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El autor se pregunta: “¿Cuál habría sido el papel de Estados Unidos en el mundo y en la posterior historia del siglo XX si la Confederación hubiera ganado la guerra de secesión norteamericana?” El trasfondo de esta guerra fue la lucha entre dos modelos políticos económicos distintos: El Norte con un modelo de unidad de Estados en un solo país y una economía industrial-abolicionista, contra el Sur que pretendía la independencia del norte y una economía agraria-esclavista. La habilidad de Lincoln en poner eje en la esclavitud, aunque su prioridad era mantener a EEUU como un solo país, logró un apoyo tanto interior como exterior. Logrando la unidad de su territorio, Estados Unidos se convirtió en potencia mundial.
No mantener la unidad de su territorio, “crea una ventana de oportunidad a favor de los rivales. En un contexto de intensa competición internacional otras potencias pueden alentar y dar respaldo a los grupos independentistas del contendiente con el fin de disminuir su poder relativo”, dice Jordán.
En la América del Sur al igual que en la del Norte, el siglo XIX la encontró luchando entre dos modelos. Mientras San Martín y Bolívar peleaban por una patria grande, una hispanoamérica unida, las oligarquías locales apoyadas por el imperialismo anglofrancés desplegaron todas sus estrategias, logrando imponer una política económica extractivista y exportadora de materias primas.
La sangrienta guerra de la triple alianza en la que la Argentina, Brasil y Uruguay, apoyado por Gran Bretaña, aplastaron sangrientamente al hermano Pueblo Paraguayo, matando a más del 90% de los hombres, fué un hecho de como procedió el imperialismo desuniendo al pueblo latinoamericano.
Al interior de cada país sucede igual, en la Argentina la disputa es entre un proyecto subordinado a Europa o EEUU, entregándole los recursos y el trabajo de lxs argentinxs, contra un proyecto que se piensa desde el trabajo y la producción nacional, fortaleciendo Latinoamérica y saliendo al mundo. La lucha de fondo desde 1810, a pesar de las antinomias es: Pueblos libres unidos de Latinoamérica contra elites aristocráticas de capitales locales subordinadas al imperialismo.
La lucha campo versus industria, es parte de esas antinomias. La producción agropecuaria se transforma en biodiesel, pellets o harina, se convierte en alimentos para consumo de animales o de la población, la industrialización se hace en argentina o en los países de destino. La diferencia es en qué país genera los puestos de trabajo y el desarrollo de la población. La industria y el campo no son polos opuestos en EEUU ni en la UE, son parte de un Estado y un pueblo organizado que mantiene su unidad de territorio.
En los últimos años, han recrudecidos las acciones de desunión entre pueblos latinoamericanos. La intención del gobierno Macrista, de negar la atención de salud gratuita a personas con nacionalidad extranjera, es una parte de la discusión de fondo que durante 200 años impone el imperialismo para mantener desunido a los Pueblos Libres de Latinoamérica y mantener fragmentada a la Patria Grande.
Ser un Pueblo Libre requiere indispensablemente pensarnos como una Latinoamérica Unida luchando por el Universalismo de los Pueblos Libres del Mundo, contra los nuevas formas de esclavitud y subordinación imperialista.