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El acuerdo final de la COP 26 es un reconocimiento del problema del cambio climático por parte de la comunidad internacional, así como también una cantidad de metas y compromisos que ayudarán a mitigarlo. Sin duda que el objetivo principal sigue siendo evitar que el mundo se caliente más de 1,5 grados, algo que no está garantizado, más bien lo contrario, por eso la urgencia de abordar el problema profundamente y a nivel global.
En ese sentido, la cumbre simboliza una especie de revitalización del multilateralismo en asuntos vinculados al medio ambiente y cambio climático, que no deja de ser importante luego del retraimiento que se vivió en los últimos años. A su vez, puede servir de ejemplo acerca de cómo abordar otras cuestiones internacionales.
Luego de largas discusiones, la cumbre emitió un documento final que presenta algunos avances, aunque menores que los esperados por algunos especialistas u organizaciones defensoras del cuidado del medio ambiente. Fue firmado por los casi 200 países que participaron de la COP 26 y sus consideraciones representan una agenda global contra el cambio climático que se sostendrá durante toda la década.
Los acuerdos más importantes tienen que ver con compromisos para frenar la deforestación, reducir las emisiones de metano, contener la utilización de carbón y aumentar el financiamiento por parte de los países más ricos para los proyectos ambientales del resto del mundo. También fue importante y sorpresivo el anuncio conjunto de Estados Unidos y China de trabajo coordinado.
Lo representantes de más de 100 países se comprometieron a frenar la deforestación durante esta década. Eliminar la deforestación es vital para combatir el cambio climático, ya que los árboles absorben grandes cantidades de dióxido de carbono. Se contará con 19.000 millones de dólares para cumplir con esta iniciativa. Los firmantes poseen el 85 por ciento de los bosques del mundo.
También fue acordado por más de 100 países un programa para reducir el 30 por ciento de las emisiones actuales de metano para 2030. El gas metano es causante de un tercio del calentamiento producido por los seres humanos, que en su mayoría proviene de actividades como la cría de ganado y la eliminación de residuos.
En cuanto al carbón, uno de los mayores contribuyentes al cambio climático, más de 40 países, acordaron reducir su utilización. Además, por primera vez se menciona de forma explícita al carbón como fuente principal del calentamiento global.
En cuanto al financiamiento, los países ricos ya se habían comprometido hace años a aportar económicamente de manera que los países en desarrollo tengan recursos para afrontar la lucha contra el cambio climático. En ese sentido, se manifiesta la necesidad de aumentar el apoyo a las naciones en desarrollo por encima de los 100.000 millones de dólares anuales ya comprometidos. Por otra parte, más de 400 organizaciones financieras acordaron respaldar la energía limpia y otorgar financiamiento directo para industrias que se comprometan con la trasformación ecológica.
Tal vez la mayor sorpresa de la Cumbre fue la declaración conjunta de Estados Unidos y China, que se comprometieron a impulsar la cooperación en la próxima década en favor de frenar el cambio climático y trabajar juntos en la meta de 1,5 grados como aumento máximo de temperatura del planeta. Pero también acordaron tomar medidas en cuanto a las emisiones de metano, descarbonización de sus economías e impulsar fuertemente la transición energética hacia energías limpias.
Este compromiso es relevante porque se trata de las dos potencias más importantes de la actualidad y porque son los dos mayores emisores de dióxido de carbono y otros gases contaminantes. Es muy difícil lograr avances significativos sin que estos dos países trabajen en la misma dirección. Se trata, asimismo, de una señal positiva al sistema internacional de que los dos países más contaminantes y más grandes están comprometiéndose en coordinar medidas para favorecer un medio ambiente más protegido y saludable.
En la declaración final de la cumbre climática se insta a los países desarrollados a duplicar los fondos para que los países en desarrollo puedan adaptarse mejor al cambio climático. Además, se solicita a los Estados a actualizar a más tardar el año que viene sus metas de reducción de carbono para 2030 y se hace el llamado para reducir gradualmente el uso de carbón como fuente de energía.
El texto final sobre la reducción gradual, en lugar de la eliminación gradual, es para muchos analistas y activistas, demasiado débil. Por otro lado, no hay montos precisos sobre nueva financiación para los países en desarrollo y solo se habla de un incremento. El objetivo de la COP 26 era lograr compromisos y acciones para mantener el incremento de la temperatura global en 1,5 grados y evitar catástrofes climáticas. La meta final es seguir trabajando para llegar a emisiones netas cero en 2050.
En la dirección actual del mundo parece difícil de alcanzar. Aunque será mucho más difícil sin este tipo de acciones multilaterales.