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Emmanuel Macron,el líder más joven de Francia desde que Napoleón fue coronado emperador a los 35 años, se graduó en Filosofía y en Ciencias Políticas en París. Si bien fue importante su paso por la Escuela Nacional de Administración, donde son formados los futuros funcionarios, su éxito se consolidó en el mundo de las finanzas, al convertirse en ejecutivo de la Banca Rotschild, "el banco del poder".
El imperio financiero que controla los bancos de muchos países del mundo lo contrató en 2008. Como banquero de inversión en Rothschild & Cie, estuvo a cargo de un gran acuerdo entre las transnacionales Nestlé y Pfizer por unos 9.000 millones de euros, lo que le dejó una millonaria comisión y la consagración dentro del mundo financiero.
Poco después fue asesor económico del presidente Hollande y luego ministro de Economía. En su gestión, el desempleo aumentó y el gobierno aprobó una reforma laboral que reivindicó las demandas empresariales. En 2016, creó su propio partido, En Marche!, y en agosto de ese año, en medio de la caída de la popularidad de Hollande, abandonó el barco para lanzar su propia candidatura presidencial.
Un “culebrón” a la francesa
La vida personal de Macron también es curiosa. En 2007 se casó con Brigitte Trogneux, pero cuando se enamoraron él tenía apenas 15 años y ella, que era su maestra en el colegio privado católico La Providence, no solo era 24 años mayor, sino que estaba casada y tenía tres hijos, uno de los cuales era compañero de Emmanuel.
Todos sabemos que “el amor no tiene edad”, pero ¿una maestra de 39 enamorada de su alumno de 15? Varias mujeres están condenadas a prisión por casos similares… Lo interesante es resaltar que los medios de comunicación vendieron esta historia como romántica, encantadora y valiente, cuando, en otros casos, podrían haber destacado su lado más “polémico” y perjudicar seriamente su candidatura.
Quienes no se sintieron tan a gusto con el episodio fueron los padres de Macron, que casi acusan a la maestra por corrupción de menores, aunque desistieron y a cambio intentaron separarlos enviando a Emmanuel a Paris a completar el último año de bachillerato.
Más tarde se ha rumoreado que Macron es gay y que mantendría un romance con el presidente de Radio France, Mathieu Gallet, que ha desmentido muchas veces.
Más allá de este culebrón francés, lo cierto es que, en medio de un clima de aversión a los partidos tradicionales, Macron se posicionó como un “cambio”. Sin embargo, es un hombre de las grandes empresas y los grandes medios que lo han elegido y lo protegen. Intentan crear una imagen moderna, joven y fresca, pero se sostiene a través de los círculos más rancios de la élite francesa.
Macron parece tener todas las cualidades y todos los recursos, desde los más brillantes a los más oscuros.
La flexibilización francesa
La reforma laboral está En Marche! y pretende reforzar el papel de las empresas sobre los trabajadores. El desempleo en Francia es del 9,5%, frente a un promedio de 7,8% en Europa. Para imponer el cambio, Macron optó por los decretos, que impiden el necesario debate parlamentario.
Video: Macron firma la polémica reforma laboral
En primer lugar, la reforma implica la fijación de topes en las indemnizaciones por despido improcedente, que tendrán un máximo de un mes de salario hasta un año de antigüedad y un mes más por cada año adicional hasta diez. A partir de ahí, el incremento será de medio mes de salario por cada año, con un tope de veinte meses. Antes, la indemnización era definida por un tribunal laboral.
Otro aspecto polémico es que empresarios y trabajadores podrán llegar a acuerdos que no respeten el convenio colectivo. Antes de la reforma, los salarios y las condiciones de trabajo se determinaban en acuerdos entre patronal y sindicatos.
Por otro lado, las multinacionales podrán recurrir al despido colectivo por razones económicas en su filial en territorio nacional, aunque fuera de Francia obtengan beneficios. También se flexibiliza la jornada laboral, pasando de 35 horas semanales a 46, pero pueden extenderse si se negocia en la empresa. Además, baja el recargo por hora extra de un 25 a un 10%.
La popularidad de Macron se ha desplomado y apenas 40% de los franceses está satisfecho con su trabajo. Cientos de miles se han manifestado en contra en movilizaciones públicas. La última de ellas fue liderada por Francia Insumisa, de Jean Luc Mélechon, que se consolida como la principal fuerza de oposición, y considera la reforma un "golpe de Estado social".
Video: Protesta en París contra reforma laboral, habla Jean Luc Mélechon
"Respeto a los manifestantes, pero respeto también a los electores franceses que votaron por el cambio", dijo el presidente francés. Según el gobierno, la reforma persigue flexibilizar el mercado de trabajo para crear empleo y atraer inversiones.
Las “recetas” neoliberales, tan aconsejadas por el FMI, el BM y la UE, buscan imponerse en toda Europa. Francia es un caso paradigmático, por ser la segunda economía de la región y unos de los Estados más protectores del bienestar social.
Los argumentos utilizados son los mismos a un lado y otro del Atlántico. Los que pretenden este tipo de reformas en Argentina ya están estudiando los antecedentes de Francia y Brasil.
Mientras tanto, el país conocido por la igualdad, la libertad y la fraternidad, se encamina hacia una mayor desigualdad, a potenciar solo la libertad del mercado y a quebrar la fraternidad. Así es la época neoliberal de la flexibilización francesa.
Video: Piedras y gases lacrimógenos en protestas contra reforma laboral en Francia