Columnistas // 2018-04-15
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PANORAMA POLÍTICO
Jíbaros
Argentina está de remate. Cambiemos llegó para reducir a cenizas, no sólo la capacidad crítica del ciudadano medio, sino para eliminar todos los derechos conquistados por los gobiernos populares y progresista, silenciando también a sus protagonistas.

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El pueblo jíbaro o Shuar, que habita las estribaciones de los Andes amazónicos entre Perú y Ecuador, es conocido por su misteriosa habilidad por razones religiosas, para atrapar y reducir la cabeza de sus enemigos vencidos. También hoy, como culto laico, el neoliberalismo triunfante permite una metáfora que, con las distancias del caso, se sostiene reduciendo la cabeza de una porción de la ciudadanía, su conciencia, su pensamiento crítico; buscando manipular su capacidad de discernir, su libertad de razonar.

También, como en el universo religioso de los Shuar, el relato político y económico del gobierno de Cambiemos parte de la convicción de que Argentina está dividida por una lucha entre el bien y mal; entre dos bandos irreconciliables y en pugna. El grupo, que caprichosamente se arroga el monopolio del bien y en que milita el propio macri-radicalismo, brega por una democracia para pocos, librando una batalla por la libertad de mercado, la globalización financiera, el libre comercio y un capitalismo de amigos; la parcialidad opuesta de esta visión prejuiciosa y simplista, estaría formada por el populismo demagógico, el estatismo agobiante, el proteccionismo económico, el regionalismo aislacionista y la democracia bárbara y plebeya, atributos del que sería portador contagioso el peronismo.

Utilizando, no ya la cerbatana envenenada de los indígenas amazónicos, el gobierno macrista se empeña en eliminar a sus adversarios políticos con un arsenal de arbitrarias resoluciones judiciales, difamaciones mediáticas, denuncias y encarcelamientos injustificados, persecuciones ilegales y decretos abusivos e inconstitucionales. Para ello cuenta con una nutrida fuerza de tareas que integran jueces, fiscales, comunicadores sociales, legisladores, trolls, sindicalistas, corporaciones transnacionales y padrinos poderosos como los Estados Unidos, entre otros factores de poder.

Pero la estrategia del oficialismo en el poder va más allá de la colonización de la conciencia de cada ciudadano. Pretende también jibarizar el conjunto de los derechos conquistados por la experiencia gubernamental de la gestión del peronismo kirchnerista. Reducir salarios, jubilaciones, pensiones; eliminar escuelas y destruir la salud pública; aniquilar el mercado interno y el desarrollo de la industria nacional; resignar las propias conquistas científicas, levantar programas sociales de asistencia alimentaria para los sectores populares; desfinanciar las universidades y centros de investigación; ceder soberanía territorial, espacial, energética y alimentaria, forman parte de este proceso de canibalismo político.

Uno de las víctimas predilecta del gobierno del presidente Macri es el estado y en particular, los bienes públicos. El latrocinio contra el patrimonio nacional es hoy una política oficial. Con una voracidad y apetito envidiables el martillo del rematador avanza sin contemplaciones. El organismo encargado de liquidar estos bienes, patrimonio de la sociedad argentina, es la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), que tiene registrado más de 70.000 propiedades estatales en el país y en el exterior.

La Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), se ha transformado en una gigantesca inmobiliaria que puede vender embajadas, campos, edificios, galpones, oficinas, departamentos, viviendas y todos los bienes de las Fuerzas Armadas que el gobierno considere un gasto. Se enumera sucintamente los bienes a liquidar, que cayeron bajo la lupa del presidente Macri:

Por Decreto 952/2016 se subastaron 17 inmuebles del Estado: 13 en la Ciudad de Buenos Aires y 4 en la provincia de Buenos Aires. Con el dictado del Decreto 1173/2016, el presidente Mauricio Macri autorizó la venta de 3 (tres) inmuebles. Aquí caen, bajo el click del AABE, dos lotes en la Ciudad de Mendoza, ubicados en terrenos del Ferrocarril San Martín. En este listado hay que incluir un predio ubicado en el barrio más caro de la Ciudad de Buenos Aires como es Puerto Madero. El mismo fue subastado el 25 de enero con una base de venta del terreno es de u$s60 millones de dólares.

Por Decreto 225/2017 se mandaron a subasta 39 (treinta y nueve) inmuebles ubicados en la Ciudad de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires, Córdoba, Salta donde incluyen, por ejemplo, los terrenos de las cocheras del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto en Buenos Aires y 8.500 Has del Ejército Argentino, en la Localidad de Ordoñez, Provincia de Córdoba. También la provincia de Mendoza fue incluida en este decreto. Los bienes a rematar aquí son un inmueble ubicado en la calle Güemes S/N de Godoy Cruz; otro ubicado en la calle Necochea 230 de la Ciudad de Mendoza y, la joya más codiciada, las 10 mil hectáreas del Ejército Argentino, ubicadas en Campo Los Andes, en Tunuyán. Esta última subasta está paralizada a raíz de un amparo judicial interpuesto por los vecinos de La Remonta de Campo Los Andes. El AABE espera obtener por las tierras del ejército en Tunuyán un monto que rondaría los 90 millones de dólares.

Otro instrumento de igual factura es el Decreto 1064/2016 por el que se pusieron a la venta 33 inmuebles, muchos de ellos del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, según el siguiente detalle: 25 en la República Argentina, 1 en Colombia, 4 en Estados Unidos, 2 en Uruguay y 1 en Brasil. Se sacrificaron, por este decreto, bienes del estado nacional de enorme valor económico y patrimonial como las oficinas de la Embajada Argentina en Colombia; la residencia oficial de la Embajada Argentina en Washington, EE.UU; la residencia oficial en la ciudad de Brasilia de la Embajada Argentina en Brasil y el edificio anexo de la Embajada Argentina en EEUU.

Otra subasta de bienes públicos fue fijada por decreto 928/2017 autorizadas por el presidente Mauricio Macri y de su jefe de Gabinete, Marcos Peña. Aquí fueron 12 (doce) los inmuebles subastados por el AABE.

Según quedó establecido, del total del dinero recaudado el 70% va al organismo de origen y el 30% ingresa al tesoro nacional. Mientras, los remates avanzan sin tregua. Entre 2016 y 2017 se enajenaron más de treinta propiedades por un valor cercano a los 450 millones de dólares.

Es redundante señalar el enorme perjuicio patrimonial que se provoca al estado en general y a las Fuerzas Armadas y al Ministerio de Relaciones Exteriores en particular, sus pérdidas son invaluables y de imposible recuperación.


Cambiemos, “con la cabeza de los dirigentes” del PJ.
Transformar a la oposición en un instrumento del oficialismo ha sido una constante durante el gobierno de Cambiemos. La cooptación de bloques opositores en el Congreso y de gobernadores peronistas ha sido una práctica habitual realizada con el objetivo de hacer viable la imposición del modelo neoliberal que encarna Macri. Sin el voto de una parte importante de la oposición ese objetivo no podría estar en vías de ser concretado.

Pero resulta claro que el gobierno no se contenta con lograr mantener esa mayoría legislativa que construye gracias al aporte del bloque Argentina Federal (mejor conocido en los pasillos del Congreso como Argentina Satelital por su funcionalidad con el oficialismo) y el devaluado Frente Renovador. Habiendo transformado a un año par en año de campaña electoral –a partir del apresurado lanzamiento de candidaturas- Macri ha decidido avanzar en la tarea de meter mano en el principal partido de la oposición, el Partido Justicialista. La intervención decretada por Servini de Cubría no dejó demasiadas dudas acerca de la autoría oficialista de la maniobra, muy probablemente orquestada con la colaboración de expresiones del peronismo afines al gobierno. Cualquier duda que quedara sobre la existencia de la mano gubernamental tras la decisión de la jueza la despejó la designación del sindicalista oficialista Luis Barrionuevo como interventor. Las reacciones de rechazo a la intervención no se harían esperar, incluso de parte de dirigentes sospechados de estar involucrados en el complot contra Gioja y el resto de la conducción partidaria.

El devenir de las horas ha develado que la intervención ha constituido un extraño e insólito caso de prejuzgamiento. El miércoles 11 de abril, un día después de que la jueza dispusiera la intervención, Luis Barrionuevo fue entrevistado por Clarín. Ante la pregunta de por qué la jueza lo eligió en esa función el sindicalista dijo que “hace unos días yo estaba en la plaza de Tribunales cuando me sonó el teléfono y me dijeron que la jueza me quería ver. Fui y me preguntó si no quería ser el interventor del PJ. Todo el asunto se manejó en silencio. Me eligió porque soy un verdadero peronista. La sangre que me fluye es completamente peronista”. Resulta revelador el dato aportado por Barrionuevo. La nota de Clarín fue publicada el día miércoles, la intervención fue dispuesta el martes y el pedido de intención por el sindicalista Acuña fue presentado el día lunes. Al decir “hace unos días” y remarcar el silencio con que fue manejada la situación, el propio Barrionuevo da cuenta de que la decisión judicial habría sido tomada antes de que existiera una causa judicial en la cual disponerla. Resulta como mínimo impropio que una jueza ofrezca una intervención antes de dictar el fallo. Mucho más grave es que la haya ofrecido incluso antes de que existiera el pedido de intervención.

Pero no solo Barrionuevo aportó información en tal sentido. En una nota de Fernando Cibeira publicada en Página 12 el jueves 12 de abril se confirma la sospecha de que la jueza habría tomado la decisión de intervenir varios meses atrás y que sólo esperaba la ocasión para concretarla. Cibeira consigna allí el ofrecimiento que Servini habría hecho a Ginés González García tiempo atrás, que a diferencia de Barrionuevo, Ginés actuó como el peronista que es.

La reducción del peronismo a un partido satelital del universo Cambiemos está en marcha. Se cumple en circunstancias impensadas con el apotegma peronista que prescribe “con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes”. El macrismo ha decidido ir a por la cabeza de los dirigentes en el proceso de generalizada jibarización que impulsa. Por suerte los peronistas reaccionaron en consonancia y a coro contra la intervención. Con la resistencia a la medida le hacen un favor a la vigencia de la institucionalidad partidaria que se ha visto amenazada. Pero mayor es el aporte que le están haciendo a la defensa del sistema de partidos, condición fundamental para la vigencia de la democracia.

Es importante destacar que el compromiso en la defensa de la institucionalidad partidaria no fue de la misma intensidad en las distintas tribus peronistas. Dentro del kirchnerismo los dirigentes identificados más directamente con la ex presidenta demoraron la toma de posición frente a la intervención, a diferencia de dirigentes como Agustín Rossi, Daniel Filmus, Cristina Álvarez Rodríguez y Guillermo Carmona que acompañaron a Gioja desde el comienzo de la crisis. Los gobernadores tardaron más de 24 horas en fijar posición y el bloque “pichettista” se expresó con una tibia declaración cuando la militancia peronista tronaba en contra de la medida involucrando entre los acusados de complicidad a Pichetto. En el peronismo hay una generalizada coincidencia en que hubiera sido mejor que Urtubey no hablara.

La medida ha sido apelada y existe confianza en la conducción desplazada de que será revertida la intervención. El fallo de Servini es infundado y constituye una grosería desde el punto de vista jurídico y eso abona el optimismo.

Un hecho auspicioso ha sido que el mensaje del peronismo ha sido mayoritariamente claro: “en el PJ, por ahora, jíbaros abstenerse”.

Un Jíbaro en Mendoza. Una de las habilidades políticas de Alfredo Cornejo es su capacidad de jibarizar los partidos y dirigentes de la oposición. Esta estrategia de reducir la capacidad política de sus competidores fue puesta en práctica en la última elección de medio mandato. En esa instancia fue la funcionalidad del Partido Intransigente que conduce José Luis Ramón, para consolidar el triunfo electoral del radicalismo, en claro perjuicio del peronismo que competía electoralmente bajo el insustancial sello “Somos Mendoza”.

El mismo daño le generó al Partido Demócrata cuando, con la excusa de que el diputado Marcos Niven apoyado por el presidente del PD Carlos Balter, no quiso acompañar la modificación la Suprema Corte de Justicia y rompió con el oficialismo “ganso”. En esa oportunidad Cornejo fogoneó una quiebre al interior de esa fuerza política, alentando la conformación de una línea interna integrada por funcionarios demócratas que trabajan para su gobierno, encabezada por Josefina Canale, la presidenta del Instituto de Juegos y Casinos y de Richard Battagion presidente de Aysam, quienes con la excusa de un déficit democrático en el conservadurismo mendocino, terminaron confrontando con las autoridades de su propio partido.

Este mismo asedio político aplicó Cornejo sobre los intendentes peronistas, lo que le ha permitido contar con los apoyos legislativos necesarios para su política de ajuste, endeudamiento y subordinación al proyecto que encabeza Mauricio Macri. Mediante distintos mecanismos, algunos de dudosa legalidad, logró erosionar el poder y la credibilidad de los caciques territoriales del justicialismo reduciendo, a la mínima expresión, su resistencia y oposición.

Esta semana ha profundizado, bajo un barniz de apertura política, su acción de involucramiento en la vida interna de los partidos opositores. En el momento en que el Partido Justicialista Nacional, a instancia del macrismo, era intervenido, Alfredo Cornejo recibía a la dirigente de La Cámpora y Senadora Nacional Anabel Fernández Sagasti para hablar del “futuro de Mendoza”. Una maniobra que, no por repetida, deja de ser un llamado de atención para la militancia y dirigencia justicialistas. Siempre hay que tener presente que Alfredo Cornejo es un especialista en dividir, fragmentar y jibarizar a sus opositores. Esa “picardía” explica una elevada proporción de sus éxitos políticos. Lo extraño es que haya quienes entusiastamente le faciliten tanto la tarea.

El gobernador está frente al tablero de ajedrez: a pesar de haber perdido sus alfiles, y tener al adversario encima, en este caso prefiere darle juego a las fichas que tienen movimiento por todo el tablero, para sorprender con un zarpazo al partido opositor desconociendo la conducción provincial del PJ.

De nuevo la interna peronista cae en la antigua trampa oficialista del “divide y reinarás”. Sin embargo la intervención logró la convergencia de sectores que normalmente no suelen articular en conjunto.

El macrismo ya no conviene. Ante un gobierno nacional que decae sistemáticamente en su imagen, el gobernador de Mendoza y presidente de la UCR decidió luego de armar la coalición Cambia Mendoza, y promover el frente nacional Cambiemos, comenzar a cuestionar las políticas públicas que más impacto tienen en la opinión pública. De hecho, ahora para el gobernador la actitud de Aranguren “no ayuda a salir del populismo” al decir que no traerá su dinero al país hasta que la Argentina no tenga credibilidad.

En la política no existen las casualidades, y necesariamente esto tiene que ver con la multitudinaria convocatoria espontánea de ciudadanos el viernes pasado contra los tarifazos: “Es difícil explicar que pagábamos energía o gas a 11 centavos de dólar y, en dos años, pagaremos 5,1 dólares”, afirmó el gobernador en la semana ante miembros del Rotary Club de Capital Federal, e insistió con que este es un gobierno “de transición” que permitirá salir “del populismo y avanzar hacia un país normal”
Ante los distintos reclamos de las economías regionales mendocinas respecto a la crisis que atraviesan, sumado a los costos que generó el aumento de los servicios públicos como luz, agua y gas, el Gobernador debió asumir que “los gobiernos nacionales deben tener mejor mirada de las economías regionales”. “En materia de tarifas y transporte público, en estos dos años los ajustes son más graduales, en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense y son más abruptos -en materia de gas- en el centro del país”.

Esta vez Cornejo, que venía manteniendo un discurso cohesionado al del gobierno nacional, no dudó en afirmar que “de tanto transmitir esperanza y marketing hoy hay cosas difíciles de explicar”. Es la primera vez que el principal articulador con el macrismo a nivel nacional afirma que hay situaciones que este gobierno no puede explicar a la población.

¿Será que el Gobernador de repente escuchó las demandas sociales y asimiló las consecuencias de un proyecto de país inviable? Sin dudas Cornejo es un animal político, y el hecho de que ponga en jaque la veracidad del gobierno de la transparencia, no es parte de una actitud improvisada, sino más bien la necesidad desesperada de conservar poder en un contexto en el que no se siente cómodo: Rody Suárez y Kerchner no están midiendo en las encuestas lo que necesita para ganar, De Marchi tiene la candidatura a gobernador asegurada y un arsenal de dinero para obra pública y campaña, y el PRO cada día hace más su juego: conserva y fortalece lo propio, excluye y debilita lo ajeno. Al fin y al cabo, las alianzas están hechas para romperse.

 

 

  


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