Columnistas // 2018-05-16
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Cristina vuelve


- Mauricio tiene razón: es una mujer increíble.

- ¿Cuál?

- Esa mujer.

- ¿Cuál va a ser?

- Esa. La única. Nuestra pesadilla de todos estos años.

- No me diga que…

- Sí, sí: estoy hablando de ella. Puro coraje, coherencia, ovarios de hierro…

- Me desconcierta.

- ¿Sabe qué pasa? Si lo decíamos antes, no nos votaba nadie. Pero ahora estamos jugados.

- Pensé que nunca…

- Nunca es tarde para tender la mano, para poner la otra mejilla, para entregarse atado de pies y manos.

- Bueno, quizás no haga falta tanto.

- ¿Tanto? Hace falta eso y mucho más.

- Pero después de todo lo que dijeron de ella nadie les va a creer.

- No se preocupe. Durán Durán ya se está ocupando de todo desde el corredor de la muerte.

- ¿Lo condenaron a muerte en Estados Unidos?

- No, acá. La doctora Carrió es implacable.

- Pero en Argentina no existe la pena de muerte.

- Eso pensaba yo. Pero si la doctora Carrió dice que existe, así debe ser. Y lo de los hijos de puta de la UIA también. Y lo del golpe también. Y tantas cosas que ni usted ni yo ni ella misma imagina antes de decirlas.

- No es un argumento muy sólido.

- ¿A quién le importa eso ahora?

- Bueno…

- ¿Me deja que le diga cuál es la última genialidad de Durán Durán antes de la horca?

- ¿Lo van a ahorcar?

- Claro. La doctora dice que hay que ahorrar energía eléctrica. Y como siempre tiene razón.

- Pero…

- ¿Me deja seguir o me voy a comprar dólares a la city? Mientras usted cuestiona todo lo que le digo, yo estoy perdiendo un montón de guita.

- Adelante.

- La última voluntad Durán Durán es su mejor slogan: Mauricio al gobierno, Cristina al poder.

- Pero ese eslogan es robado.

- No haga amarillismo conmigo que tengo la vacuna contra el populismo. Que Cristina fuera acusada de corrupción no la convierte en culpable.

- Suena atinado, pero cuando Bonadío…

- ¿Qué tiene que ver Bonadío con todo esto?

- Es el que investiga a Cristina.

- Qué impiadoso es el periodismo militante, mi Dios! Que la hayan acusado de darle 403 palos-euro al ex dueño de Adidas en Francia no la convierte en un tira-bolsos como López. No se confunda.

- Espere un momento ¿De qué Cristina me está hablando?

- De Largade ¿Hay otra?

- Usted sabe que si.

- No me haga reír, ¿quiere? Le aseguro que con Cristina los argentinos se van a olvidar de Cristina.

- Parece un contrasentido.

- Y no lo es ¿A quién van a culpar del ajuste?

- A Cristina.

- ¿Y de los despidos?

- A Cristina.

- ¿Y de la recesión, el desempleo, la pobreza?

- A Cristina.

- ¿Se da cuenta? Matamos dos pájaros de un tiro.

- Pero yo respondo una cosa y usted interpreta otra.

- De eso se trata.

- ¿De qué?

- De que la gente va a salir a la calle a pedir que se vaya Cristina, que vaya presa Cristina, que no queremos depender más de Cristina.

- ¿Y entonces?

- Entonces Mauricio sale al balcón, dice Felices Pascuas y declara la pobreza cero, la revolución de la alegría y le muestra las cuentas al FMI.

- No va a funcionar.

- Si no funciona, los vecinos de La Biela marcharán sobre Plaza de Mayo cantando el hit del verano: Mau-ri-cio Ma-cri sos más grande que Perón / Mau-ri-cio Ma-cri derrotaste la inflación / Mau-ri-cio Ma-cri vos sos nuestra salvación / Mau-ri-cio Ma-cri y Largade un solo corazón…

- Pero la gente no es tonta, se va a dar cuenta.

- Entonces metemos presa a Cristina.

- ¿A cuál de las dos?

- A la única que podemos ¿O pretende que invadamos Francia y Estados Unidos?

- Discúlpeme, pero es todo un gran disparate.

- Peor seria tener que leer la letra chica del acuerdo con el FMI.

- Sería lo más sincero.

- Es lo que más queremos.

- ¿Qué cosa?

- Ser sinceros.

- ¿Y entonces?

- No podemos.

- ¿Por qué?

- Porque Mauricio es ingeniero.

- ¿Y eso que tiene que ver?

- No sé, pero es otro de los descubrimientos de la doctora.

- Pero alcanza con que lea el acuerdo.

- Tampoco podemos.

- ¿Por qué?

- Porque es empresario.

- ¿Y?

- A los empresarios les gustan las matemáticas, no la literatura.

- Lo único que tiene que hacer es leer un pedazo de papel.

- Ah, pero eso tampoco es posible.

- ¿El presidente no sabe leer?

- Claro que sí, pero a esa hora va a estar mirando el partido de Boca. Así que imposible.

- ¿A usted le parece que ante semejante crisis puede usar esos argumentos?

- No.

- ¿Y entonces por qué lo hace?

- Para ganar tiempo.

- ¿Para qué?

- Ya se lo dije. Para que vuelva Cristina. Va a ver cómo se arregla todo.


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