Columnistas // 2018-08-22
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Obras cumbres


 -Y escuche esta: “Yo conozco a los pobres / porque los visito / Yo conozco la mortadela / por mi tía Adela / Yo conozco Santa Teresita / por mi tía Rita…” ¿Qué tul?

- Sin palabras.

- Le doy tres opciones: Borges, Gelman o Mauricio. Si acierta, lo autorizo a publicarlo.

- ¿Y si no?

- Dice que encontró el poema en un cuaderno que le dio el remisero cuando venía para acá y lo publica igual.

- ¿El presidente se dedica a escribir estas cosas?

- Lo sorprendí, ¿eh?

- Mucho.

- Es que los grandes genios son así, la inspiración irrumpe en medio de sus ocupaciones cotidianas y no pueden contenerse.

- ¿Y eso cuándo lo escribió?

- Durante una recorrida por el interior, entre timbre y timbre.

- Escribe rápido.

- ¿Rápido? Rapidísimo. No se olvide que ahora tocamos y salimos corriendo.

- ¿Ya no hablan con la gente?

- ¿Para qué? Mauricio se deprime con la cantinela populista de que la plata no alcanza, que no se puede pagar el gas, que no hay trabajo…

- Entonces se dedica a escribir…

- No empiece con el periodismo militante ¿O acaso Cortázar no trabajaba en una oficina?

- No, era maestro. Escribió el cuento “Trabajo de oficina”, que es otra cosa.

- Eso debe ser porque era rico y no tenía que ir a trabajar.

- ¿El presidente?

- No, Cortázar.

- ¿Y el presidente?

- Tampoco.

- ¿Tampoco qué?

- Tampoco tiene que ir a trabajar.

- Si usted lo dice …

- No se haga el irónico conmigo que ya le va a llegar su cuadernazo.

- ¿Me está amenazando?

- No, lo voy a buscar en los cuadernos de Bonadio ¿Un viaje en Fly Bondi a que aparece?

- Usted sí que apuesta fuerte.

- Bueno, si el señor quiere volar en British no hay problema. Mire la fe que me tengo.

- Va a perder. No aparezco en ningún cuaderno.

- Eso es lo de menos. Ya va a venir algún empresario o un ex funcionario o un primo a hacerlo aparecer.

- Lo que está diciendo es horroroso.

- Si, tiene razón, con lo del primo se me fue la mano.

- En cualquier caso, lo del presidente no es la literatura, lamento desilusionarlo.

- Eso porque usted no leyó la obra en prosa. No tiene desperdicio.

- No puedo imaginarlo.

- Su última novela, sin ir más lejos, tiene más de mil páginas, parece el Ulises de Joyce.

- ¿El presidente escribió una novela de mil páginas?

- Como lo escucha.

- ¿Y cómo se llama?

- El silencio de Lilita.

- ¿Me puede adelantar algo?

- Sí, todo.

- Me conformo con escuchar la primera línea.

- Para Mauricio sería un honor que un periodista como usted, tan leído, pueda leer su obra cumbre. Con Nelson Castro no tuvimos la misma suerte.

- ¿No quiso leerla?

- Se quedó dormido. Es que trabaja mucho. Vio que además de periodista es médico, abogado, entrenador de fútbol, crítico de música…

- ¿Va a leer o no?

- Si claro, espere…

- ¿Lleva una novela de mil páginas en el bolsillo de la camisa?

- ¿Sabe qué pasa? Hay obras que uno tiene que tener siempre encima porque no sabe en qué momento las puede necesitar.

- Parece que está hablando de un paraguas…

- ¿Quiere que lea o va a seguir opinando de todo?

- Si claro, pero no veo la novela.

- Acá la tiene.

- Pero eso es el papel de un alfajor.

- ¿Y a usted quien le dijo que las grandes obras de la literatura universal se escribieron en papel de lujo? Me extraña, araña.

- Pero usted dijo que tenía más de mil páginas.

- Y si, son mil papeles de alfajores cordobeses. Usted sabe que en la historia nacional todo lo bueno vino de esas tierras nobles.

- Sería de vanguardia que alguien escribiera una novela de más de mil páginas en papel de alfajor, pero…

- Así me gusta que se vaya majulizando, que vaya dejando la crítica fácil y se acerque al elogio de quienes aspiran al progreso.

- Yo no critico ni elogio hasta no leer lo que me prometió.

- Tome, toda suya.

- Pero…

- Ah, el título es “El silencio de Lilita”, ¿se acuerda? Le digo porque no entró. Por el espacio, claro.

- Pero acá no dice nada, solo hay migas y restos de dulce de leche.

- Y espere que le traiga las novencientas noventa y nueve páginas que faltan; chocolate, frutales, hasta de cantimpalo hay alfajores. Cómo creció la Argentina desde que somos gobierno, mamita.

- No hay escrita ni siquiera una palabra.

- ¿Y eso qué tiene que ver?

- ¿No dijo que el presidente había escrito una novela de más de mil páginas?

- Si.

- ¿Sin una palabra?

- Si.

- Es un fraude.

- Bueno, si usted no entiende nada de literatura no es problema nuestro. Y ahora devuélvame la obra que la tengo que llevar a la Academia.

- ¿Va a presentar eso en la Academia sueca?

- No, en la sede de Racing de Córdoba. Hay una muestra sobre alfajores y literatura y Mauricio es invitado de honor. Borombombón / Borombombón / para Mauricio / la reelección.


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