¨El delito es multicausal, existe el delincuente natural, que nace con genética natural, podríamos estar debatiendo mucho sobre este tema¨, así escuchábamos al Gobernador Rodolfo Suarez, en una entrevista con la radio Mdz, con total impunidad demostrando desprecio y racismo. Apuntando, días antes de las elecciones, a la que el cree ¨la media clase¨ y subestima carente de valores e intelectualidad. 

Más aberrante aún, fueron sus dichos en torno a los Mapuches, cuando menciono que la Arístides Villanueva es ¨un atractivo turístico que ya es conocido mundialmente… territorio hostil es donde están los mapuches, que no están haciendo nada en el sur. Y que, si no paran, vamos a tener mapuches acá en la Arístides, pidiéndonos la Arístides, los van a desalojar a ustedes. Todas estas cuestiones hay que tomarlas con mucha seriedad, no con fanatismo ideológico¨.

Con altura y la voz quebrada, un integrante de la comunidad mapuche mendocina, le respondió ¨El primer punto, con respecto a la ¨condición genética a ser delincuentes¨, y en el segundo punto a decir que los mapuches somos los violentos, que en cualquier momento tenemos mapuches en la Arístides, le queremos decir al gobernador Suarez, que hay muchos mapuches en Mendoza. Según el ultimo censo del 2010, mas de ocho mil personas, entre ellos varios en las zonas de lo que actualmente es el Gran Mendoza. Y seguramente que alguno de nosotros cuando va (a Ciudad) entra a la casa de gobierno, no solamente tiene mapuches en la Arístides, también tiene mapuches visitándolo en la Casa de Gobierno. No a él, porque él no nos ha recibido nunca… La verdad que estas declaraciones son de un grado gravísimo institucional y obviamente vamos a accionar en el Inadi y actualmente, venimos anunciando hace tres días una decisión de la Suprema Corte de Justicia, que también sigue esa línea, con el segregacionismo y el colonialismo que ya no debería estar ene l siglo XXI, sobre todo con gobiernos o con partidos políticos que dicen ser el futuro. Atrasa de una manera increíble¨.

La peligrosidad del discurso de odio que utiliza, la gravedad de que un dirigente político se dirija al pueblo con palabras irracionales y agresivas, y que paradójicamente, mencione al fanatismo ideológico, del cual claramente está impregnado el oficialismo de la provincia, constituye una amenaza para los valores democráticos, la estabilidad social y la paz, que degenera en la incitación a la discriminación, la hostilidad y la violencia. Sin mencionar el grave menoscabo a los derechos de nuestros pueblos originarios, que no merecen más que ser incluidos y protegidos. 

Escuchar al gobernador, desligando al estado de total responsabilidad en las falencias sociales, me remonta a mis clases de derecho penal y criminología en la universidad, donde estudiábamos a Cesare Lombroso, el cual elaboro una teoría sobre los tipos de delincuentes que sirvió como herramienta para elaborar perfiles durante mucho tiempo (siglo XX). Sostenía que la criminalidad esta ligada a causas físicas y biológicas y defiende que un delito es el resultado de los impulsos o tendencias innatas de una persona y que pueden observarse ciertos rasgos físicos en los delincuentes habituales. Estos rasgos van desde asimetrías craneales hasta la forma de la mandíbula o las orejas.

El articulo 19 de la Declaración Universidad de los Derechos del Hombre dispone que ¨todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión¨, pero también menciona, que la libertad de expresión ¨entraña deberes y responsabilidades especiales¨ por lo cual está sujeto a restricciones, como las necesarias para respetar a los derechos o a la reputación de los demás o para proteger la seguridad nacional o la moral y el orden público. ¿Podemos decir entonces, que nuestro gobernador Rodolfo Suarez, actual candidato a senado (debate a parte la inconstitucionalidad de su candidatura), esta violando los derechos humanos y poniendo en riesgo la seguridad nacional? Los dichos hablan por si solos. 

Mientras nuestros países vecinos, avanzan hacia sociedades más inclusivas y equitativas, un sector de nuestro país parece querer retroceder a épocas de antaño, de xenofobia, racismo e intolerancia, a través de mecanismos de vigilancia, campañas de desinformación y de amenazas públicas de violencia.