Columnistas // 2017-10-15
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Latinoamérica duele
Por primera vez en una década, creció el hambre
Después de años de avances en su erradicación, el número de personas que padecen hambre creció en América Latina al tiempo que se expandió la obesidad. Argentina está entre los seis países donde dejó de haber mejoras.

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Después de años de avances en su erradicación, el número de personas que padecen hambre creció en América Latina al tiempo que se expandió la obesidad.Argentina está entre los seis países donde dejó de haber mejoras.

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 A pesar de que en las últimas décadas el número de personas que padecen hambre estaba bajando sostenidamente, un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alerta sobre el retroceso de esta tendencia.

En el año 2016, alrededor de 42,5 millones de latinoamericanos (el 6,6% de la población total) no contaron con la cantidad suficiente de alimentos para cubrir sus necesidades calóricas diarias, lo que representó un aumento de 2,4 millones de personas, un 6% más en relación al año anterior.

El Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe 2017, dado a conocer el martes pasado en Santiago de Chile, destaca que el hambre se redujo en 21 países, pero creció en seis: la Argentina, Ecuador, El Salvador, Granada, Perú y Venezuela.

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Es necesario destacar que el aumento se explica por el deterioro en América del Sur, ya que el hambre pasó de castigar al 5% de la población en 2015 a 5,6% en 2016. Por el contrario, El Caribe y Centroamérica han mantenido la tendencia a la baja. En el Caribe el hambre bajó de 18,4% en 2015 a 17,7% en 2016. En Centroamérica, bajó de 6.7% a 6,5% de 2015 a 2016.

Sudamérica, siendo una de las regiones más ricas en la producción de alimentos, sufrió el mayor incremento de la subalimentación. Si en 2013-2015 el hambre afectaba a 20 millones de sudamericanos, para 2014-2016 este número ha crecido hasta 21,5 millones. El incremento se relaciona principalmente con la desaceleración económica, las crecientes tasas de desempleo, la disminución del salario mínimo y el deterioro de las redes de protección social.

Argentina y Perú registraron un aumento de 0,1 millones de personas, y Venezuela vio un alza de 1,3 millones personas subalimentadas, mientras Bolivia, Chile, Ecuador y Paraguay mantuvieron sus cifras. Colombia redujo el número de personas de 3,7 a 3,4 millones en el mismo periodo. Brasil, Cuba y Uruguay presentan, en tanto, una proporción de personas subalimentadas inferior al 2,5%.

Haití es el país de la región que presenta una mayor proporción de subalimentación, con casi el 47% su población, lo que equivale a casi 5 millones de haitianos. Antigua y Barbuda, Bolivia y Granada presentan tasas de subalimentación superiores al 20%.

Al mismo tiempo, la obesidad es un fenómeno cada vez más generalizado en la región y en 24 de los 33 países latinoamericanos la obesidad en adultos se ubica por sobre el 20% de su población. El problema es tal que el número de muertos asociados a enfermedades producidas por la obesidad supera a las del narcotráfico y la criminalidad.

En muchos casos, la obesidad también está relacionada con la pobreza. En los últimos años se dio una transición alimentaria, donde la población más pobre, sin poder comprar alimentos saludables, bajos en azucares, sal y grasas, tuvo que acceder a alimentos más baratos poco saludables.

El sobrepeso infantil en ALC afecta al 7% de los niños menores de 5 años, cifra superior al promedio mundial (6%), afectando a 3,7 millones de niños.

La FAO y la OPS quieren llamar la atención a los gobiernos para que se tomen medidas que ayuden a cambiar de rumbo. La región ha dado un paso atrás importante en una lucha que venía ganando. En el siguiente video, el representante de FAO para América Latina y el Caribe, Julio Berdegué presenta el panorama 2017.

En un continente destacado por disponer de recursos más que suficientes para cubrir los requerimientos de su población y neto exportador de alimentos y productos agrícolas, esta situación es ética, moral y políticamente inaceptable.

Lo anterior se explica, en parte, por la disminución en el precio de los productos primarios en los mercados internacionales, lo que ha afectado principalmente a los países de Sudamérica, en un contexto de desaceleración y contracción económica que se acentuó en 2016. También ha disminuido el acceso a los alimentos al no proteger a los sectores más vulnerables contra el aumento de los precios domésticos.

En el siguiente video Julio Berdegué explica qué hacer para disminuir el hambre en América Latina.

Es importante que, en los países afectados, programas sociales incorporen iniciativas específicas de seguridad alimentaria. Las políticas sociales contra-cíclicas son vitales para los grupos más vulnerables.

Sin embargo, las políticas de austeridad retoman fuerza en América Latina e incrementan la pobreza. Son políticas que ya demostraron su fracaso en términos sociales y económicos porque reducen el empleo, y por lo tanto la demanda, frenando el crecimiento. Latinoamérica enfrenta una fuerte desaceleración del crecimiento económico y también ha habido un cambio en el signo político en varios gobiernos, los cuales impulsan de nuevo políticas de ajuste neoliberal.

No tenemos tiempo que perder: una generación de hermanos se está perdiendo entre el hambre, la desnutrición y la obesidad.

Informe completo: Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2017


 



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