Columnistas // 2018-02-11
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Rex Tillerson en Latinoamérica
Ordenando el “patio trasero”
El secretario de Estado de los Estados Unidos visitó la región y revivió el método de los golpes militares y el uso de la fuerza para asegurar sus intereses. La Doctrina Monroe, el Gran Garrote y la Doctrina de la Seguridad Nacional.


La doctrina Monroe surge del mensaje del presidente de los Estados Unidos, James Monroe, de 1823 y significó impedir a las potencias europeas intervenir en los asuntos internos de los países del continente americano. Se ha resumido en la frase "América para los americanos". Sin embargo, con el tiempo, adquirió el irónico sentido de "América para los estadounidenses".

Durante su viaje a Latinoamérica, Rex Tillerson revivió la Doctrina Monroe, asegurando que conserva su relevancia. Pero sus adversarios geopolíticos ya no son los europeos, sino las potencias económicas y militares de China y Rusia. En efecto, el pasado 1 de febrero, al iniciar su gira por México, Argentina, Perú, Colombia y Jamaica, el secretario estadounidense explicó en la Universidad de Texas que “América Latina no necesita nuevos poderes imperiales”. Según Tillerson, el modelo de desarrollo de China “no tiene que ser el futuro del hemisferio”, mientras que la creciente presencia de Rusia en la región “también es alarmante” porque vende armas a gobiernos “que no comparten ni respetan el proceso democrático”.

China y Rusia disputan hoy el control de la economía global a Estados Unidos, que frente al declive de su economía y el desprestigio de su diplomacia, acentúa su poder militar, extendiéndolo por el mundo. Refuerza el aparato militar-industrial para imponer su dominio mundial.

El secretario olvidó decir que no son China y Rusia, sino los Estados Unidos y sus corporaciones, los que han sometido y humillado a nuestra región a través del saqueo, las intervenciones militares, los golpes de Estado y el asesinato de miles de líderes políticos y sociales, trabajadores, estudiantes e indígenas.

El gran garrote

La política del Gran Garrote se origina en una frase escrita por el presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, en 1901, donde toma un proverbio africano que dice: "habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos".

Esta política justificó el uso de la fuerza como medio para defender los intereses de los Estados Unidos. Roosevelt entendía que los “desórdenes” internos de los países latinoamericanos constituían un problema para las empresas estadounidenses y en consecuencia tenían la potestad de "restablecer el orden", primero ofreciendo a los líderes locales el apoyo político y económico de Washington (hablar suavemente), y utilizar la intervención armada (el gran garrote) en caso de no obtener resultados favorables.
La doctrina de la seguridad nacional
Durante la denominada “guerra fría”, Estados Unidos legitimó, financió y posibilitó que las fuerzas armadas de los países de América Latina tomaran el control de los gobiernos, generalmente bajo la excusa de combatir el comunismo. La mayor parte de los dictadores militares fueron formados por altos mandos de Estados Unidos en la Escuela de las Américas, y subordinados a la política exterior de ese país.

Las fuerzas armadas modificaron su función para dedicarse a garantizar el “orden interno”, con el fin de combatir aquellas ideologías y organizaciones que se negaban a obedecer los mandatos de Washington, habilitando la tortura, desapariciones, ataques sexuales, secuestros de bebés y la violación sistemática de los derechos humanos.

Memorioso de la actuación de su país, Tillerson sugirió a las fuerzas armadas venezolanas que derriben al gobierno: “En la historia de Venezuela y en otros países de América Latina muchas veces los militares son agentes del cambio cuando las cosas están mal”. Esa es la respuesta a la pérdida de su influencia en un territorio considerado como su “patio trasero”.

No es habitual que un alto diplomático proponga abiertamente un golpe de Estado, pero es menos habitual que ese funcionario sea bienvenido con honores en otros países que han sufrido dictaduras genocidas.

La ofensiva de Estados Unidos busca generar condiciones para una intervención directa y golpista en Venezuela. Alicia Castro, ex embajadora argentina ante la República Bolivariana de Venezuela? entre 2006 y 2011 y ex embajadora ante el Reino Unido, entre 2012 y 2015, explicó las razones: “Las novedades que presentó Venezuela al continente en la búsqueda del socialismo del siglo XXI, el rechazo al sistema capitalista, una nueva institucionalidad participativa y protagónica, una revolución en democracia, pusieron a Caracas en la mira de Washington”.

En ese artículo titulado “Rex Tillerson, el regreso del gran garrote” y publicado en el portal “El Cohete a la Luna”, la diplomática argentina también llamó la atención sobre el presidente argentino, Mauricio Macri, diciendo que “no se caracteriza por el respeto a la democracia, a los derechos humanos, a la libertad de prensa, ni a la vida humana. Aspira, sin embargo, a ser el alfil de Washington en estas tierras”.

El reconocido sociólogo y escritor estadounidense, profesor James Petras escribió en su columna semanal por CX36 que “Washington está planeando un bloqueo del petróleo venezolano” y agregó que “encabezando la lista de cómplices está Macri”. Sostuvo Petras, que en la agresión contra el país sudamericano “Tillerson quiere que Argentina, Colombia, México y Perú actúen en coincidencia en el boicot y sanciones contra Venezuela”.

Es inaceptable que Estados Unidos llame a un golpe militar, alentando el derrocamiento de gobiernos electos democráticamente, y también es vergonzosa y humillante la colaboración del presidente argentino para lograrlo.

Subordinar la economía latinoamericana, asfixiar y bloquear al gobierno venezolano y neutralizar a otras potencias presentes en la región parecen haber sido los objetivos más importantes de la gira del Secretario de Estado.

¿Será que sus fracasos en Medio Oriente hacen que Estados Unidos vuelva a priorizar su control sobre Latinoamérica? 

 


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