Columnistas // 2017-06-04
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“Primero la patria, después el movimiento y por último las personas”
Hace falta volver a las fuentes del peronismo y de las grandes gestas populares para comprender y transitar el momento histórico que nos toca vivir.


La lógica de lo inmediato, del egoísmo, de la falta de visión política nos embarga e imposibilita la construcción de una alternativa que nos permita volver al gobierno y profundizar el modelo nacional y popular que hizo que nuestra patria y nuestro pueblo recuperasen su dignidad.

Y así transitamos estos días, mirándonos de reojo. Entre nosotrxs, entre compañerxs. Nos medimos, nos fijamos quien organizó, porque no me invitaron, “no me vas a ver venir”, actuamos con soberbia, no nos escuchamos, no nos respetamos….

Mientras tanto el enemigo acecha, se divierte, se regodea. Sabe que mientras lxs militantes del campo nacional y popular nos miremos el ombligo, el neoliberalismo no corre peligro.

Y entonces aparece ellay nos habla de su responsabilidad histórica como dirigente. Está dispuesta a ser candidata. Candidata de la unidad, candidata de un proyecto que nació para ser profundizado, candidata de los humildes, de los sin techo, de los que no tienen tiempo de mirarse de reojo ni pueden darse el lujo de ser egoístas.

Aparece y nos interpela. Nos sacude, nos emociona. Nos habla a lxs militantes, nos dice de la responsabilidad histórica que tenemos en la construcción de una propuesta que nos permita volver a la victoria.

Ojalá podamos estar a la altura de las circunstancias y asumir el desafío. Un desafío que comienza a mi criterio con la reivindicación de los avances en lo político, social y económico del período 2003/2015 y con la debida autocrítica de lo que no pudimos hacer o hicimos mal.

No nos dejemos engañar, hay quienes dicen que hay que borrar el pasado y empezar de nuevo. Se equivocan, un pueblo sin memoria es un pueblo sin  futuro. Otrxs sostienen que todos los males que padecemos tienen su origen en la pesada herencia del kirchnerismo. Quienes militamos en el campo nacional y popular sabemos que la única pesada herencia en nuestra historia es la de aquellos que no pueden vivir sino es a causa de la explotación de lxs otrxs y no están dispuestos a perder ni una pequeña parte de sus privilegios de sexo, de raza y de clase.

Es tiempo de asumir responsabilidades, con humildad, con solidaridad, con compromiso, con renunciamientos si es necesario pero con la firme convicción que es el único camino posible para terminar con tanto espanto.



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