Columnistas // 2023-10-24
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Elecciones Presidenciales octubre 2023
Tribulaciones de una tarde de domingo


Escribo estas líneas entre la tarde del domingo y hoy lunes. Oscilando entre la inútil pretensión de objetividad sociológica y la carga subjetiva del involucramiento político en una disputa electoral donde está en juego mucho más que un presidente/a. A partir de las 18 horas, mientras hacía zapping en los programas políticos de TV, e intercambiaba mensajes con amigos de estudio y militancia, esbozaba dos grandes dudas y preocupaciones.

Una: ¿Queda alguna chance para que Unión por la Patria revierta el tercer puesto de las PASO? ¿Impedirá el desastre total que supone un Milei ganador en primera vuelta, o un ballotage entre La Libertad Avanza y Juntos por el Cambio? Digo desastre por las consecuencias sociales y nacionales en caso de imponerse  la motosierra, el ajuste feroz sobre el gasto social, el exterminio de las fuerzas políticas opositoras, etc.   Las apuestas, como señalaba un compañero, oscilaban entre el predominio de la bronca contra la situación económica y social (con eje en la inflación) o el lento avance del temor producido al descubrir la verdadera dimensión de las propuestas milei-bullrichistas.

Dos: Íntimamente relacionado con lo anterior ¿qué va a pasar el 23/10? ¿Se producirán las hecatombes propiciadas por los conocidos de siempre desde las pantallas de TN y LN+: devaluación, hiperinflación, corrida bancaria? ¿Intervendrá el FMI para exigir el cumplimiento de los puntos firmados con el último desembolso? ¿Cómo transcurre la vida hasta el 19/11 si hay ballotage, o hasta el 10/12 si alguien gana en primera vuelta?

La mayoría de los pronósticos indicaban la posibilidad de una segunda vuelta entre Milei primero y Massa segundo, pero con todas las probabilidades abiertas. Además, con honestidad brutal, pensaba (y pienso) que un triunfo electoral del Ministro Candidato no resuelve milagrosamente los serios problemas que atravesamos (pobreza, inflación, deuda), agravados por el crecimiento de las ideologías de derecha y por  la extrema presión del establishment, círculo rojo (o como quieran llamar a los sectores económicos  dominantes) para obtener una mayor entrega del patrimonio nacional y descargar un inhumano ajuste sobre sobre trabajadores, jubilados, obra pública, pymes y economías regionales.

Cerca de las 20 horas fue creciendo la verdadera sorpresa: Unión por la Patria estaría ganando y Juntos por el Cambio quedaría fuera del ballotage.  Habíamos dicho luego de la PASO de agosto que no debía sorprendernos la derrota de UxP: “¿Por qué el Frente de Todos, con la pobreza existente, con las promesas incumplidas, con la inflación galopante, iba a mantener doce millones de votos?”. Y planteamos “El Gobierno actual tiene que hacer algún viraje fuertísimo en lo que queda hasta las elecciones generales para dar vuelta la tortilla. No la puede hacer con promesas de lo que haría en enero del año próximo…”. Es decir, debía mostrar algún cambio de rumbo.

Algo de eso parece haber ocurrido. Medidas a favor de sectores de trabajadores (modificaciones impositivas sobre IVA y Ganancias), bonos y compensaciones, créditos, etc. Las medidas exasperaron a los minoritarios y poderosos grupos económicos, representados por LLA y JxC, que cuestionaron el “plan platita”, apostaron a la corrida cambiaria e incluso intentaron una corrida bancaria. Se produjo entonces una respuesta tan necesaria como inédita: golpear a los especuladores financieros que impunemente mueven millones de dólares elevando el valor del blue, para beneficio de unos pocos y sufrimiento de mayorías. Podría argumentarse con razón que no alcanza, pero tal vez  fue suficiente para indicar una voluntad de cambio respecto a una situación asfixiante. Por supuesto que falta mucho en términos estructurales, comenzando con acciones sobre los grupos oligopólicos que controlan el mercado interno y elevan sin piedad todos los precios, sobre todo los de alimentos.

El domingo a eso de las 21 horas se confirmaban los sondeos y la información de los fiscales. Más tarde fueron apareciendo en sus bunkers los tres candidatos presidenciales. Juntos por el Cambio exhibió en los rostros de Macri y Bullrich  la magnitud de una dura derrota que amenaza la misma continuidad de la alianza. El discurso de Bullrich confirmó su esencia antidemocrática. Destiló resentimiento al no felicitar a los ganadores o tan siquiera fingir la siempre declamada importancia por la “jornada cívica”. Descalificó a los millones de argentinos que no la votaron. “Van a comprender después” sonó a un insulto a la libre decisión de quienes entendieron que el trabajo y las mejoras sociales y económicas no se logran exterminando a un tercio de la sociedad y encarcelando a los sindicalistas. 

Milei se probó el traje de la casta política que tanto atacó durante años. Adoptó el discurso antikirchnerista de Patricia Bullrich, felicitó a Jorge Macri y a Frigerio por sus triunfos en CABA y Entre Ríos. Se ajustó a un discurso escrito para no dejarse llevar por la actuación de outsider, y llamó a los derrotados de JxC a unirse contra el populismo. Pronunció reiteradamente los términos “juntos”, “cambio”, “terminar con el kirchnerismo”. Dio comienzo a la nueva campaña del ballotage, pidiendo olvidar agresiones y diferencias para enfrentar una “organización criminal” (¡sic!). Pese a su apelación final a la “revolución liberal” quedó claro que lo suyo es apenas una “restauración conservadora”, desde la oligarquía de inicios del siglo XX, pasando por la dictadura videlista y el neoliberalismo menemista, hasta llegar al macrismo.

Massa se presentó solo en el escenario, como muestra de un nuevo liderazgo. Dejó girando en el vacío el ataque “antikirchnerista” al no mencionar ni una vez a Cristina Kirchner, y mucho menos al presidente.  Anunció “el fin de la grieta”. Afirmó que “como   presidente desde el 10 de diciembre  no les voy a fallar” (¿no los voy a defraudar?). Convocó a un Gobierno de Unidad Nacional para una nueva etapa institucional y para el desarrollo argentino. Reconoció “no recibimos un cheque en blanco” y “estamos en deuda con los trabajadores”.

El cierre de los actos marcaba el final de un partido y el inicio de otro hasta el 19 de noviembre. Las sensaciones no eran homogéneas. Un amigo me escribía: “Tengo muchas críticas para la realidad actual, pero me alegra ver a un pueblo que defiende los derechos que tanto nos  ha costado conquistar”. En principio fue derrotada la consigna cuasifascista de terminar para siempre con una gran corriente política que con aciertos y errores ha concitado masivos apoyos populares. Pero, vuelve a instalarse obstinadamente en el contradictorio libertario, para quien no debe existir otra libertad que la del capital y las potencias extranjeras para explotar y depredar a sus anchas.

La convocatoria de Massa a los votantes de otras fuerzas se entiende por la necesidad de unir en un gran frente a las fuerzas patrióticas y democráticas, pero no dejan de inquietar las concesiones que puedan reclamar personajes como Morales, el de la reforma constitucional  antidemocrática, la entrega del litio y la represión al pueblo jujeño.

Ya finalizado el recuento provisional  ensayo una comparación entre la PASO y la General.

 

PASO 13/08/23

%

s/escrutado

GENERAL 22/10/23

% s/escrutado

Diferencia Absoluta

Diferenc en %

Padrón escrutado

34.491.607

100

34.898.212

100

406.605

1,18

Votantes

24.016.776

69,63

27.100.675

77,66

3.083.899

12,84

Nulos -Recurridos

328.891

0,95

254.796

0,73

-74.095

-22,53

Votos válidos

23.687.885

68,68

26.845.879

76,93

3.157.994

13,33

En blanco

1.148.342

3,33

554.161

1,59

-594.181

-51,74

Votos afirmativos

22.539.543

65,35

26.291.718

75,34

3.752.175

16,65

PASO: Datos de las 05:27 del 14 de Agosto de 2023, escrutinio del 97,42% de electores.

General: Datos de las23:33 del 22 de Octubre de 2023, escrutinio del 98,54% de electores          

 

Es notorio el incremento de 3 millones de votantes, abandonando al menos en parte la fuerte abstención anterior. También disminuyen los votos nulos y los blancos, incrementando los votos válidos y los positivos respectivamente. De este modo los votos a repartir entre las fuerzas políticas se incrementaron en unos 3,7 millones. ¿Adónde se dirigieron?

AGRUPACIONES

VOTOS

% S/Votos Afirmat.

VOTOS

% S/Votos Afirmat.

Diferencia Absoluta

Diferencia en %

LLA

7.116.352

31,57

7.884.336

29,99

767.984

10,79

JxC

6.698.029

29,72

6.267.152

23,84

-430.877

-6,43

UxP

6.460.689

28,66

9.645.983

36,69

3.185.294

49,30

Hacemos

907.437

4,03

1.784.315

6,79

876.878

96,63

FIT

628.893

2,79

709.932

2,70

81.039

12,89

Otros

728.143

3,23

0

0,00

-728.143

-100,00

El cuadro muestra un gran derrotado, JxC,  única coalición que disminuye en términos absolutos, perdiendo más de 400.000 votantes; mientras que las cuatro restantes incrementaron.  Pero mientras LLA crece un 10%, UxP lo hace en cerca del 50% sumando más de 3 millones de nuevas adhesiones, pasando de tercera a primera fuerza con casi un 37% de los votos afirmativos. Quien más crece, prácticamente duplica, es Schiaretti, el gobernador cordobés, pero desde un piso bajo alcanzando un 7% de los votos. El FIT también absorbe cerca del 13% de nuevos votantes, pero no llega al 3% del total de votos.

Sintetizando puede decirse que en los dos meses  que mediaron entre ambas elecciones se produjo un cambio significativo en la afluencia de los votantes, el notorio crecimiento de UxP, el relativo estancamiento de la LLA y  el claro retroceso de JxC. Massa ganó en 13 provincias: Buenos Aires (obviamente fue un resultado clave), Chaco, Formosa, Entre Ríos, Corrientes, Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero, Tucumán, La Pampa, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Milei se impuso en  10: Jujuy, Salta, Misiones, Córdoba (derrotando a Schiaretti), Santa Fe, San Juan, San Luis, Mendoza, Neuquén y Chubut. Bullrich sólo en CABA. La irrupción de la LLA produjo una alteración importante en las cámaras legislativas donde no habrá mayorías automáticas.

Es interesante observar que los votantes muestran comportamientos disimiles a la hora de votar presidente, gobernador, intendentes  o diputados (sean simultáneas o separadas). Por ejemplo en Entre Ríos triunfó, en forma simultánea, UxP a presidente y JxC a gobernador. En Chaco había sido  derrotado el gobernador Capitanich y ahora se impuso Massa. En todo Cuyo triunfaron gobernadores alineados con Bullrich y luego ganó Milei a presidente. Mendoza es un caso emblemático, cuna del candidato a vicepresidente Petri,  donde el gobernador saliente y entrante son radicales “amarillos”,  pero  fueron derrotados por Milei y solo obtuvieron un diputado nacional.

Comparando con la elección de 2019, UxP está todavía lejos de los casi 13 millones (48%) con los cuales el Frente de Todos se impuso sobre JxC (casi 11 millones y 40%). En esa ocasión votó el 80% del padrón. Si para el ballotage se mantuvieran los 27 millones de votantes actuales, pasan a estar en disputa más de nueve millones de voluntades. Los debates para ambas coaliciones que se enfrentarán pasan por el tipo de campaña a realizar.

¿Hay que correrse a la derecha para conquistar al electorado esquivo? ¿O habrá que apostar por la defensa de valores claros y un rumbo firme de carácter democrático, progresista y a favor de las clases populares?  Levantar y defender la soberanía nacional, las libertades democráticas, la justicia y solidaridad social, los estímulos a la producción y la creación de puestos de trabajo genuinos, el castigo a la especulación financiera y comercial, el control del mercado cambiario y el comercio exterior, el vuelco de los depósitos inmovilizados en Leliqs al crédito productivo,…

Otra lección que no debe olvidarse proviene de las elecciones de 2015 y 2019. En la primera, Scioli ganó la general y perdió el ballotage. En la segunda Fernández ganó ambas, pero inició su declive perdiendo 8 puntos. Por lo tanto no caben triunfalismos (demasiado reiterados) y confusiones sobre un resultado electoral coyuntural, basado más en la defensa propia frente a la motosierra que en las virtudes del candidato ganador.

Los acuerdos con dirigentes para una segunda vuelta pueden servir para la llamada gobernabilidad en tanto acuerdo de cúpulas. Pero no son eficientes para apaciguar  el malestar social montado sobre el 40% de pobreza y una inflación galopante. Las definiciones de Schiaretti, Bregman, Bullrich y otros dirigentes no son indiferentes para el ballotage, pero no son determinantes para la decisión final de los ciudadanos.

El 19 de noviembre  enfrentaremos una coyuntura similar a la de este domingo, aunque con menos dudas. Solo habrá dos opciones. Y una, aunque se denomine libertaria, remite a la dictadura, a la devaluación y el empobrecimiento.  Pero, aun triunfando Unión por la Patria, la experiencia vivida con el Frente de Todos interpela a las bases populares para protagonizar y disputar un rumbo diferente. Hoy es urgente desnudar la esencia regresiva de Milei, garantizar el triunfo de UxP,  y condicionar desde el inicio al nuevo presidente para que la unidad nacional se concrete con las mayorías populares empobrecidas y sin conciliar con monopolios, banqueros y terratenientes.

Como expresé antes: “ganar la elección ¿para qué? ¿Para volver a hacer lo mismo que estos cuatro años? Porque lo hecho no es simplemente insuficiente, sino inconveniente para los intereses nacionales (principalmente el acuerdo que legalizó el fraudulento crédito del FMI a Macri) y populares (inflación, precarización laboral, pobreza)”. Hay que ganar para hacer después algo muy diferente. Y eso exige una activa y sostenida movilización unitaria de las mayorías populares.


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