Columnistas // 2017-03-04
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Elecciones en Ecuador
Salir de los paraísos sin caer en el infierno
Los resultados oficiales confirmaron una segunda vuelta electoral para definir presidente y vice. El país sudamericano se encuentra en el centro de la batalla política continental.


PRIMERA VUELTA

Los ecuatorianos concurrieron a las urnas para elegir su próximo presidente, vicepresidente, 137 lugares de la asamblea nacional, otros 5 para el parlamento andino y votar un referéndum sobre paraísos fiscales. Más de 10 millones de ciudadanos se expresaron el domingo 19 de febrero, lo que representa una participación del 80%. El próximo 2 de abril habrá segunda vuelta y el 24 de mayo asumirá el nuevo presidente.

La conclusión inicial que dejó la primera vuelta es que Alianza País sigue siendo la fuerza política con más apoyo a nivel nacional, luego de una década de gobierno y con el presidente Rafael Correa retirándose con amplio apoyo, algo inédito en el Ecuador de los últimos tiempos. Es claro que el oficialismo perdió fuerza. El desgaste es de más de 15 puntos, considerando que en las elecciones del año 2013 Rafael Correa triunfó en primera vuelta con el 57% de los votos. Intenta sucederlo Lenín Moreno, quien fuera vicepresidente entre 2007 y 2013. La relación de fuerzas parece haberse equilibrado a favor de la derecha, que en trazos gruesos pasó de perder 60-40 hace 4 años, a estar con posibilidades de competir en ballotage.

El candidato más votado fue el oficialista Lenín Moreno de Alianza País con el 39,35% (necesitaba llegar al 40% para ser presidente en primera vuelta) con más de 3 millones 700 mil votos, seguido por el empresario Guillermo Lasso del movimiento CREO, conocido por haber sido presidente ejecutivo del banco Guayaquil, del que es uno de los principales accionistas, que alcanzó el 28,10%, lo que equivale a más de 2 millones 640 mil votos. Entre estos dos candidatos está el futuro presidente del Ecuador. En tercer lugar quedó la abogada Cynthia Viteri, única mujer que compitió por la presidencia, del Partido Social Cristiano que obtuvo el 16,31%. En la recta final hay cuatro candidatos que en total sumaron el 15% restante de la totalidad de los votos.

Da la sensación de que el 39,35% que obtuvo Lenín Moreno tiene gusto a poco para los que deseábamos la continuidad, pero sin dudas es muchísimo para los adversarios que trabajan para derribarlo. Por otra parte, Alianza País ganó la mayoría en la asamblea nacional, desde donde podrá negociar y condicionar en la aprobación de las leyes.

Estos resultados, luego de observar una campaña sucia realmente brutal, de enfrentar la manipulación de los monopolios mediáticos opositores, de las operaciones en contra de Alianza País, de la crisis económica internacional que derrumbó el precio del petróleo y de haber soportado dos terremotos graves, no son para despreciar.

La reciente denuncia contra Jorge Glas, candidato a la vicepresidencia del oficialismo, es un ejemplo de las acciones que se vienen aplicando. Se utilizaron masivamente en la campaña presidencial de la Argentina en el 2015 y en contra de Evo Morales en el referendo del 2016. También en contra de Lula da Silva y Dilma Rousseff en Brasil. El ataque al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela es parte de lo mismo.

EXPULSADOS DEL PARAÍSO

Algo de gran importancia que está pasando “desapercibido” por la gran prensa internacional es que ganó el SI con el 55% a la siguiente pregunta: “¿Está usted de acuerdo en que, para desempeñar una dignidad de elección popular o para ser servidor público, se establezca como prohibición tener bienes o capitales, de cualquier naturaleza, en paraísos fiscales?”. Con esta medida el gobierno se dispone a combatir la corrupción y la evasión tributaria.

No debe olvidarse el ejemplo a nivel mundial que acaba de dar Ecuador con esta victoria en consulta popular que prohíbe a servidores públicos y funcionarios elegidos tener bienes en paraísos fiscales, que a pesar del ocultamiento mediático ha trascendido las fronteras y se habla de él en el mundo. Esta elección puede ayudar a desarticular la asociación entre poder económico y poder político en un problema que es de interés global.

Como escribió Fander Falconí, ex ministro de Ecuador, en un diario de ese país: “La ganancia del Sí en la consulta del 19 de febrero de 2017 les duele a algunos tanto como a Adán, al ser expulsado del Paraíso. Ahora, Ecuador puede impulsar una mayor transparencia y justicia tributaria en el ámbito internacional”.

SEGUNDA VUELTA

Cuando se confirmó la segunda vuelta en Ecuador ya se había concretado la alianza de las fuerzas de derecha que encabezan Guillermo Lasso y la abogada y periodista Cynthia Viteri. Si bien es difícil que quien votó a Viteri vaya a apoyar a Moreno nada está asegurado y se abre una nueva situación con el ballotage. En este escenario, Alianza País tiene la posibilidad de derrotar a Lasso, que puede llegar a estancarse con un techo más bajo y que registra antecedentes nefastos como ser ministro del gobierno de Jamil Mahuad, que decretó el famoso feriado bancario en la peor crisis económica que vivió el país.

Por otro lado, ¿La izquierda va a decir que Moreno y Lasso son lo mismo? ¿Llamará a votar en blanco? Guillermo Lasso habló permanentemente de “Cambio”, de ese “Cambio” que el ecuatoriano Duran Barba aplica en argentina, a través del presidente Macri. Los ecuatorianos tienen la suerte de poder leer el diario del lunes para votar el domingo. ¿Quieren seguir el “Cambio” aplicado por Argentina y Brasil?

Dice el politólogo y sociólogo argentino Atilio Borón al respecto: “Pensar que en Ecuador la derecha se comportará de otro modo, que será fiel a sus edulcoradas promesas de campaña y que, en caso de prevalecer, se abstendrá de descargar un furioso escarmiento sobre la masa plebeya (…) es un acto de imperdonable ingenuidad e irresponsabilidad políticas, sobre todo cuando quienes albergan tan inocentes expectativas son fuerzas partidarias o corrientes de izquierda”.

Si gana Guillermo Lasso, el retroceso social, económico y cultural que sufriría este país sudamericano será importante. Basta mirar lo ocurrido en la Argentina y su desastrosa situación económica actual: caída del PBI, inflación descontrolada, gran caída del poder de compra del salario, fuerte aumento del desempleo, incrementos exorbitantes de los precios de la electricidad, el gas, el agua y el transporte conjugados con exponencial endeudamiento externo. Es decir, un descenso a los infiernos para el pueblo de Ecuador.

Finalmente, se puede decir que Ecuador no ha logrado revertir la tendencia de la derecha que ensombrece América del Sur, pero también que el resultado no demuestra un “fin de ciclo” de los gobiernos progresistas en el continente. Más bien, la disputa continúa. El ciclo progresista no ha terminado.

El sociólogo y analista internacional Pedro Brieger ha señalado muy bien que “las derechas latinoamericanas ya han sentenciado que el “ciclo progresista” ha llegado a su fin. En realidad es una expresión de deseo. Saben que esto no es cierto aunque lo vienen proclamando ya hace unos cuantos años”. 

Se concluye la salida de un presidente con amplio apoyo popular. El liderazgo de Rafael Correa en América Latina debe servir para seguir avanzando, más allá del resultado final.  Sin embargo, estamos ante la gran necesidad de que nuevos cuadros y nuevos líderes se desarrollen y crezcan por todo el continente, única posibilidad cierta de que los latinoamericanos logremos autonomía, independencia e integración.

En el balance, Alianza País pudo consolidar un triunfo histórico de alcance global en contra de la corrupción de los paraísos fiscales, alcanzar la mayoría en la Asamblea Nacional y superar en más de un millón de votos a su principal adversario. Sin embargo, no pudo llegar al objetivo en primera vuelta y deberá competir en ballotage en una elección que se presume reñida.

Ecuador, en la encrucijada de huir de los paraísos sin caer en el infierno, se encuentra en el centro de la batalla política continental.  


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