En consecuencia, en la lógica de esta dirigencia, el primer paso para desalojar al macri-radicalismo de la Casa de Gobierno, consistió en unificar todas las expresiones de peronismo detrás de este objetivo superior. El desafío de volver a instalar el justicialismo en el centro de la escena política mendocina fue asumido, en un proceso complejo y no exento de conflictos, por intendentes, legisladores nacionales y provinciales, concejales y autoridades partidarias, que buscan recuperar la iniciativa y visibilidad política y ofrecer una opción superadora al modelo social y productivo que representa la alianza gobernante en la provincia.
En este contexto, la presidencia del aparato partidario recayó en la figura del diputado nacional Guillermo Carmona quien estará escoltado, en la vicepresidencia primera, por Florencia Décima, joven maipucina que representa el sector de La Cámpora y el ciurquismo y, la segunda vicepresidencia, por la senadora provincial Patricia Fadel, de Construyendo Unidad, que expresa al espacio de los intendentes y de los bloques legislativos del justicialismo más tradicional.
La elección del nuevo Presidente del Partido Justicialista no fue casual ni, menos aún, antojadiza. El diputado Guillermo Carmona expresa, casi naturalmente, esa síntesis entre peronismo y kirchnerismo. Sin dudas que ha sido uno de los dirigentes que mejor ha sabido formular esta nueva visión política de convergencia. Su rol como diputado nacional, primero como Presidente y hoy como Vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara de Diputado de la Nación, también le ha valido un amplio reconocimiento nacional, no sólo de los miembros del Bloque FPV-PJ sino también del resto de sus pares. Como miembro de la Corriente Nacional de la Militancia, Carmona integra la mesa chica que promueve la candidatura presidencial de Agustín Rossi, a la vez que cultiva un diálogo directo y fluido con dirigentes como Alberto Fernández, José Luis Gioja, Cristina Álvarez Rodríguez, Daniel Filmus entre otros.
En este sentido, mientras que en el plano nacional se demora la integración de un espacio opositor, al estar pendiente el armado de un frente político-electoral que unifique al peronismo y al kirchnerismo, en Mendoza ha quedado demostrado, a juzgar por los resultados, que el peronismo puede construir unidad sin dejar de expresar la diversidad y la vasta heterogeneidad de intereses. Por las características del proceso, el Partido Justicialista de Mendoza es un modelo a replicar, con sus particularidades, en otros distritos del país.
Esta conjunción de intereses se potencia además con la participación, tanto en cargos partidarios como legislativos, de representantes de la Confederación General del Trabajo Regional Mendoza, dirigentes que mantienen una larga y fluida relación política con el nuevo presidente del justicialismo provincial. Otro rasgo característico de la nueva conformación partidaria, es el respeto irrestricto a la paridad de género contenida en la Carta Orgánica partidaria, que permitió que las mujeres ocupen la mitad de todos los cargos provinciales y departamentales en juego. También el protagonismo de una numerosa cantidad de jóvenes en la vida del justicialismo quedó reflejado en la nueva arquitectura partidaria, fenómeno que revela el proceso de trasformación y renovación en el que está inmerso el peronismo mendocino. Estas crecientes dimensiones que se van agregando al proceso de acumulación política, como es el caso de las mujeres, jóvenes, movimientos sociales y de trabajadores, refleja también los nuevos compromisos de una innovadora agenda partidaria, que va en camino a reformularse y enriquecerse.
A la voluntad política de la dirigencia justicialista, debe sumarse la oportunidad que ofrece un contexto político en el que el gobierno de Mendoza, en particular la Unión Cívica Radical, sufre el desgaste de ser el furgón de cola de una alianza que avanza hacia la constitución de un país elitista y autoritario, que vino a profundizar las desigualdades económicas y sociales del país y de las provincias del interior.
Sin embargo, no todos vieron con buenos ojos y espíritu democrático el proceso que vive el justicialismo mendocino. El Gobernador Cornejo, indirectamente, se despachó en la cumbre del radicalismo contra el peronismo al señalar que "no están superadas las lacras que trae el populismo a la Argentina". La repuesta del diputado Carmona fue inmediata: “Las verdaderas lacras a superar son los tarifazos, el endeudamiento, la precarización y el despido de trabajadorxs, la inflación descontrolada, la acción destructiva del trabajo y la producción nacional realizada por Macri, Cornejo y sus socios de Cambiemos” tuiteó el nuevo presidente del PJ.
Sin dudas que, fracasado su intento de reelección, el gobernador mendocino busca hacerse un lugar en el escenario nacional y no encuentra mejor recurso, además de entregar la provincia a la voracidad de especulación macrista, que repetir agresiones que degradan la investidura institucional con el que lo ungió el pueblo de Mendoza. Mientras, los aprontes electorales dentro de la alianza Cambia Mendoza, ponen al Gobernador en trance de tener que instalar un cornejista con votos. Viene probando infructuosamente con su ministro Martin Kerchner y ahora ensaya también con el dubitativo Tadeo García Salazar, intendente de Godoy Cruz. El actual intendente de Capital, Rodolfo Suarez, es otro dirigente radical que empieza a probarse el traje de gobernador, a pesar de los remilgos y de su “deseo es continuar junto a los vecinos como Intendente”, que había expresado a mediados de año.
El que está lanzado a ocupar el sillón de San Martín es Omar de Marchi, hombre del PRO e intendente de Luján de Cuyo. Para fortalecer su posicionamiento se mostró con la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich y con la vicepresidenta Gabriela Michetti. El candidato de Macri en Mendoza es un dirigente ambicioso que contará con todo el aparato del gobierno nacional para sostener sus pretensiones. El Gobernador Cornejo deberá hacer algo más que ofender al peronismo o modificar el calendario electoral, si no quiere perder su capital político y el de su partido, en manos de sus circunstanciales aliados.
Pero no son estos vericuetos propios de la política lo que interesan a los mendocinos. Lo trágico es que la alianza Cambia Mendoza no ha logrado preservar los equilibrios sociales y económicos que la provincia necesita. La destrucción del trabajo y del aparato productivo está en la base de este profundo retroceso que viven hoy los mendocinos. Son oportunas y aplicables aquí las reflexiones de Antonio Gramsci cuando, hablando de la ineptitud de los políticos decía “No han previsto que un día faltaría, además de las lentejas, el pan. Cuando se han dado cuenta a era demasiado tarde; no importa: todavía podrían proveer, podrían haber distribuido equitativamente el sufrimiento. No han sentido el dolor: han creado el caos han dejado que los más fuertes se aprovecharan económicamente, han dejado que lo poco que había se desperdigara”