Columnistas // 2018-10-10
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Cuarenta, por uno, no va a quedar ninguno


- Cuidado, cuidado, cuidado…

- ¿Qué hace?

- Paso la aspiradora, en este gobierno trabajamos todos.

- ¿También echaron al personal de limpieza?

- Eso fue durante el gradualismo bolchevique, ahora aspiramos pesos.

- Pero… espere…

- El otro bolsillo también. No. Ábralo más, que así no entra el succionador…

- Me va a romper el saco…

- No se preocupe, cuando pase la tormenta se va a poder comprar tres.

- ¿Y eso cuando va a ser?

- Calculamos que para el segundo semestre del 19.

- ¿Voy a tener que esperar un año?

- Ni lo sueñe, se acabaron las soluciones mágicas del populismo: para el segundo semestre de 2119.

- Pero para entonces ya voy a estar muerto.

- Ah bueno, usted sí que derrocha optimismo.

- ¿Y ahora qué hace? Me está metiendo la aspiradora en el …

- Usted sabe que el derroche de los argentinos no tiene límites, esconden los pesos en el lugar menos pensado.

- Pare, pare. Es una falta de respeto, una violación a la intimidad que intente…

- No me venga ahora con los derechos humanos que nos está tapando el agua, se lo pido por Dios. Deme la billetera.

- ¿La billetera?

- Vamos a secar el mercado de pesos. No vamos a dejar un peso ni en el chancho-alcancía que esconden los pibes en el ropero.

- Ya no existen más las alcancías.

- ¡Y claro, es más fácil llevar la guita afuera, abrir una offshore, amarrocar los pesos, en lugar de tener un gesto patriótico!

- ¿Y cuál sería el gesto patriótico?

- Que no quede un peso en la calle. Cuarenta /por uno /no va a quedar ninguno / Cuarenta / por uno / no va a quedar ninguno / Cuarenta / por uno / no va a quedar ninguno…

- ¿Y eso para qué?

- Para que los argentinos terminen con la manía de comprar dólares, de comprar Lebacs, de comprar Letes, de comprar bonos del Tesoro nortemaericano…

- El 99% de los argentinos usa la plata para comer, vestirse, viajar, estudiar…

- Todo eso también se tiene que acabar…

- Pero…

- Pero nada, mi viejo! ¿O qué pretende? ¿Que nos arrastre el tornado de la inflación?

- Eso ya está pasando.

- ¿Que nos voltee el tsunami de la recesión?

- Hacía ahí vamos…

- ¿Que el huracán de la crisis destruya más puestos de trabajo?

- ¿Puede dejar de adjetivar con catástrofes naturales?

- Ah buen! Si volvemos al negacionismo estamos fritos.

- Usted no tiene derecho a revisar mi billetera…

- Si quiere una orden judicial se la consigo enseguida.

- ¿Con qué argumentos un juez lo va a autorizar a hacer una cosa así?

- Con este.

- ¿Un billete de cinco pesos? ¿Qué tiene de malo?

- Es un arma peligrosa ¿Sabe la cantidad de dólares que puede comprar con cinco pesos? ¿Qué pretende? ¿Un dólar a cien mangos?

- Cinco pesos son como doce centavos de dólar…

- Más a mi favor ¿Sabe el daño que le puede hacer a la economía del país? ¿Usted no estará poniéndole gasolina al helicóptero, no?

- Es ridículo. Además, necesito los cinco pesos para comer, para pagar el gas, para que comprarle ropa a mis hijos. No para comprar dólares.

- Todos dicen lo mismo.

- No… ¿Qué hace? Abra la aspiradora y devuélvame los cinco pesos.

- Imposible.

- ¿Por qué?

- Nada puede alterar las fuerzas centrífugas del mercado…

- ¿Qué mercado? Fue usted el que hizo esa locura.

- Locura es lo que le acabo de encontrar acá…

- Si aspira la tarjeta de crédito se le va a trabar…

- No se preocupe, para Mauricio Buena Onda todo es posible.

- No vuelva con eso, por favor, a ver si terminamos como el miércoles pasado. Y devuélvame la tarjeta que… Se lo dije...

- Parece que se atascó…

- Se lo dije...

- ¿Se da cuenta de lo que hizo, no? ¿Sabe que le cabe la figura penal del sabotaje contra los bienes del Estado, no?

- Pero si fue usted el que…

- Típico del periodismo militante: ustedes condenan al país al atraso, y la culpa la tenemos nosotros.

- Fue usted el que me sacó los cinco pesos, destruyó mi tarjeta de crédito…

- Ahora el señor es capitalista de la primera hora, mire que los conversos son los peores ¿eh?

- ¿Qué tiene que ver?

- ¿Usted no quería un país como la Unión Soviética, Cuba, Venezuela, Camboya…?

- No.

- Ahora no hay marcha atrás. Vuelva al trueque y deje de ocultar todos estos instrumentos que atentan contra la estabilidad económico-financiera del país.

- No, por favor. No me destruya la SUBE que vivo en González Catán…

- No intente corromperme que acá se acabó la joda mi viejo.

- Lo único que intento es que no siga destruyendo mi billetera.

- Demasiado tarde. Ya lo dijo el carnicero que visitó Mauricio. Hay que meter el cuchillo hasta el fondo de la vaca para salir adelante…

- ¿Y ahora como vuelvo a mi casa?

- ¿Para qué quiere volver? ¿Para seguir gastando?

- …

- Mejor quédese acá. Que si me ayuda a arreglar la aspiradora, tal vez los jueces lo acepten como arrepentido y todas sus fechorías queden en la nada.


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