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- ¿Se va a arrepentir o no?
- ¿De qué?
- No sé. De cualquier cosa.
- ¿Cómo que de cualquier cosa?
- Como lo escucha. Estamos en momentos de expiación.
- ¿Estamos? ¿Quiénes estamos?
- Los argentinos, mi amigo. No me diga que no se enteró.
- Creo que entiendo por dónde va, pero no sé por qué me lo dice a mí, un simple periodista acreditado en Casa de Gobierno.
- Porque todos tenemos algo que confesar, todos. Una trampa, un chanchullo, algo.
- No sé qué quiere insinuar.
- Uy Dios, qué vueltero que está hoy. Es más simple la cosa: usted se presenta ante el juez, pone la escupidera, larga todo y se va a su casa.
- ¿Y a que otro lugar puedo ir?
- A la cárcel.
- ¿A la cárcel? ¿Por qué voy a ir a la cárcel?
- Porque en la Argentina de Mauricio se acabó la joda, querido, ¿sabe cuál va a ser nuestro lema para 2019?
- No.
- Cárcel para todos y todas ¿Qué le parece?
- Espantoso.
- Prisión / Prisión / Que grandes sos... ¿Le gusta más?
- …
- Donde existe una necesidad, hay un calabozo.
- …
- Ponga la cara que quiera, pero todos tenemos un primo que pagó coimas, una licitación millonaria a cambio de un diego, un manguito en algún paraíso fiscal que no podemos justificar...
- Con lo que dice el que debería presentarse ante la Justicia es usted, no yo.
- ¿Ve cómo le va tomando el gustito?
- ¿Qué gustito?
- El del arrepentimiento. Repita conmigo: Yo me arrepiento; Tú te arrepientes; Él se arrepiente; Nosotros nos arrepentimos...
- No tiene sentido.
- Remiseros, empresarios, lobistas, políticos, periodistas, servicios de inteligencia, todos arrepentidos. Lo que logramos en dos años, mamita.
- Paranoia, miedo, confusión...
- Si quiere seguir con la impunidad populista allá usted, pero vaya y arrepiéntase antes de que se acaben las sortijas. Hágame caso.
- Pero si yo no tengo nada de qué arrepentirme.
- Busque, algo va a encontrar.
- No se trata de buscar.
- ¿Y de qué se trata?
- De que yo no hice nada.
- Eso lo va a decidir la Justicia.
- Pero la Justicia a no me citó.
- No importa. Usted vaya y arrepiéntase igual. Lo eximen de prisión seguro...
- Ya le dije que yo no...
- Yo lo puedo ayudar.
- ¿A qué?
- A buscar algo de que arrepentirse.
- Eso es absurdo. Uno se arrepiente de algo que hizo mal o de cometer una falta. No hace falta andar buscando.
- ¿Terminó?
- Si.
- Bueno. Ahora vaya a ver al juez. Deje las cosas acá, yo se las cuido.
- Yo no voy a ir a ver a ningún juez. Yo no hice nada ¿Cómo tengo que decírselo?
- ¿Nunca se fue del chino sin pagar fingiendo que no entendía lo que le decía? ¿Jamás le miró el culo a la ahijada de su mujer? ¿O acaso no votó a Cristina?
- Qué tiene que ver si voté o no voté...
- Todo sirve, no se preocupe, lo importante es que se arrepienta. Vaya, vamos que por la hora que es capaz que le dan sándwich de miga y todo.
- ¿Pero cómo me voy a arrepentir de algo que no hice?
- No importa si hizo o no hizo, lo que importa es que se arrepienta.
- ¿Y que gano con arrepentirme por algo que no hice?
- Mucho.
- ¿Por ejemplo?
- Dejar de ser culpable de cualquier cosa que haya hecho, por mínima que sea. Se va a sentir aliviado, créame.
- Si yo no me siento con ninguna carga...
- Además, si usted se arrepiente todas sus culpas pasan a ser de otro, ¿me entiende?
- No.
- Usted pasa a ser una víctima.
- ¿Una víctima de quién?
- De los que no se arrepienten.
- Pero si todos no arrepentimos, incluidos los que no tenemos por qué hacerlo, estamos todos igualados, los que tienen de qué arrepentirse y los que no.
- Exacto.
- Y eso, sumado a que el arrepentimiento alcanza para quedar exento de responsabilidad, iguala lo que está bien con lo que está mal, convalidando la impunidad.
- Me parece que usted mira mucho canal Encuentro.
- No se preocupe, ya levantaron casi toda la programación.
- Pero debe estar por You Tube. Malditos americanos.
- Habla como en las películas.
- ¿Y cómo quiere que hable? Si usted hace difícil hasta lo más sencillo. Si va y se arrepiente, lo incluyo en el sorteo.
- ¿En qué sorteo?
- El de los arrepentidos. Va a haber fabulosos premios, se lo aseguro.
- Me imagino.
- Usted vaya, arrepiéntase y va a estar a un paso del éxito. Entrevistas en televisión, tapas de las revistas, mensajes de la Virgen de los Remiseros...
- Increíble.
- Se lo dije el primer día. Argentina es un país de oportunidades.