Columnistas // 2018-07-11
_
Propinas para todos


- Menos mal que volvió porque tengo una primicia para usted.

- Nunca me fui. Solo que no acepto el ajuste en la Sala de Prensa.

- ¿Me va a hacer el discurso populista-kirchnerista-bolivariano-iraní del 9 de julio, o quiere que le cuente?

- Diga nomás.

- Pero antes pase.

- ¿Adónde?

- A la nueva Sala. Se lo dije la semana pasada: confiamos en usted.

- Pero si yo no saqué la carta.

- También le dije que lo suyo estaba: le tocó el as de espada con la carita de Dujovne.

- ¿Usted sacó la carta por mí?

- Exacto.

- Pero eso es deshonesto con el resto de los colegas.

- Vaya a ver a Laura Alonso a ver qué le dice.

- La Oficina Anticorrupción es un apéndice del gobierno…

- ¿No ve lo que le digo? Nada le viene bien. Tomé, acá tiene su carta, para que vea que somos la administración más transparente de la historia.

- Pero este es el uno de oro y usted dijo que al que le tocaba el culo sucio se quedaba afuera.

- Se la traje de recuerdo. Y firmada ¿eh? Para que le muestre a sus nietos que alguna vez existió la nueva Argentina.

- ¿Mis nietos no la van a ver?

- Lo bueno no dura para siempre. Es una ley de la vida.

- Pero algo debería quedar.

- Depende.

- ¿Depende de qué?

- Del FMI. Ahora la traen, pero cuando se la llevan parecen un camión de mudanza.

- ¿Me va a dar la primicia o no?

- Ah sí, claro. Es que usted me lleva para cualquier lado. Venga, acérquese.

- Si doy un paso más en este cubículo que dejó como Sala de Prensa, le voy a tocar la nariz.

- Y bueno... un esfuerzo siempre hay que hacer.

- No entiendo lo que me quiere decir.

- ¡Y dale con el análisis, y dale con el análisis! Despabílese: Freud ha muerto.

- Apúrese por favor que tiene un olor a ajo insoportable.

- Es que ahora cocinamos nosotros.

- ¿Y eso que tiene que ver?

- Que echamos al cocinero-militante que heredamos del gobierno anterior.

- ¿Echaron al cocinero?

- Como lo escucha. Y Mauricio se hizo cargo de la cocina.

- ¿Y?

- Jamás se hizo un Paty. Imagínese.

- ¿Se da cuenta por qué echar gente no soluciona nada?

- Si a usted no le gusta el ajo es problema suyo. El FMI dice que es sano, nutritivo y que estimula el crecimiento de una glándula que hace a las personas más ahorrativas.

- ¿Qué tiene que ver el FMI con el ajo?

- Nada. Pero nosotros lo consultamos y nos dio el okay. Así que tenemos garantizada la provisión de ajo hasta 2019.

- ¿Y después?

- Si vota bien, va a seguir el ajo.

- ¿Y si no?

- Vamos a volver a comer pan negro. Nadie va a querer volver a eso, se lo aseguro.

- ¿Me cuenta entonces?

- Ah! Sí, claro. Vamos a anunciar un plan revolucionario que nos va a permitir bajar la inflación, alcanzar la pobreza cero y desatar la revolución de la alegría. Todo en un abrir y cerrar de ojos.

- ¿No será mucho?

- Para nada. Con “Propinas para todos” vamos a hacer realidad el milagro argentino. Si quiere póngala como textual de Mauricio.

- Mire que a Carrió no le fue bien con esa idea.

- Pero nosotros la mejoramos.

- ¿En qué sentido?

- Incluimos a todos los argentinos.

- ¿Cómo es eso?

- Huele a populismo que solo tengan que poner las clases medias y altas. Con nuestra propuesta van a tener que poner todos.

- No entiendo.

- Muy simple. Usted le da una propina a su vecino, y al del edificio de al lado, y también al de la casa lindera, así hasta completar toda la cuadra de su barrio…

- ¿Pero de dónde voy a sacar la plata para darle propina a todo el mundo?

- Ahí aparece el genio de Mauricio: la propina no tiene que ser necesariamente en dinero.

- Usted me confunde.

- Muy simple: le saca la dentadura postiza a la abuela y se la da a su vecino jubilado que cobra la mínima; baja del armario la colección de soldaditos que guarda desde la niñez y se la entrega al hijo del desocupado de su cuadra; busca su libro favorito y lo lleva a la escuela carenciada más próxima. Y así hasta que no le queda nada de nada ¿No es espectacular?

- Pero si no me queda nada no voy a poder vivir. Y además voy a necesitar recibir propinas yo también.

- Exacto. De eso se trata. De ayudarnos entre todos ¿Qué le parece?

- Cínico. Ineficaz. Injusto.

- ¿Y la parte mala cuál sería?

- …

- Mire la hora que se hizo ¿Me disculpa? Tengo que atender a los tres colegas que quedaron.

- Ya me voy, pero al menos lávese los dientes.

- No hace falta. Ahora que quedaron pocos ya no se queja nadie.


/ En la misma sección
/ Columnistas
Elecciones en México: balas y votos
/ Columnistas
Qué es el síndrome de burnout