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-Y escuche esta: “Yo conozco a los pobres / porque los visito / Yo conozco la mortadela / por mi tía Adela / Yo conozco Santa Teresita / por mi tía Rita…” ¿Qué tul?
- Sin palabras.
- Le doy tres opciones: Borges, Gelman o Mauricio. Si acierta, lo autorizo a publicarlo.
- ¿Y si no?
- Dice que encontró el poema en un cuaderno que le dio el remisero cuando venía para acá y lo publica igual.
- ¿El presidente se dedica a escribir estas cosas?
- Lo sorprendí, ¿eh?
- Mucho.
- Es que los grandes genios son así, la inspiración irrumpe en medio de sus ocupaciones cotidianas y no pueden contenerse.
- ¿Y eso cuándo lo escribió?
- Durante una recorrida por el interior, entre timbre y timbre.
- Escribe rápido.
- ¿Rápido? Rapidísimo. No se olvide que ahora tocamos y salimos corriendo.
- ¿Ya no hablan con la gente?
- ¿Para qué? Mauricio se deprime con la cantinela populista de que la plata no alcanza, que no se puede pagar el gas, que no hay trabajo…
- Entonces se dedica a escribir…
- No empiece con el periodismo militante ¿O acaso Cortázar no trabajaba en una oficina?
- No, era maestro. Escribió el cuento “Trabajo de oficina”, que es otra cosa.
- Eso debe ser porque era rico y no tenía que ir a trabajar.
- ¿El presidente?
- No, Cortázar.
- ¿Y el presidente?
- Tampoco.
- ¿Tampoco qué?
- Tampoco tiene que ir a trabajar.
- Si usted lo dice …
- No se haga el irónico conmigo que ya le va a llegar su cuadernazo.
- ¿Me está amenazando?
- No, lo voy a buscar en los cuadernos de Bonadio ¿Un viaje en Fly Bondi a que aparece?
- Usted sí que apuesta fuerte.
- Bueno, si el señor quiere volar en British no hay problema. Mire la fe que me tengo.
- Va a perder. No aparezco en ningún cuaderno.
- Eso es lo de menos. Ya va a venir algún empresario o un ex funcionario o un primo a hacerlo aparecer.
- Lo que está diciendo es horroroso.
- Si, tiene razón, con lo del primo se me fue la mano.
- En cualquier caso, lo del presidente no es la literatura, lamento desilusionarlo.
- Eso porque usted no leyó la obra en prosa. No tiene desperdicio.
- No puedo imaginarlo.
- Su última novela, sin ir más lejos, tiene más de mil páginas, parece el Ulises de Joyce.
- ¿El presidente escribió una novela de mil páginas?
- Como lo escucha.
- ¿Y cómo se llama?
- El silencio de Lilita.
- ¿Me puede adelantar algo?
- Sí, todo.
- Me conformo con escuchar la primera línea.
- Para Mauricio sería un honor que un periodista como usted, tan leído, pueda leer su obra cumbre. Con Nelson Castro no tuvimos la misma suerte.
- ¿No quiso leerla?
- Se quedó dormido. Es que trabaja mucho. Vio que además de periodista es médico, abogado, entrenador de fútbol, crítico de música…
- ¿Va a leer o no?
- Si claro, espere…
- ¿Lleva una novela de mil páginas en el bolsillo de la camisa?
- ¿Sabe qué pasa? Hay obras que uno tiene que tener siempre encima porque no sabe en qué momento las puede necesitar.
- Parece que está hablando de un paraguas…
- ¿Quiere que lea o va a seguir opinando de todo?
- Si claro, pero no veo la novela.
- Acá la tiene.
- Pero eso es el papel de un alfajor.
- ¿Y a usted quien le dijo que las grandes obras de la literatura universal se escribieron en papel de lujo? Me extraña, araña.
- Pero usted dijo que tenía más de mil páginas.
- Y si, son mil papeles de alfajores cordobeses. Usted sabe que en la historia nacional todo lo bueno vino de esas tierras nobles.
- Sería de vanguardia que alguien escribiera una novela de más de mil páginas en papel de alfajor, pero…
- Así me gusta que se vaya majulizando, que vaya dejando la crítica fácil y se acerque al elogio de quienes aspiran al progreso.
- Yo no critico ni elogio hasta no leer lo que me prometió.
- Tome, toda suya.
- Pero…
- Ah, el título es “El silencio de Lilita”, ¿se acuerda? Le digo porque no entró. Por el espacio, claro.
- Pero acá no dice nada, solo hay migas y restos de dulce de leche.
- Y espere que le traiga las novencientas noventa y nueve páginas que faltan; chocolate, frutales, hasta de cantimpalo hay alfajores. Cómo creció la Argentina desde que somos gobierno, mamita.
- No hay escrita ni siquiera una palabra.
- ¿Y eso qué tiene que ver?
- ¿No dijo que el presidente había escrito una novela de más de mil páginas?
- Si.
- ¿Sin una palabra?
- Si.
- Es un fraude.
- Bueno, si usted no entiende nada de literatura no es problema nuestro. Y ahora devuélvame la obra que la tengo que llevar a la Academia.
- ¿Va a presentar eso en la Academia sueca?
- No, en la sede de Racing de Córdoba. Hay una muestra sobre alfajores y literatura y Mauricio es invitado de honor. Borombombón / Borombombón / para Mauricio / la reelección.