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Triste, sensual, dormilón,
mezcla de risa y lamentos,
vuela de los instrumentos
y se mete al corazón.
Allí enciende la pasión
que en el alma está dormida,
nos habla de la querida,
del amigo traicionero
y es un grato mensajero
que se nos cruza en la vida.
(...)
Tango que me hiciste mal
y que, sin embargo, quiero
porque sos el mensajero
del alma del arrabal;
no sé qué encanto fatal
tiene tu nota sentida,
que la mistonga guarida
del corazón se me ensancha,
como pidiéndole cancha
al dolor que hay en mi vida.
(Apología del Tango, Enrique Pedro Moroni)
El gobierno nacional que finalizó su mandato en diciembre del 2015, nunca escondió su referencia "popular". Es más, el par "Gobierno Popular" figuraba en innumerables discursos. Intelectuales como Laclau, reivindicaban a los gobiernos de centro izquierda latinoamericanos como "populistas" y al "populismo" como garante de la democracia.
Los gobernantes latinoamericanos como Evo, Lula, Dilma, Néstor, Cristina, Mujica, Chávez o Correa no renegaron de sus "populismos" sino que eran la cobertura simbólica del avance de derechos sociales de diversa índole. Bajo este esquema se gobernaba distribuyendo parte de lo que se generaba a través del Estado y se legislaba para proteger a los sectores de la sociedad que no solamente pudieran estar postergados, discriminados o invisibilizados por el resto de la sociedad.
En la Argentina, Cambiemos armó su campaña en clara oposición a las prácticas, usos y costumbres del gobierno anterior. Sin embargo, ¿Puede el populismo tener ese encanto fatal? ¿Es necesariamente una fuerza de centro derecha contraria per se al populismo? ¿A qué nos referimos al hablar de populismo? En primera instancia, y a criterio personal, lo popular se contextualiza en ideas que pudieran estar desarrolladas o no, pero que de alguna forma son compartidas por un grupo importante de la sociedad independientemente de su condición social, económica, cultural o cualquier otro condicionante que pudiera influir. Las ideas populares, sean de derecha o de izquierda, tienen como principal característica el ser aceptadas sin demasiada crítica.
Los discursos políticos de cualquier índole pueden caer en la tentación de que para agradar, parte del mensaje se refiera a una idea tan general que no pueda ser discutida. Cambiemos (aclaramos que no es un delito) utiliza estructuras populistas en sus discursos: "la grasa militante", "combate a las mafias", "lucha contra la corrupción", "liberar la energía emprendedora", "lluvia de inversiones", "combatir el narcotráfico". No sólo los ayuda a identificar enemigos, sino a ocupar un espacio discursivo que no permita que se critique el propio actuar. Es improbable que los cerveceros artesanales lideren la recuperación económica o que el "segundo semestre" (cuando milagrosamente ocurra) mejore los indicadores de indigencia en el país. El "costo argentino" o el nivel de vida liso y llano de los argentinos también forma parte de esas frases que se repiten, siendo pocos los empresarios que realmente manejan estadísticas regionales.
A nivel local, ha sido necesario reforzar la idea de autoridad a pesar de las notables deficiencias de gestión. "La orden la di yo", refleja la voz de mando de quien sólo focaliza en las obligaciones de los individuos por las cuales una persona que no pudo comprobar el pago de $8,50 pesos estuvo más de siete horas detenida. ¿Cuántas horas debiera pasar privada de la libertad la persona responsable de deber casi $5 millones de pesos en impuestos inmobiliarios? Independientemente que sea un centro comercial o un barrio privado ( https://www.elsol.com.ar/el-gobierno-analiza-tercerizar-el-cobro-de-impuestos.html) el empeño puesto en ambas situaciones, no es el mismo.
¿Cómo comprobar que un docente se come la merienda que el gobierno destina a los niños? ¿Cómo saber con precisión si además los docentes fingen sus enfermedades (como así también la duda sobre médicos, profesionales y especialistas)? El foco puesto en los empleados públicos supera los datos reales, las experiencias personales o las situaciones que se pudieran conocer. La crítica hacia los empleados públicos, es quizás uno de los lugares más comunes en cualquier discurso, muchas veces se olvida que se realizan trabajos de muy buena calidad con bajos sueldos y que además, votan.
La Octava Cámara del Crimen de Mendoza, evitó que la Provincia tuviera algo que causa pánico en la dirigencia política local, un Caudillo. La evidente parcialidad judicial que somete a prisión preventiva a personas con características sociales que impiden que sean tratados como "rugbiers" y utilicen el ascensor de los magistrados, se basa en la premisa de que algunos merecen la cárcel más que otros.
Tanto la derecha como la izquierda pueden caer en el populismo discursivo, sólo que los gobernantes actuales minimizan su encanto y por lo tanto la posibilidad de que al final, sea fatal.