_
Es harto sabido que toda interna que define candidaturas entraña, al menos, tensión y complejidad. Y eso es así porque en esa contienda se entrecruzan intereses políticos, egos personales, aspiraciones legítimas y de las otras, y voluntades contrariadas.
Las PASO que se dirimirán el próximo 12 de septiembre no serán la excepción. Aún con el contexto condicionante de la pandemia omnipresente, las definiciones que arrojará admiten lecturas importantes hacia el futuro inmediato (noviembre) y mediato (2023). Seguramente que asistiremos a comportamientos proselitistas probados en varias contiendas, las redes sociales, y algunos métodos inéditos que la militancia recreará para seguir contra viento, marea y virus.
Entre las novedades, ya no de las y los militantes sino de la más rancia jerarquía partidaria, de la que son parte Bullrich, Cornejo, Rodríguez Larreta, Pichetto y obviamente Macri, ha surgido una idea que se fluctúa entre lo pueril y lo grotesco: el código de convivencia del conglomerado de derecha, ahora denominado JUNTOS. Esta especie de pacto de no agresión pergeñado por los popes radicales y del Pro se sintetiza en un documento publicado recientemente bajo el desafortunado título de El Adversario es el Otro. Lo del adjetivo desafortuando no es casual, hace referencia al lema solidario La Patria es el Otro, enarbolado en el gobierno de Cristina como símbolo inclusivo y de reconocimiento de la alteridad para superar las falsas antinomias.
Los cultores del grietismo que integran distintas facciones de Juntos se vienen tirando con perdigones de grueso calibre: “fuego amigo” como le dicen. En verdad el documento pacificador es un esperpento seudo jurídico que pone en evidencia que el ex JxC es un espacio de confrontación que busca disimular sus disputas internas con un barniz opositor con fuerte gustillo neoliberal y alineamiento automático. En este documento no se alude a la deuda externa generada, a la destrucción de la industria ni a los tarifazos sistemáticos, por mencionar sólo alguna de las insensateces más padecidas por nuestros compatriotas durante el cuatrienio de Macri, entusiastamente acompañado por el radicalismo partidario.
Mendoza también es territorio de polémicas. En los Frentes conformados en la provincia se barajan impugnaciones que se impulsarán una vez oficializadas las listas por parte de la Justicia electoral. Entre ellas, las más importantes son la presencia del Gobernador Rodolfo Suárez como candidato suplente en la lista de Senadores (Juntos) y las denominadas listas cortas o colectoras que propuso el oficialismo partidario del Frente de Todos.
El supuesto “supremasismo moral” en el que se refugia a menudo el oficialismo mendocino, deberá dar explicaciones a sus propios adeptos por recurrir a estas fullerías, más allá de lo que diga la Justicia. Esta vez “los republicanos” se comieron el artículo 115 de la Constitución Provincial que prohíbe al gobernador ser electo senador nacional. Pero minimizan este detalle afirmando que la inclusión de Rodolfo Suarez en la boleta es solo “simbólica”. El lilito Gustavo Gutiérrez, menos afecto al simbolismo, impugnó la candidatura del gobernador. Deberá resolver el Juez Walter Bento, un magistrado procesado por encabezar una banda dedicada a coimear presos. Historias y paradojas de pago chico e infierno nada encantador.
En cuanto a las colectoras, la discusión es un poco más compleja porque la ley de PASO local las prohíbe pero, al adherir la provincia a la fecha nacional, algunos sostienen su plena legalidad por aplicación de las normativas federales.
Paradójicamente es el impugnado gobernador Suarez, secundado por Cornejo, quienes amenazan con hacer “bajar” ese tipo de lista ya que “hay que respetar la letra y espíritu de la ley”. La advertencia va dirigida contra el peronismo que lleva listas colectoras. Eso explica los afanes del oficialismo y la acusación dirigida al Frente de Todos de querer “forzar interpretaciones (legales) en pos de conveniencias políticas”.
Estos conatos no hacen más que mostrar a las claras que estamos en plena temporada electoral. Las estrategias ya se han dejado ver: para el radicalismo Cornejo y Suárez tratarán de poner en el Debe del balance, todas las acciones desarrolladas por el gobierno Nacional en materia sanitaria y económica, sin beneficio de inventario a sus idas y venidas respecto a las medidas de aislamiento, vacunación masiva, liberaciones parciales, apoyo al sector productivo y de servicios que la Nación implementó por múltiples mecanismos. Párrafo aparte merece la sobreactuación sin sentido respecto a la presencialidad educativa, sin brindar las seguridades del caso a una población que aún no ha sido inoculada. Un gesto de claro alineamiento a la política del gobierno porteño en la materia.
Queda poco más de un mes para las elecciones pero en los Frentes y partidos que aspiran a ser el tercero en discordia, ya están orejeando las cartas nerviosamente.