Columnistas // 2017-05-20
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Tropas de Estados Unidos en el corazón de América
Por primera vez, militares del país del Norte participarán de un ejercicio en la selva Amazónica. Se desarrollará en noviembre próximo en la ciudad brasileña Tabatinga, situada en la en la triple frontera entre Perú, Brasil y Colombia.

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El Ejército de Estados Unidos participará de un ejercicio militar inédito en la Amazonia brasileña, tras la invitación del presidente Michel Temer. El ejercicio, denominado Amazon Log 2017, consiste en al menos diez días de simulaciones militares con tropas de Brasil, Perú y Colombia, de acuerdo a información brindada por el Ministerio de Defensa brasileño, principal impulsor de la actividad.

Los objetivos de Amazon Log consisten en el armado de una base logística multinacional temporal para el control de la migración ilegal, la asistencia humanitaria, operaciones de paz, acciones contra el tráfico de drogas y cuidados ambientales. Brasil toma como referencia la operación de la OTAN realizada en Hungría en 2015, que desplegó 1.700 militares en una simulación de ayuda logística con elementos como municiones, equipos de transporte y comunicación.

El ejército de Brasil también invitó a observadores militares de otras naciones y diversos organismos, tales como tropas de Argentina, Bolivia, Chile, Canadá, Panamá, Ecuador, además de la Junta Interamericana de Defensa, de la Conferencia de Ejércitos Americanos y del Consejo de Defensa Sudamericano.

En un video promocional, el general de la fuerza armada brasileña Theofilo de Oliveira anunció la instalación de la base en Tabatinga, a más de 1.100 km de Manaos, la capital del estado Amazonas. “Se eligió Tabatinga porque queremos mostrarle al mundo las dificultades de nuestra Amazonia”, explicó el General Theophilo, y agregó que “si lo hiciéramos en la capital, Manaos, estaríamos encubriendo estas dificultades. Es bueno mostrar la logística, los cambios climáticos, nuestra selva y, al mismo tiempo, mostrar el doble empleo tanto para la guerra como para la paz mediante un debate científico y tecnológico, para que los investigadores diseñen proyectos sustentables para la Amazonia y para que podamos implementarlos sin dañar la selva”.

La región es considerada el “pulmón del planeta”, la más rica en agua y biodiversidad. La realización de estos ejercicios supone modificaciones importantes, que afectan a Brasil y a toda la región. El país suramericano había sido muy cuidadoso en la custodia del Amazonas y algunos temen que la base multinacional temporal pueda convertirse en permanente, como sucedió en Hungría en 2015.

En el libro “Territorios Vigilados”, que explica cómo opera la red de bases militares de los Estados Unidos en Suramérica, de la periodista argentina especializada en política internacional, Telma Luzzani, encontramos alguna razón para entender el interés norteamericano en la zona: “en el Amazonas se encuentra el 95% de las reservas de niobio, fundamental para el acero de las naves espaciales y de los misiles intercontinentales, y el 96% de las reservas de titanio y tungsteno, utilizados en la industria aeronáutica espacial y militar, además de ser rica en petróleo, gas, uranio, oro y diamantes”.  

Con la llegada Temer a la presidencia de Brasil, las relaciones están cambiando y se evidencia un acercamiento a los Estados Unidos en el área de defensa. En marzo de este año el jefe del Comando Sur, Clarence K. K. Chinn, fue condecorado en Brasilia con la Medalla al Mérito Militar y visitó las instalaciones del Comando Militar de la Amazonia donde se realizarán los ejercicios Amazon Log. También se anunció desde el Ministerio de Defensa de Brasil que se está trabajando en un proyecto de defensa conjunto con Estados Unidos.

Este marco responde a un retroceso en el proceso de integración regional. Unasur, espacio suramericano en el que no participa Estados Unidos, creó en 2008 el Consejo de Defensa Suramericano (CDS) con el objetivo de consolidar una zona de paz suramericana, construir una visión común en materia de defensa y articular posiciones regionales en foros multilaterales.

El CDS trabaja por la autonomía regional en materia de defensa sin la participación de ninguna potencia militar en el continente. Sin embargo, el nuevo gobierno de Brasil ha invitado esta vez a los ejercicios tanto al CDS como a la Junta Interamericana de Defensa que pertenece a la Organización de Estados Americanos (OEA), bajo la órbita estadounidense. “De ese modo, se legitiman los espacios en los que participa el Pentágono y se diluyen los espacios propios de la región sudamericana. Un juego nada sutil en momentos críticos en que la región necesita establecer distancias con Washington y afirmar su identidad”, escribió el periodista y escritor uruguayo Raúl Zibechi en un artículo publicado por Sputinik Mundo.

También el politólogo e investigador argentino Juan Manuel Karg alertó sobre esta situación desde el diario Página 12: “Es –tristemente– sintomático que ahora el CDS no pueda poner freno alguno a esta iniciativa de un presidente al cual rechaza, según la consultora Datafolha, el 87% de la población”, relacionado a la mala imagen que tiene en la ciudadanía un presidente que llegó al gobierno a partir de una maniobra golpista contra Dilma Rousseff y que ahora toma una decisión trascendental para todo el continente en forma unilateral.

En el mismo sentido se expresó la Bancada del Partido de los Trabajadores en el Senado y mediante un comunicado declaró que “estas iniciativas pueden colocar a la Defensa de Brasil bajo la órbita estratégica de los Estados Unidos, con perjuicios sensibles a la soberanía nacional”.

Mientras la embajada de Estados Unidos en Brasilia indicó a la BBC Brasil que el país "está satisfecho de haber sido invitado junto con otras naciones socias regionales a participar" en el ejercicio en la Amazonia y que "busca expandir y profundizar las asociaciones de defensa con Brasil".

Esta decisión interfiere en la gestión soberana que hasta el momento desarrollaban un conjunto de países en el marco de la Unasur. La movilización de las fuerzas militares en el Amazonas, con Brasil como su máximo impulsor, resulta un riesgo extremo, en momentos en que la derecha regional intenta derribar a los gobiernos progresistas de la región. La preocupación consiste en que se abre la posibilidad a una base multinacional permanente, bajo la dirección de los Estados Unidos y los estratégicos recursos naturales que abundan en la zona dejan lugar a las sospechas.


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