_

Hace unos meses, se publicó un informe de Oxfam titulado “Una economía al servicio del 1%”. El dato central y perturbador del estudio es que el mundo enfrenta una desigualdad extrema donde el 1% de la población posee más riqueza que el 99% restante. Nuestro país también padece un grave problema de desigualdad. Por otro lado, la idea de que el “éxito” está relacionado al “mérito” o esfuerzo individual es insostenible.
El estudio muestra que en 2015, 62 personas poseían la misma riqueza que 3.600 millones, lo que equivale a la mitad más pobre de la humanidad. En 2010, esta relación de desigualdad era de 388 personas contra la mitad de la población. Es decir, la concentración sigue aumentando.
El informe denuncia que cuando el dinero cae en manos de los más ricos, existe "un complejo entramado de paraísos fiscales y una industria de gestores de grandes patrimonios" que garantizan que esa riqueza quede fuera del alcance de los gobiernos y "no sea redistribuida". En este marco, Oxfam señala que el entramado de paraísos fiscales permite que una minoría privilegiada y corrupta oculte bajo estos mecanismos 7,6 billones de dólares, una suma mayor que el PBI del Reino Unido y Alemania juntos. En Argentina, vemos al propio presidente Macri sumergido en esta maraña, con cuentas off shorea nombre suyo y de sus familiares en paraísos fiscales, tal como reveló la investigación Panamá Papers.
Otro aspecto que se señala es que para lucrar y obtener poder económico no siempre hace falta esforzarse mucho. De hecho, la generación de ingresos y riqueza puede estar casi totalmente desvinculada del trabajo, la creatividad, la productividad o el valor agregado. Oxfam calcula que al menos el 50% de las fortunas de todo el mundo podrían haberse logrado a través de medios no meritocráticos.
¿Meritocracia?
Un estudio de Caroline Freund y Sarah Oliver, del Instituto Peterson de Economía Internacional explora los orígenes de los multimillonarios del mundo. Las expertas se basan en la lista de Forbes de 1.826 multimillonarios, con fortunas superiores a los 1.000 millones de dólares cada uno, de las últimas dos décadas (1996 – 2015). El objeto es determinar si se trata de ricos de nacimiento o si han construido por sí mismos sus fortunas.
El trabajo informa que 28% de los ricos de EEUU obtuvieron su fortuna de herencias familiares de varias generaciones, mientras que en Europa el promedio sube a 35%. En Francia marcó el 51%, en Alemania el 64% y en Italia el 37%. En Asia, el 17% de los millonarios son ricos por herencia; sin embargo, en China la tasa es apenas del 2%, mientras que en Japón es del 18%.
En América Latina, la cantidad de los multimillonarios que heredaron su riqueza es del 49%. En Chile y Venezuela, esta variable representa el 66%; en Brasil, 47%, en Colombia, 50% y en México del 38%.
Lo más llamativo se presenta con respecto a la República Argentina, que tiene la mayor proporción de multimillonarios que recibieron la fortuna a través de las arcas familiares. La cifra de “súper ricos” por herencia asciende al 80%, sólo superado por Dinamarca (83%), Finlandia (100%) y Kuwait (100%), destacando que estos países no llegan a seis millones de habitantes y poseen un territorio muchas veces menor que la Argentina. Vale destacar, que el 20% de los multimillonarios de nuestro país que no heredó su riqueza proviene del sector financiero, es decir no contribuyen al desarrollo de las fuerzas productivas y la generación de empleo.
Otro aspecto interesante del estudio es la muestra de los “creadores de empresas”, en EEUU los multimillonarios que han creado alguna empresa son el 32%. En Europa, conforman un 23%. Japón registra el 63% y China contiene un 40% de los ricos en este segmento. En el caso de Latinoamérica, Brasil tiene un 21% y México un 12%. Argentina aparece con cero multimillonarios en esta categoría, lo cual demuestra que ninguno de ellos posee un espíritu emprendedor ni propenso a tomar riesgos.
Entre las conclusiones generales se destaca que en el mundo la creación de nuevos ricos se ha incrementado y que por primera vez los ricos “hechos” están alcanzando a los ricos “herederos”. Cambios que no parecen haber llegado a la Argentina.
En tiempos donde se quiere instalar la idea “meritocracia”, donde el éxito estría ligado al mérito individual mediante el esfuerzo para ser “competitivo”, el estudio de Freund y Oliver ayuda a entender esas concepciones al interior de los sectores dominantes. Aunque, en realidad, los multimillonarios se parecen más a una casta inamovible que concentra la riqueza desde hace mucho tiempo y la transmite a su descendencia, sin mucho mérito.
Luego, son ellos mismos los que difunden las ideas asociadas al esfuerzo individual y la competencia y en base a ello, se generan medidas de transferencia de recursos hacia los sectores más concentrados. Esta situación alcanza la categoría de escándalo cuando estos mismos sectores se reparten los beneficios de “gestionar” el Estado. Así es como Argentina en 2016 se volvió más desigual.
Nunca en la historia de la humanidad existió una brecha tan elevada entre los más ricos y los más pobres. Sin embargo, la desigualdad no es inevitable. Es resultado de decisiones políticas que benefician a ese 1%. Los ricos y poderosos utilizan diversos mecanismos en su propio beneficio y excluyen al resto.
Nos debemos un debate más amplio sobre este problema en nuestra sociedad, así como políticas más efectivas que pongan límites a los privilegios, la concentración de riqueza y el poder.
Referencias:
1. Oxfam es una confederación internacional de 17 organizaciones que trabajan en más de 90 países para construir un futuro libre de pobreza.
2. https://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/file_attachments/bp210-economy-one-percent-tax-havens-180116-es_0.pdf
3.https://piie.com/publications/wp/wp16-1.pdf