Columnistas // 2023-07-08
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Innovar en políticas culturales
Cuando las elecciones están cercanas, la agenda política se acuerda de la Cultura y aparecen los temas presupuestarios, la debilidad profesional de quienes conducen las políticas culturales, el rol del estado, de los privados y de las organizaciones comunitarias. En Mendoza, además sumamos al debate a La Fiesta Nacional de la Vendimia, su gestión, sus licitaciones y la elección de las Reinas.


Cada cuatro años hay intentos de buscar consenso sobre este tema crucial para Mendoza, pero ningún camino ha sido transitado para bien. Al contrario, el saldo está lleno de negatividades y de falta de actualización a los tiempos que corren.   Se ha profundizado el desmantelamiento de la estructura del Ministerio de Cultura, se ha subsumido lo cultural a lo turístico se ha convocado a  ejercer de funcionarios de Cultura a personas  que trabajan de operadores políticos y no de Gestores Culturales, se han vaciado espacios y se ha carecido de cualquier atisbo de Diplomacia Cultural. 

Así las cosas, no debemos dejar de retomar el necesario debate para consolidar la Mendoza Cultural (MC) como motor de una Mendoza con Desarrollo Humano Integral (MDHI) 

Políticas transversales en Cultura

El mundo lleva varios años trabajando en políticas transversales en Cultura. El punto de partida es  que la  cultura constituye parte fundamental del proceso de expansión de libertades reales de los individuos para garantizar su plenitud. La capacidad de lograr dicha expansión distingue los procesos de desarrollo que las naciones generan. 

El Premio Nobel de Economía Amartya Sen distingue entre aquellas naciones que mantienen una noción restringida del desarrollo, entendiéndolo meramente como crecimiento económico, de aquellas que apuestan a una noción integral en la cual se encuentra la cultura como elemento constitutivo. Así el enfoque centrará su atención en la expansión de libertades como fin último más que en los medios utilizados. En palabras de Sen: “Si lo que promueve el desarrollo es la libertad, existen poderosos argumentos para concentrar los esfuerzos en ese objetivo general y no en algunos medios o en una lista de instrumentos especialmente elegida”.

Creatividad, conocimiento, curiosidad, amplitud de puntos de vista, respeto por lo diverso, son sólo algunos de los productos del desarrollo cultural de una comunidad, cuantificables quizá en términos económicos, pero ciertamente más importantes en tanto resultan puntos de partida básicos para imaginar cualquier estrategia sustentable de desarrollo humano en el mundo actual.Todas estas facetas positivas que la Cultura potencia en una sociedad deben ser contempladas a la hora de pensar Políticas Culturales ancladas en nuestro presente y lanzadas hacia el futuro.

Debemos superar el “más de lo mismo” y dejar atrás de una vez las Políticas Culturales de siglos pasados signadas por el Burocratismo, el Patrimonialismo, la Democratización, el Narcisismo estatal, la utilización emblemática de la Cultura por el partidismo político. Dado que la Cultura es parte del todo, del ambiente que nos rodea, de la economía, de los espacios turísticos, del deporte, de nuestra salud, de las leyes y de su aplicación, tenemos que perfeccionar el trabajo trasversal desde políticas consensuadas con todos los agentes que las llevan a delante. Y lo que es más importante: practicar la generosidad para compartir los presupuestos financieros para la ejecución de estas “transversales”. 

En algunos campos ya se viene trabajando en este sentido: 

Con Educación: Teatro en la Escuela, Orquestas y Coros Infantiles, Talleres artísticos Coprogramáticas, Cine y Videojuegos, Danzas y Música Folclórica, etc. 
Con Turismo y Ambiente: Fiestas patronales y religiosas, Fiestas de la Vendimia, Circuitos Culturales Turísticos, Valorización de espacios Tangibles patrimoniales, Rescate de Patrimonio Intangible y posicionamiento en nuevos productos turísticos.

Con Deporte: Campeonatos Evita de Cultura, Espectáculos en Vivo en los eventos deportivos, Políticas Antidiscriminación y de Genero en Deporte, Cine y Video deportivos, Asociatividad en Actividades de Cultura Urbana y Desarrollo Físico

En otros campos se está recién intentando experiencias:

Con Salud: cada Centro de Salud y cada Unidad Hospitalaria debe ser un espacio de Desarrollo Cultural: montaje de bibliotecas (en asociación o no con Bibliotecas Populares cercanas), elenco de títeres con personal médico o auxiliar; payamédicos, exhibición de cine, salas de artes visuales, coros locales con usuarios de centros de salud, talleres de danza, cerámica y otros si hay disponibilidad de espacios (está comprobado internacionalmente que un coro en un centro de salud reduce las consultas médicas en un 50%).

Con Seguridad: el debate en torno a la disminución de la inseguridad asociada al desarrollo cultural ya ha sido comprobado en Medellín. La acupuntura urbana, realizada en conjunto con las áreas de Obras Públicas, Seguridad, Educación, Deporte  y Cultura, implantando en zonas violentas y/o deprimidas, centros culturales, Bibliotecas, espacios deportivos y una amplia tarea multidisciplinar de profesionales,  genera soluciones duraderas y es menos costosa para el Estado que la represión primaria. 

Las Bibliotecas y la autorización para el funcionamiento de espacios y actividades comunitarias en Comisarías modifican el carácter repulsivo de algunos espacios relacionados con la seguridad ciudadana. 

Otra manera de gestionar la cultura pública 

Estas innovaciones que ya vienen siendo validadas en distintos espacios públicos del mundo, pueden ser exploradas y realizadas en Mendoza. 

Los distintos Ministerios deberían ir analizando la incorporación de Gestores Culturales, como Asesores de Gabinete Ministeriales para ir implementando estas políticas transversales. Y lo que es más importante: compartiendo parte de su presupuesto para la ejecución real de estas acciones conjuntas con el Ministerio de Cultura. A su vez, el Ministerio de Cultura debería transformarse en un  articulador de políticas públicas, generando asesoramiento, información, relevamientos, evaluaciones, iniciativas al conjunto de Ministerios y también al sector asociativo y privado. 

Mendocinos, a las cosas

La Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural de la UNESCO dice: “La cultura da al hombre  la  capacidad  de  reflexionar  sobre  sí  mismo.  Es ella la que hace  de  nosotros  seres  específicamente  humanos,  racionales,  críticos  y  éticamente comprometidos.  A través de  ella  discernimos  los  valores  y  efectuamos  opciones.  A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.”

“Del  mismo  modo  que  el  patrimonio  material  no  es  la  suma  total  de  las  posesiones físicas de una sociedad, el patrimonio inmaterial no es la enciclopedia de sus valores y tesoros intangibles; es un recurso que permite definir y expresar el patrimonio material y a partir del cual el paisaje inerte de los objetos y monumentos se transforma en registro vivo de valores culturales. Sin el patrimonio material, el inmaterial adquiere un carácter demasiado abstracto. Sin el patrimonio inmaterial, el material se convierte en objetos o sitios, quizá hermosos pero carentes de sentido”. En este sentido decimos, mendocinos a las cosas


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