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- Se lo aclaro, no tenemos nada que ver.
- Pero si todavía no le pregunté nada.
- Con eso tampoco.
- ¿Con qué?
- Con eso que pensó.
- No estaba pensando en nada.
- Bueno, con esa nada que estaba pensando mucho menos.
- No entiendo la insistencia.
- Escríbalo con letras de molde: No tenemos nada que ver.
- Si no me dice con qué no tienen nada que ver, no puedo escribir nada.
- Con nada, no tenemos nada que ver con nada, con nada de nada.
- Me está dando vértigo.
- Tómese un té de coca y despiértese, que el periodismo independiente le lleva ventaja.
- ¿En qué?
- ¿Sabe cómo titula Clarín mañana?
- No.
- El gobierno no tiene nada, pero nada de nada de nada que ver.
- ¿Es una broma?
- ¿Tengo nariz de payaso?
- ...
- Y La Nación: Por primera vez en la historia un gobierno no tiene nada que ver.
- Es insólito.
- Lo único insólito es la lentitud del periodismo militante en dar una noticia tan importante.
- ¿Y cuál es la noticia?
- Que no tenemos nada que ver ¿Le parece poco?
- Me parece impreciso.
- Es que los argentinos se preguntan si tenemos o no tenemos que ver y Mauricio nos pidió ser claros en la respuesta: No, no tenemos nada que ver.
- La gente se pregunta muchas cosas.
- Lo sabemos. Pero no tenemos nada que ver.
- Con la gente, con las preguntas o con qué.
- Con nada. Este es un gobierno que no tiene nada que ver con nada.
- Me parece un horror.
- ¿Qué cosa?
- Lo que está diciendo.
- No entiendo qué le molesta tanto.
- Que intente evadir responsabilidades, eso me molesta.
- Infamia, perjuro, blasfemia...
- Es lo que usted está diciendo.
- No me tergiverse que 6, 7, 8 no existe más. Nosotros no evadimos ninguna responsabilidad.
- ¿Entonces?
- Entonces es muy sencillo: no-te-ne-mos-na-da-que-ver.
- Pero están pasando muchas cosas en el país, algunas de ellas muy graves.
- Por eso le digo.
- ¿Qué me dice?
- Que no tenemos nada que ver.
- Me está volviendo loco.
- ¿Loco?
- Sí, loco.
- Va a tener que ir al psiquiatra. Nosotros con su locura no tenemos nada que ver.
- De alguna manera sí.
- No me diga ¿Por qué?
- Porque no deja de repetir siempre lo mismo, es enfermizo.
- Si a usted le molesta lo que pensamos, en ese caso, ya sabe.
- ¿Qué sé?
- Que nosotros no tenemos nada que ver.
- Bue, parece que decidió volverme loco.
- En absoluto, cómo vamos a tener que ver nosotros con lo que a usted le molesta.
- Por favor no lo repita más. Es fin de año, el estrés, un año difícil...
- Como quiera, pero ya sabe que nosotros no tenemos...
- Si, si, lo sé, lo sé.
- Que bueno que nos pongamos de acuerdo.
- Bueno...
- En todo este tiempo supo ganarse mi aprecio y usted sabe, con gente que prefiere no ponerse de acuerdo, nosotros, nosotros no tenemos nada que ver.
- Lo entiendo ¿Podemos cambiar de tema?
- Por supuesto, nosotros no tenemos nada que ver con la gente que habla siempre de lo mismo.
- ¿Y con qué tienen que ver entonces?
- Con nadie. Y con nada, ya se lo dije antes.
- No viven en este país, entonces. No gobiernan...
- Si, claro que sí.
- ¿Y entonces?
- ¿Entonces qué?
- ¿Como es que no tienen nada que ver?
- De una manera muy sencilla.
- ¿Cuál?
- Me dijo que no se lo dijera ¿Se siente mejor?
- Me arrepentí, cambié de idea. Ahora me interesa saberlo.
- ¿Qué cosa?
- ¿Cómo es que no tienen nada que ver?
- Muy simple. No tenemos nada que ver sin tener nada que ver.
- ¿Con el aumento de la pobreza tampoco tienen que ver?
- En absoluto.
- ¿Y con la muerte de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel?
- Nada que ver.
- ¿Y con la represión en Neuquén?
- Nada que ver.
- ¿Y con las causas de Bonadio?
- Nada que ver.
- ¿Y con el alza de precios?
- Nada que ver.
- ¿Y con los despidos?
- Nada que ver.
- ¿Y con el ajuste?
- Nada que ver.
- ¿Y con qué tienen que ver, entonces, me quiere decir?
- Con nada. Ya se lo dije.