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-Qué quiere que le diga, para mí,
lo peor ya pasó.
- Es el latiguillo del presidente, lo dijo el otro día en…
- Gracias. Sí, sí le digo. Adiós. Gracias totales. Thank you. Thank you very much.
- ¿A quién saluda?
- A la gente. El amor por Mauricio no tiene límites de idiomas ni naciones.
- Pero si estamos solos…
- Acá sí, pero del otro lado no.
- ¿Del otro lado?
- Del otro lado de la pared. En la calle. Nacionales, indocumentados, migrantes, turistas, lo recuerdan todos los días.
- …
- Thank youuuuu.
- ¿Por qué grita?
- Es que esa señora estaba un poco lejos, a la altura del Congreso.
- Creo que me está tomando el pelo.
- Hombre de poca fe.
- Esto no es una cuestión de fe, sino lo que uno ve.
- ¿Y usted que ve?
- Que acá estamos usted y yo. Y que usted está demasiado lejos de la ventana para ver si alguien lo saluda.
- No ve lo que le digo. Tantos años de periodismo militante lo dejaron sin imaginación.
- Pero decir que la gente saluda o aplaude cuando no lo hace no es una cuestión de fe, es construir algo que no existe.
- ¿Por qué dice semejante cosa?
- Porque es lo que creo. El presidente hizo lo mismo que usted el jueves pasado en el Congreso y una foto oficial mostró que no saludaba a nadie.
- Lo esencial es invisible a los ojos.
- ¿Qué tiene que ver El Principito en todo esto?
- Mauricio tiene el alma de un niño. Ve aquello que el adulto-populista no puede ver.
- ¿Y qué es lo que ve?
- La alegría del pueblo. La multitud en la calle agradeciendo esta nueva argentina.
- No quiero desalentarlo, pero cada vez que se ve una multitud en la calle es para reclama, para protestar…
- Nosotros vemos amor donde usted encuentra odio, escuchamos un grito de esperanza donde usted oye un insulto.
- Es difícil escuchar esperanza cuando a uno lo están puteando.
- No me venga con eso de los cantitos de nuevo. Ya se lo dije: lo peor ya pasó.
- ¿Cómo va a pasar si parece el hit del verano? Hasta suena en los ringtone.
- Patrañas, patrañas y más patrañas. Mauricio fue a la cancha a ver al club de sus amores y se llevó una ovación.
- ¿El presidente fue a la cancha de Boca?
- No, de Sacachispas. No sabe cómo le cantaban.
- ¿Desde cuándo el presidente es de Sacachispas?
- De toda la vida.
- Aunque así fuera me parece que le informaron mal. En la cancha de Sacachispas también lo insultaron. Y en la de Victoriana Arenas, también.
- ¿Y suspendieron el partido?
- No. Cómo van a suspender el partido.
- Al primer cántico obsceno los árbitros tienen parar el partido. Y al primer jugador que acompañe ese canto moviendo el dedo gordo del pie derecho, roja directa.
- No se ofenda, pero por ese camino matamos la libertad de expresión.
- Por eso mismo.
- ¿Por eso mismo qué?
- Por eso mismo desde la próxima fecha lanzamos la contraofensiva.
- ¿La contraofensiva?
- Por supuesto. No nos vamos a quedar con los brazos cruzados mientras las mafias nos gobiernan.
- Los que cantan son hinchas de fútbol…
- Eso es lo que usted cree, pero no se preocupe, con el comando Fernando Iglesias vamos a desbaratar la maniobra y a poner en evidencia que se trata de un plan maquiavélicamente orquestado por los K, los iraníes, los paraguayos que ocupan nuestras aulas y los bolivianos que no se cansan de ir al hospital.
- ¿Qué van a hacer?
- Vamos a llenar las tribunas con lilitos, ocañistas de la primera hora…
- Pero en la primera hora Ocaña era kirchnerista…
- Bueno, de la segunda…
- Estaba con Lousteau.
- ¿Usted dice que capaz se dan vuelta y empiezan a cantar: “Mau-ri-cio Macri, la p…? Uhh, perdón, qué me pasó. Es tan pegadiza ¿Me habrá escuchado?
- No se preocupe. Ya le dije que estamos solos.
- Bueno, entonces lo hacemos solo con los lilitos. Miles y miles de lilitos copando las tribunas de todas las canchas del país. De incógnito claro, hasta que en el minuto 45 estallan en un solo grito…
- ¿Por qué en el minuto 45?
- Por si sale mal y las mafias los tapan con silbidos o con sus cantos malsanos.
- ¿Y qué van a hacer?
- Cortamos la transmisión y listo. La gente va a pensar que terminó el primer tiempo, ¿entiende?
- Pero si el árbitro adicionó dos o tres minutos…
- ¿Y qué pretende? ¿Qué nos ocupemos también de los árbitros?
- Se va a avivar todo el mundo…
-No se preocupe que no va a hacer falta llegar a eso. Tenemos unos hits irresistibles. Va a cantar todo el mundo.
- ¿Por ejemplo?
- “Mire, mire, que locura / mire, mire, que emoción / es la lluvia de inversiones / es Mauricio Macri / más grande que Perón”.
- …
- ¿No dice nada?
- Un poco forzada…
- Escuche esta: “Ay, ay, ay, ay / que risa que me da / ay, ay, ay, ay / que risa que me da / ay, ay, ay, ay que risa que me da / si frenan los despidos / le mandamo a Chocobar”.
- Agresiva. Amenazante, le diría.
- Uhh viejo, a usted nada le viene bien. Le canto una más, porque el cancionero completo lo sacamos en Olé el próximo fin de semana.
- Adelante.
- “Mauricio / mi buen amigo / esta campaña volvermo a estar contigo / ajustaremos / de corazón / se puede vivir sin lechón / No me importa lo que digan / no me importan los demás / yo te sigo a todas partes / cada vez te creo más”. Let’s go everyone. “Mauricio / mi buen amigo / esta campaña volvermo a estar contigo…”
- Ya, ya, ya ¿Me permite un consejo?
- Por supuesto, nos encanta trabajar en equipo.
- Déjelo así. Si lo peor ya pasó…
- Lo peor, sí. Pero lo mucho peor y lo más peor, no sabemos. Así que tenemos que estar preparados.