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- Mauricio tiene razón: es una mujer increíble.
- ¿Cuál?
- Esa mujer.
- ¿Cuál va a ser?
- Esa. La única. Nuestra pesadilla de todos estos años.
- No me diga que…
- Sí, sí: estoy hablando de ella. Puro coraje, coherencia, ovarios de hierro…
- Me desconcierta.
- ¿Sabe qué pasa? Si lo decíamos antes, no nos votaba nadie. Pero ahora estamos jugados.
- Pensé que nunca…
- Nunca es tarde para tender la mano, para poner la otra mejilla, para entregarse atado de pies y manos.
- Bueno, quizás no haga falta tanto.
- ¿Tanto? Hace falta eso y mucho más.
- Pero después de todo lo que dijeron de ella nadie les va a creer.
- No se preocupe. Durán Durán ya se está ocupando de todo desde el corredor de la muerte.
- ¿Lo condenaron a muerte en Estados Unidos?
- No, acá. La doctora Carrió es implacable.
- Pero en Argentina no existe la pena de muerte.
- Eso pensaba yo. Pero si la doctora Carrió dice que existe, así debe ser. Y lo de los hijos de puta de la UIA también. Y lo del golpe también. Y tantas cosas que ni usted ni yo ni ella misma imagina antes de decirlas.
- No es un argumento muy sólido.
- ¿A quién le importa eso ahora?
- Bueno…
- ¿Me deja que le diga cuál es la última genialidad de Durán Durán antes de la horca?
- ¿Lo van a ahorcar?
- Claro. La doctora dice que hay que ahorrar energía eléctrica. Y como siempre tiene razón.
- Pero…
- ¿Me deja seguir o me voy a comprar dólares a la city? Mientras usted cuestiona todo lo que le digo, yo estoy perdiendo un montón de guita.
- Adelante.
- La última voluntad Durán Durán es su mejor slogan: Mauricio al gobierno, Cristina al poder.
- Pero ese eslogan es robado.
- No haga amarillismo conmigo que tengo la vacuna contra el populismo. Que Cristina fuera acusada de corrupción no la convierte en culpable.
- Suena atinado, pero cuando Bonadío…
- ¿Qué tiene que ver Bonadío con todo esto?
- Es el que investiga a Cristina.
- Qué impiadoso es el periodismo militante, mi Dios! Que la hayan acusado de darle 403 palos-euro al ex dueño de Adidas en Francia no la convierte en un tira-bolsos como López. No se confunda.
- Espere un momento ¿De qué Cristina me está hablando?
- De Largade ¿Hay otra?
- Usted sabe que si.
- No me haga reír, ¿quiere? Le aseguro que con Cristina los argentinos se van a olvidar de Cristina.
- Parece un contrasentido.
- Y no lo es ¿A quién van a culpar del ajuste?
- A Cristina.
- ¿Y de los despidos?
- A Cristina.
- ¿Y de la recesión, el desempleo, la pobreza?
- A Cristina.
- ¿Se da cuenta? Matamos dos pájaros de un tiro.
- Pero yo respondo una cosa y usted interpreta otra.
- De eso se trata.
- ¿De qué?
- De que la gente va a salir a la calle a pedir que se vaya Cristina, que vaya presa Cristina, que no queremos depender más de Cristina.
- ¿Y entonces?
- Entonces Mauricio sale al balcón, dice Felices Pascuas y declara la pobreza cero, la revolución de la alegría y le muestra las cuentas al FMI.
- No va a funcionar.
- Si no funciona, los vecinos de La Biela marcharán sobre Plaza de Mayo cantando el hit del verano: Mau-ri-cio Ma-cri sos más grande que Perón / Mau-ri-cio Ma-cri derrotaste la inflación / Mau-ri-cio Ma-cri vos sos nuestra salvación / Mau-ri-cio Ma-cri y Largade un solo corazón…
- Pero la gente no es tonta, se va a dar cuenta.
- Entonces metemos presa a Cristina.
- ¿A cuál de las dos?
- A la única que podemos ¿O pretende que invadamos Francia y Estados Unidos?
- Discúlpeme, pero es todo un gran disparate.
- Peor seria tener que leer la letra chica del acuerdo con el FMI.
- Sería lo más sincero.
- Es lo que más queremos.
- ¿Qué cosa?
- Ser sinceros.
- ¿Y entonces?
- No podemos.
- ¿Por qué?
- Porque Mauricio es ingeniero.
- ¿Y eso que tiene que ver?
- No sé, pero es otro de los descubrimientos de la doctora.
- Pero alcanza con que lea el acuerdo.
- Tampoco podemos.
- ¿Por qué?
- Porque es empresario.
- ¿Y?
- A los empresarios les gustan las matemáticas, no la literatura.
- Lo único que tiene que hacer es leer un pedazo de papel.
- Ah, pero eso tampoco es posible.
- ¿El presidente no sabe leer?
- Claro que sí, pero a esa hora va a estar mirando el partido de Boca. Así que imposible.
- ¿A usted le parece que ante semejante crisis puede usar esos argumentos?
- No.
- ¿Y entonces por qué lo hace?
- Para ganar tiempo.
- ¿Para qué?
- Ya se lo dije. Para que vuelva Cristina. Va a ver cómo se arregla todo.