Columnistas // 2021-06-23
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Carta abierta a los jugadores de Gimnasia


Anoche nos robaron. En casa, a cara descubierta, delante de todos, con la televisión transmitiendo en vivo. No les importa nada, son desprolijos, groseros, torpes. Se cagaron en su trabajo, en todo el sacrificio que vienen haciendo desde hace meses, pero también en el de los hinchas que nos esforzamos pagando una cuota sin poder ir a ver al equipo. Muchos incluso acompañan haciendo ahora  aún más cosas que antes por el club. Nos robaron descaradamente.

Y no va a ser la última vez. Se han dado cuenta que ustedes son una amenaza para sus planes, que con humildad pueden más que todo el peso político en la AFA o que esos planteles que nos triplican en presupuesto. Les tienen miedo. Esto  recién empieza, lo de anoche fue solo una muestra, les van a cobrar penales en contra, anular goles clarísimos y a expulsar jugadores sin razón.

No se desanimen, traguen veneno y sigan. Vamos a ir de punto contra todo. No importa. El Diego nos enseñó que en el fútbol es válido revelarse ante los poderosos, pero sobre todo, disfrutar de hacer lo que se ama. Y ustedes aman esto. No puteen al árbitro, no se peleen con giles, no perdamos lo más sagrado que tenemos, ese fuego que los llevó cuando eran chicos a dejar todo para poder llegar a primera, a cumplir su sueño, a ir por más siempre. No dejemos de creer en lo más sagrado, ni aún en las peores y contra todo pronóstico.

Sean irreverentes, atrevidos, pícaros: jueguen a la pelota. En Gimnasia siempre ha sido esa nuestra única arma, la pelota al piso.  Revelense adentro de la cancha, ahí donde hasta los más poderosos caen. Toquen, toquen y toquen... vuélvanlos locos, que no entiendan lo que les está pasando. Cuando todo sea más injusto, ustedes jueguen. Esa ha sido siempre nuestra venganza, jugar. Esa es nuestra historia y nuestra identidad, lo demostraron hace tiempo

El Víctor y Los Compadres, quedaron en la historia haciendo lo que más aman. No se trata de un romanticismo ingenuo por un tiempo pasado, se trata de retomar lo más  revolucionario que tenemos, lo único que nunca nos van a poder robar: el amor por la pelota. En tiempos de dolor y de injusticia la revolución es devolver siempre una pared a los que creen en nosotros. ¡Sean revolucionarios, vayan por todo! Jueguen a la pelota, y queden en la historia, por amar lo que hacen.

Gabriel Jimenez - Socio n° 3927 - Mendoza, junio 2021.


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