- Mauricio está extenuado, pasamos una noche terrible.

- ¿Mucho trabajo?

- Ni se imagina.

- Las elecciones, los anuncios del lunes…

- Nahh que ver.

- ¿Entonces?

- Uh viejo, el periopopulismo no le deja ver la realidad ¿En qué país vive?

- Por ahora, en este.

- Y bue, no se enteró de que estamos de reformismo permanente.

- Eso dijo el presidente.

- No se enteró que estamos condenados al éxito.

- Bue…

- No se enteró que a los argentinos no nos para nadie.

- …

- No nos para el ajuste, ni el tarifazo, ni el naftazo, ni la malaria, ni los mapuches, ni los artesanos cortando una ruta…

- Yo diría que…

- ¿Acepta un consejo?

- Claro.

- Haga como sus colegas del periodismo independiente: No diga nada, repita.

- ¿Y qué tengo que repetir?

- No nos para nadie. No nos para nadie. No nos para nadie…

- Dejaría de ser periodista.

- Pero por lo menos se enteraría de las cosas.

- ¿Y de qué no me enteré?

- De por qué tuvimos una noche agotadora, por ejemplo.

- Si usted no me lo dice…

- Sus colegas del periodismo independiente ya lo saben: tenemos nueva fecha Patria, nuevo día nacional.

- ¿Nuevo día nacional?

- Es una forma de decir. En realidad, tenemos nueva noche nacional.

- Usted me desconcierta.

- El desconcertado soy yo ¿Qué hizo anoche?

- Me fui a dormir.

- No ve lo que le digo. Así nunca vamos a progresar, nunca vamos a llegar al primer mundo…

- …

- … nunca vamos a superar la vagancia.

- Espere un momento, de qué vagancia me habla.

- Usted dijo que se fue a dormir.

- Yo de noche duermo. Eso no es vagancia.

- Dormir a la noche es un vicio populista, le cuento.

- ¿Qué está diciendo?

- Que la Argentina está cambiando y usted hace la siesta, eso estoy diciendo.

- Sigo sin entender qué paso anoche.

- ¿No le tocaron el timbre?

- Ya pasaron las elecciones…

- ¿No ve lo que le digo? Ese tono sarcástico, sobrador, es el que lo mantiene en el atraso.

- ¿Le parece atrasado que a la noche me vaya a dormir?

- Sí.

- ¿Me va a decir de una vez qué fue lo que festejamos ayer a la noche que no me entere?

- Halloween, la nueva fecha patria.

- Absurdo.

- Absurdo es seguir festejando el 25 de mayo, el 9 de julio, la muerte de San Martín…

- ¿Y qué tiene de avanzado, de liberador, de reconfortante, festejar Halloween?

- Que comemos dulces, paletas, chicles…

- Habla como en una película doblada en español neutro…

- ¿Y usted qué mira? ¿Cine soviético?

- Si usted lo dice.

- Y le digo más. Halloween es nuestro mayor éxito.

- ¿Le parece?

- Mauricio está exultante. El reformismo permanente recién nació y ya es un éxito.

- No me diga que van a poner nuevas fechas patrias.

- Por supuesto.

- ¿Por ejemplo?

- Ahora el día de la independencia lo vamos a festejar el 4 de julio.

- Pero ese es el día de la independencia de los Estados Unidos.

- Por eso mismo.

- Pero vivimos en la en Argentina. Tenemos nuestra propia historia, nuestros héroes.

- ¿Usted quiere que al país le vaya bien?

- Por supuesto.

- Entonces imagine la cantidad de guita que vamos a hacer. Nuestros empresarios fabricando banderas con barras y estrellas, nuestros empresarios cobrando los derechos televisivos para ver los festejos…

- ¿Derechos televisivos?

- Obvio, qué pretende, Festejos Para Todos. Si quiere festejos gratis váyase a Cuba el 1º de mayo.

- ¿Y qué van a transmitir?

- Mauricio en un descapotable junto con Trump saludando a las masas congregadas en la Quinta Avenida ¿No es un golazo?

- Es ridículo. Indigno, le diría.

- Indigno es tener que importar zapallos…

- ¿Y para qué quiere importar zapallos?

- Para los festejos de Halloween, de qué estamos hablando.

- Pero si acá se cultivan zapallos desde la época de los pueblos originarios, para qué va a importar.

- Con todo respeto ¿Usted vio lo que son los zapallos acá?

- Sí. Riquísimos, dulces… Con una cáscara bien dura para hacer sus máscaras de Halloween si quiere.

- Que cursi que es, mi Dios. Los zapallos de Halloween son anaranjados flúo, limpios con un baño de Mc Donalds, sin una partícula de tierra.

- ¿Quiere zapallos sin tierra?

- Qué agotador que es, madre mía. Se la hago breve. Mauricio quería zapallos de Halloween y no había. Y como a los argentinos no nos para nadie los vamos a importar, así el año que viene festejamos como Dios manda. Punto final.

- Por lo menos este año usaron zapallos nacionales.

- Dios nos libre…

- No me diga que importaron calabazas de Halloween.

- No nos daba el tiempo, pero hicimos algo mejor.

- ¿Qué?

- Imprimimos fotos de la cabeza de la Carrió. Los ojos en llamas, como una posesa. Espeluznante.

- ¿Y cómo les fue?

- Un éxito rotundo. Tocábamos el timbre y Mauricio se ponía la foto delante del rostro.

- ¿Y?

- Impactante.

- ¿A la gente le gustó?

- Fue un delirio. Los niños se pegaban tal susto que se ponían a llorar y salían corriendo, los padres cerraban la puerta horrorizados… Hubo desmayos, ataques de pánico, escenas de histeria. Todo un éxito.

- Me hubiera gustado verlo.

- No se preocupe, ya va a tener su oportunidad.

- Pero voy a tener que esperar al año que viene.

- Ya se lo dije: estamos de reformismo permanente. Lo vamos a hacer todos los meses.

- ¿Todos los meses?

- Si, para acompañar las boletas de luz, gas, agua, teléfono…

- No parece una buena idea.

- Entre las cifras en la factura y la calabaza de Carrió van a gritar de horror. Vamos a eclipsar el Halloween. A los argentinos, no nos para nadie.