Columnistas // 2017-05-12
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Detrás del juego
Partido contra la democracia
Con un terreno de juego colapsado, un océano de personas se apoderó el miércoles de la Plaza de Mayo. Más de 30.000 pañuelos blancos y millones de gargantas gritaron porque Nunca Más un genocida esté en libertad, y le marcaron la cancha a la justicia: hay un terreno en que no se jode, el de la memoria. Una camiseta que poco entiende el gobierno actual.


Las urnas dieron la iniciación del partido. De un arco, con remera amarrilla y relojes brillantes, se paraba el equipo oficial apoyado por una hinchada fuerte y poderosa.

Del otro, el mismo equipo que está parado hace más de 40 años. De pie, con algunas arrugas, pero marcando cuál es el camino. Con pecheras blancas y pañuelos en su cabeza, se preparan a jugar ellas, nosotros y todos los que tienen un poco de memoria.

El silbatazo inicial fue el 22 de noviembre cuando Mauricio Macri ganó las elecciones, pero el ritmo del encuentro comenzó un día después cuando un hincha gritó: “No más venganza”. Este individuo, que tenía una remera antigua con una inscripción de “La Nación”, representaba a un grupo de personas que lo dejaron solo gritando ese mensaje. Una redacción completa salió a repudiar el dicho del 23 de noviembre.

Dejando ese hecho como “aislado”, el encuentro continuó y el 25 de enero del 2016 el ministro de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, Darío Lopérfido, sostuvo que no hubo 30 mil desaparecidos, bajo la justificación de que ese número se arregló. Las intenciones del conjunto amarillo eran desacreditar y ganarle, como sea, a su rival que se mantiene de pie.

Siguió el partido con una desborde por derecha del conjunto amarillo que con el juez de su lado logró despedir a más de 563 empleados públicos en dos días. Una gran parte fueron jugadores con casaca blanca que trabajaban en la secretaria de Derechos Humanos y en la Promoción de Derechos Humanos.

Con la cancha inclinada para un lado por la Justicia y los grupos económicos de poder, Macri, capitán del conjunto dorado, recibió a Barack Obama el 24 de marzo de 2016. El primer 24 de marzo sentado en el sillón presidencial invitó a Obama, quien representaba al país que llevó a cabo el Plan Cóndor, financiando económica y tácticamente a los genocidas argentinos que hicieron el golpe de Estado. Todos tenían - y tienen- puesta la misma camiseta.

El contraataque fue un grito en el terreno de lucha. Abuelas y Madres volvieron a su Plaza con más vecinos y ciudadanos que la colmaron y repudiaron las malas jugadas que hizo el equipo oficialista.

Pero el conjunto dorado estaba dispuesto a ir por más. El 31 de mayo modificaron el decreto 436 otorgándole a las Fuerzas Armadas mayores potestades para decidir ascensos, traslados, premios y designaciones. Y nueve días después, el carapintada Aldo Rico y el teniente coronel Emilio Nanai encabezaron una parte del desfile militar en el festejo por el Bicentenario celebrado el 9 de julio de 2016.

El técnico del conjunto oficialista, Duran Barba, percibió que no podían superar al conjunto blanco y logró que su equipo consiguiera –un jueves, día en que se hacen las rondas habituales a la Plaza- el pedido de captura y la prohibición de salir del país a una de nuestras principales jugadoras: Hebe de Bonafini.

Por si el espectador del partido no se dio cuenta para que lado patea el conjunto amarillo, salió su capitán el 10 de agosto a decir que no sabe cuántos desaparecidos fueron, si 30 mil o 9 mil, y categorizó a los hechos de la última dictadura cívico militar como “guerra sucia”.

Como necesitaban jugadores porque no podían quebrar al conjunto blanco, el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata le dio el 21 de agosto el arresto domiciliario a Etchecolatz, represor y apuntado como responsable de la desaparición de Jorge Julio López. Acción defendida públicamente por el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, dos días después.

El calendario pita el cambio de año, y arranca 2017 con el decreto 52 en el que el gobierno modifica el feriado del 24 de marzo haciéndolo móvil. Una semana después, a través de lo que generó esa decisión en las redes sociales y el repudio de las organizaciones sociales, se lo volvió al lugar de inamovible.

Finalizando enero, el titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión, afirmó en un programa de televisión que no cree que haya existido un plan sistemático de desaparición de personas en la última dictadura cívico militar, desacreditando al equipo que tiene enfrente. Jugada que ya se hizo habitual en el conjunto amarillo.

El segundo 24 de marzo en el sillón presidencial y Macri solo mencionó ese día a través de su cuenta de Facebook publicando el prólogo del libro “Nunca Más” y agregó una imagen, mientras que la Plaza de Mayo explotaba en un grito que clama por Memoria, Verdad y Justicia.

Este mes empezó con el fallo a favor del represor Luis Muiña con el beneficio de la aplicación del 2x1, siendo apoyado, en un principio por el oficialismo, en el que Avruj aseguró estar de acuerdo.

El partido continúa, pero la historia desde la asunción del presidente intenta que finalice por goleada a favor de ellos generando una sociedad muda, sin memoria y dócil. Pero no podrán. Por más ataque, juego sucio, golpes altos o bajos, jamás podrán quebrar la memoria porque están ellas y luego nosotros. Hoy, el equipo titular lo conforman Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, pero mañana nosotros nos podremos esas remeras transpiradas, pesadas por el dolor y manchadas de lágrimas de hastío y amor. Estaremos respaldados por más de 30.000 compañeros que luchan por no ser olvidados, pero jugaremos juntos para que no vuelva a pasar. Porque por más que en sus tribunas brillen las perlas de oro o manejen los medios de comunicación, nosotros el miércoles y siempre marcaremos la cancha. Nos haremos notar. No nos dejaremos quebrar. Gritaremos por aquellos que se quedaron sin voz exigiendo, siempre, pero siempre Memoria, Verdad y Justicia


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