Columnistas // 2018-07-08
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Comenzó “la mayor guerra comercial de la historia”
Los lazos económicos entre China y Estados Unidos han sido el foco de atención global de los últimos tiempos. La aplicación de aranceles por parte del gobierno de Trump dio un nuevo paso en la disputa. El sector tecnológico y la IA en el centro del conflicto.


Donald Trump amenazó con imponer aranceles a productos importados de China por valor de hasta 500.000 millones de dólares. La primera parte de estas medidas comenzó el viernes pasado, cuando se activaron gravámenes del 25% a importaciones por valor de 34.000 millones de dólares. China respondió con aranceles a productos estadounidenses por un valor equivalente.

El gobierno de Beijing se ha visto “obligado a contraatacar”, dijo el portavoz del ministerio de Comercio chino, que agregó: Estados Unidos ha iniciado “la mayor guerra comercial de la historia económica”. China, “que había prometido no dar el primer disparo, se vio obligada a tomar medidas de respuesta para proteger sus intereses nacionales esenciales y los de su pueblo", dice el comunicado de Comercio de China.

Los productos chinos afectados provienen de sectores como el aeroespacial, tecnología informática y autopartes. En respuesta, la autoridad aduanera de China anunció aranceles adicionales a productos agroganaderos, pesqueros y de vehículos estadounidenses.

Sin embargo, el comercio es solo una parte del problema. La consolidación en Washington de una línea dura contra China es en gran parte causa de la actual guerra comercial, que se desarrolla en el mismo momento en que la administración Trump anuncia el INDOPACOM, un nuevo comando de las fuerzas armadas donde unifica la región del Océano Índico con el sudeste asiático hasta Japón. Es el cerco que se le quiere imponer a China, lo que hace prever un conflicto de larga duración.

La administración norteamericana ve a China como una amenaza y la acusa de desafiar el poder y la influencia estadounidense.

La disputa estratégica

El mundo está atravesando una revolución tecnológica de grandes dimensiones, donde se destaca un sector cada vez más importante: la denominada Inteligencia Artificial (IA). El liderazgo en esta materia lo disputan Estados Unidos y China. 

Ambos países tienen varias empresas privadas que son auténticas referencias en la materia. Por parte americana Amazon, Facebook o Google. Por el lado asiático Tencent, Baidu o Alibaba.

China tiene planeado convertirse en líder mundial de IA para 2030 y la clave de su éxito parece estar en la estrecha colaboración entre sector privado y Estado. El gobierno apoya incondicionalmente a sus empresas y desarrolladores en el campo de la innovación, subsidiando la industria de los chips de procesamiento, apoyando tecnologías para fabricación de vehículos autónomos, inteligencia artificial y recolección masiva de datos. Un país de 1.400 millones de personas con movilidad social ascendente y con un sistema dirigido por el Estado supone capacidad de desarrollo prácticamente imbatible.

Así, la IA se transforma en una estrategia nacional. Será el principal motor del crecimiento económico en los próximos años y es una parte clave del plan gubernamental “Made in China 2025”, que apunta a convertir a la nación en un líder mundial en industrias de alta tecnología. Como consecuencia de esta decisión, cientos de regiones han creado áreas especiales de alta tecnología, algo así como los Silicon Valley chinos. 

Hasta ahora, la IA ha tenido un papel importante en el desarrollo de internet, en los macrodatos, las supercomputadoras y la neurociencia. Pero jugará un papel determinante, desde la industria de bienes de consumo hasta la militar.

El gobierno estadounidense busca castigar a China por tácticas de desarrollo que según Estados Unidos incluyen robar tecnología o presionar a las empresas extranjeras a entregarla. Esto está también en el centro de las tensiones comerciales. La extraordinaria capacidad de innovación que ha demostrado el país asiático en cuanto a nuevos productos, servicios y negocios preocupa profundamente a los norteamericanos.

La palabra “Startup” utilizada actualmente en el mundo empresarial, se relaciona con empresas emergentes que tienen una fuerte relación con la tecnología. Se trata de negocios con ideas innovadoras que sobresalen en el mercado. Si se toma una lista de las 50 principales “startups” de alta tecnología con un valor de 1.000 millones de dólares o más, 26 son chinas y 16 estadounidenses. Entre las 20 primeras valuadas en 10.000 millones de dólares o más, 11 son chinas, 6 estadounidenses y 2 de India.

Las dos principales potencias mundiales están en competencia estratégica, buscando preservar y potenciar sus sectores alta tecnología y administrar firmemente sus relaciones comerciales. Estados Unidos inauguró una nueva fase de competencia directa, buscando evitar que el esplendor creciente del otro lado del Océano, lo oscurezca rápidamente.  



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