Columnistas // 2018-08-12
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Culpables
El Presidente Macri ya no puede disimular su fracaso. Con un gobierno paralizado y una economía que se derrumba, el oficialismo busca construir legitimidad construyendo escándalos mediáticos y judiciales. Mientras, el peronismo, se posiciona como alternativa política de cara al 2019.


El Presidente Macri prometió un cambio y  lo consiguió. En treinta meses de gestión  la Argentina luce en ruinas y los argentinos mastican su decepción  confundidos, irritados y empobrecidos. Solo una porción de fieles, cada vez menor, se sigue alimentando de la serie policial que cada semana el gobierno pone en cadena nacional. Sin embargo, a esta altura de la decadencia  económica, social y política el Presidente intuye que su final político está cercano e intenta posponerlo utilizando políticamente el encarcelamiento de ex funcionarios kirchneristas incluyendo, si el derrumbe se anticipa,  a la misma ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Está convencido que aún puede ser premiado electoralmente si logra convencer a la sociedad argentina que, la culpa de la pobreza y frustración colectiva, es responsabilidad del  “populismo kirchnerista” y no el resultado de los estragos intencionales provocados por su propia ineptitud, insensiblidad y codicia.

Un  gobierno maltrecho, un partido judicial,  cómplice desembozado del poder político, y medios de comunicación adictos al macrismo son los principales, aunque no los únicos, culpables de llevar al  país a un peligroso precipicio institucional y económico que solo puede ser contenido por una oposición con dirigentes capaces de interpretar las urgencias del momento y de construir las propuestas que una sociedad desilusionada espera.  En esa dirección, sin prisa pero sin pausa, el peronismo es la principal fuerza política que va consolidando un camino de unidad, aspirando a conformar un gran frente electoral y programático con la renovada convicción de poder llegar a  gobernar el país, las provincias y los municipios. El Plenario de Unidad Ciudadana realizado en Ensenada, provincia de Buenos Aires y los acuerdos alcanzados en el Congreso del Partido Justicialista de Mendoza son una clara muestra de ese proceso de debates y coincidencias que permite saldar diferencias y sellar acuerdos.  

Entre tanto, el  escándalo desatado por  las fotocopias del remisero Oscar Centeno,  por la cuales ya se detuvo a un nutrido grupo  ex funcionarios y empresarios acusados de asociación ilícita,  también parece haber escapado al control del gobierno y ya está causando daño  en varios frentes de la gestión. Una buena oportunidad para descubrir los mecanismos de una  presunta red de corrupción se frustrará rápidamente si prevalece, como todo parece indicarlo,  la sed de venganza y de revancha que anima al oficialismo. Lamentablemente la Armada Brancaleone que agita  esta nueva denuncia está muy lejos de garantizar imparcialidad y justicia.

Mientras, la situación económica,   entró definitivamente en una pendiente irreversible. Con  un escenario político turbulento, la cueva financiera en la que se ha transformado el Banco Central, no ha podido  o no ha querido ponerle freno al precio del dólar que ronda los $30 como tampoco ha logrado bajar la tasa de interés que, en algunos casos, llega al  60%. Hasta el FMI parece más moderado que los funcionarios macrista al ordenarles limitar la venta dólares a 50 millones diarios y no a 100 millones como lo venían haciendo. De cualquier modo, el dinero del  Stand by ya ha sido parcialmente gastado y el resto está comprometido para un futuro inmediato. Solo quedará la deuda que pagará, con enormes sacrificios, el conjunto de la sociedad argentina. Nadie en el gobierno  sabe, por ejemplo, con qué recursos el Tesoro Nacional piensa afrontar el vencimiento de las Letes que, por U$15.000 millones de dólares, vencen de aquí a mediados del año próximo. Otra bomba económica que pronto encenderá nuevas alarmas. No hay dudas que Mauricio Macri es culpable de  la crisis económica. Sin embargo su gobierno está paralizado frente al derrumbe. Basta observar cualquier variable relevante para medir los desaciertos. Por ejemplo, el uso de la capacidad instalada industrial retrocedió al 61,8 a junio de este año, afectando principalmente a refinación de petróleo, la fabricación de automóviles y  la industria textil entre otras doce actividades monitoreadas por el INDEC.

Con un  riego país que pasó  los 700 puntos también la confianza  internacional en la gestión macrista ha desaparecido y con ella toda posibilidad de atraer inversiones. El escándalo de corrupción que alcanza a muchos empresarios de la “patria contratista”, y  que podría ser interpretado como un logro del gobierno, paradójicamente paraliza aún más la deprimida actividad económica, ya que las empresas sospechadas podrían ser sacadas del registro de obra pública sin poder  presentarse a nuevas licitaciones. También el gobierno deberá suspender inmediatamente las obras que estén realizando las constructoras que obtuvieron contratos de forma ilegal. Esta paralización comporta menos fuentes de trabajo y caída de la recaudación impositiva. En este clima de incertidumbre hasta los usureros más audaces han perdido la confianza en gobierno y la  lluvia de inversiones, los brotes verdes y otros eslóganes de campaña pasarán a engrosar la historia de las promesas incumplidas.

La preeminencia del capital financiero, la primarización de la economía y la reestructuración industrial que caracteriza el modelo macrista no sólo a producido una caída de los salarios reales, acelerado la precarización y  el desempleo, y generado la distribución regresiva del ingreso sino que está ocasionando una recomposición hegemónica del poder económico de la Argentina, proceso que se acelera por las denuncias de corrupción que es utilizada para reconfigurar el nuevo mapa empresarial,  con una nueva nómina de ganadores y perdedores.

Esta es la arquitectura de la violencia económica y política macrista que se alimenta de exclusiones económicas, encierros ilegales, atropellos institucionales, manipulación mediática, desigualdades sociales. Pero nadie puede  tapar indefinidamente el sol con las manos. Tampoco el Presidente.

El peronismo busca consolidarse como alternativa electoral.“Hay una alternativa a lo que estamos viviendo. El sábado nos convoca la consigna de organizar la esperanza. Con todos y todas. Porque nuestro punto de encuentro es la militancia pero tenemos claro que solos no alcanza”. Esta es uno de los párrafos de la invitación que realizó el PJ de la provincia de Buenos Aires para participar del plenario de Unidad Ciudadana en Ensenada al que asistió la dirigencia política de todas las provincias, militantes, legisladores nacionales y los intendentes del peronismo de la provincia de Buenos Aires.

Según los organizadores del evento participaron 35 mil personas, y hubo 14 comisiones en donde se debatieron distintos temas. Uno de los que imperó fue la situación  crítica que atraviesa la provincia de Buenos Aires, fundamentalmente el conurbano.

“Reconstruir el futuro, organizar la esperanza” fue el slogan de invitación a este plenario masivo, que tuvo como objetivo trabajar en la unidad del peronismo para construir una alternativa electoral capaz de proponer un cambio de rumbo diferente al que propone Cambiemos.

En tanto, en la provincia de Mendoza sucedía en la sede de la Unión Obrera Metalúrgica el Congreso Provincial del Partido Justicialista. Luego de un acto multitudinario en Tunuyán el sábado pasado del que participó la mayoría de la dirigencia, se preveía que el Congreso debía transcurrir en paz. Fue claro el mensaje de los dirigentes respecto a que no es momento de disputas internas cuando la provincia y el país atraviesan semejante crisis económica, política y social.

De este modo en el Congreso de ayer del que participó el presidente del Partido Omar Félix, los intendentes, y legisladores provinciales además de los congresales y la militancia, se votó por unanimidad la agenda. Uno de los puntos principales fue la mantención del Sistema D’hont en las listas que compongan las elecciones primarias dentro del partido. Por otra parte, se creó la Secretaría de Diversidad, decisión importante de la dirigencia en un contexto donde la ampliación y el reconocimiento de derechos se vuelve una necesidad.

Tanto a nivel nacional como provincial aparentemente los pasos que está dando la oposición tienen que ver con unificar y realizar una síntesis entre kirchnerismo y peronismo, entendiendo que más allá de la fuerte caída en imagen del Presidente y la gobernadora Vidal, con el peronismo sólo no alcanza.

Ahora les queda el desafío de dotar a esa unidad de contenido político, y en Mendoza particularmente de unificar los bloques en la legislatura provincial.

Un senado que atrasa. 38 a favor, 31 en contra fueron los números que se reflejaron en el tablero de la Cámara de Senadores ya pasada la madrugada luego de la votación para dar la media sanción faltante a la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).

Apenas terminó la votación la vicepresidenta de la Nación y Presidenta de la Cámara Alta festejó al grito de “Vamos todavía”. Los militantes por el aborto ilegal (en su mayoría hombres) que se encontraban en las calles festejaron la decisión de los senadores.

El Presidente anticipó antes de la votación que “gane quien gane lo importante es la democracia”, como si se tratara de un partido Boca River y no de una ley que permitiría que mujeres que mueren en clínicas clandestinas por practicarse abortos lo hagan de manera legal, segura y gratuita.

El Senado definitivamente no estuvo a la altura de las circunstancias. Este debate nos permitió a la sociedad conocer mejor a nuestros legisladores, y sin dudas hay sorpresas, y cuestionamientos. El debate giró en torno a preceptos dogmático religiosos, a la afirmación de inconstitucionalidad, y la promesa de trabajar en proyectos de ley futuros para “salvar las dos vidas”, a pesar de que hasta el debate de esta ley los legisladores nunca se habían ocupado del tema.

Uno de los senadores más polémicos fue el salteño Rodolfo Urtubey quien afirmó: "Hay algunos casos donde la violación no tiene esa configuración clásica de la violencia sobre la mujer, sino que a veces la violación es un acto no voluntario con una persona que tiene una inferioridad absoluta de poder frente el abusador; por ejemplo en el abuso intrafamiliar, donde no se puede hablar de violencia pero tampoco se puede hablar de consentimiento".

Ya se está firmando una petición que acumula 50 mil firmas para exigir su renuncia a la banca.

De los 38 legisladores que votaron en contra, 22 representan a las provincias del Norte. Sin dudas, la presión de los grupos eclesiásticos a través de una enorme inversión monetaria en una campaña anti aborto fue uno de los factores claves para mantener la penalidad del aborto.

Los senadores y senadoras olvidaron que representan a las provincias, y sin ningún tipo de argumento técnico o científico permitieron que las mujeres sigamos sin tener el derecho al aborto. En algunos momentos del debate se pudo percibir cómo se hablaba de la mujer como un objeto, en algunos casos descartable.

El oficialismo tampoco pudo conducir el debate que propuso inicialmente. La Vicepresidenta interfirió desde el comienzo en el tratamiento de esta ley, mostrando una imparcialidad absoluta cuando su función es ejecutiva y no legislativa. El Presidente no se inclinó por el aborto legal, o por el aborto clandestino, y tampoco condujo a sus legisladores a tomar ninguna decisión. De hecho, de 25 senadores que tiene Cambiemos 17 votaron en contra.

Por otra parte más hombres que mujeres votaron en contra, 24 hombres 14 mujeres, y las que lo hicieron son mayoritariamente de las provincias del norte. Es que además, muchos de los legisladores tomaron una decisión especulativa teniendo en cuenta el impacto electoral que puede tener su voto para las elecciones del año que viene o su propia construcción política.

Sin embargo, uno de los debates que nos hizo emocionar, fundamentalmente porque viene de un hombre de 85 años de edad, fue el de Pino Solanas, quien habló directamente a las miles de mujeres que se encontraban en las puertas del Senado. Afirmó que este tratamiento “fue un triunfo monumental”, y revolucionariamente y ante las caras ignotas de los demás habló del derecho al goce de la mujer, y se animó a contar una historia vivida en carne propia referida al aborto.

Las mujeres, y hombres, militantes por el aborto legal, seguro y gratuito, estuvieron lógicamente decepcionadas por la decisión de los legisladores, pero con la certeza de que si la lucha llegó a este punto, fue por años de trabajo y militancia.  Sin embargo, el movimiento feminista se mostró disconforme con el debate, que fue poco serio en la discusión y por algunos momentos irrespetuoso.

Ahora el Presidente afirmó que incluirá en la reforma del Código Penal la despenalización del aborto. Las mujeres deberán esperar un año más para que pueda volver a ser tratado el proyecto.

Por ahora, no habrán ni dos ni una vida para salvar.









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