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“La solidaridad es una cuestión de justicia”
(Papa Francisco)
El pasado veintiocho de agosto, el Bloque oficialista, Frente de Todos, presentó en la Cámara de Diputados de la Nación, el proyecto de Ley denominado “Aporte Solidario y Extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia”.
La primera cuestión que debe destacarse de este proyecto es que el Estado apela a la solidaridad de un sector de la sociedad argentina, al que podría considerarse privilegiado, para hacer frente a los efectos dañinos que ha provocado la pandemia en el país, requiriéndole un aporte económico extraordinario.
En consonancia con lo anterior, es decir, al destacar la solidaridad como punto de partida para afrontar los problemas de la comunidad, el 2 de septiembre de 2020, en la Audiencia General que celebró el Papa Francisco con la presencia de feligreses [después de más de seis meses de que esta actividad estuvo suspendida], el Papa destacó la dinámica de la solidaridad, afirmando en su alocución que “esta nos enseña que sólo siendo solidarios podremos salir adelante, pues de lo contrario surgen desigualdad, egoísmo, injusticia y marginación”.
También afirmó el Santo Padre que “no hay solidaridad que se ubique fuera de la justicia, al contrario, la solidaridad es una cuestión de justicia, un cambio de mentalidad que nos conduzca a pensar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes de parte de unos pocos”. Y en relación a la pandemia el Papa aseveró: “para salir mejor de esta crisis, debemos hacerlo juntos, en solidaridad”.
La solidaridad como principio rector de una comunidad organizada apunta a consolidar la esperanza de fraternidad humana.
La iniciativa tiene como objetivos principales: a) adoptar medidas para la protección de personas afectadas por la pandemia, impulsando la satisfacción de necesidades básicas como la salud y la alimentación; y b) minimizar los impactos negativos en el empleo y en las condiciones productivas de la Nación, apuntando a una rápida recuperación después de la pandemia. Lo anterior, no desconoce ni minimiza los esfuerzos realizados por el Estado Nacional hasta el momento, con el fin de garantizar la salud de la población, el ingreso de los hogares y la preservación del empleo, pero la continuidad de estas políticas públicas necesita de mayor cantidad de recursos para su continuidad y su ejecución, motivo por el cual la propuesta es necesaria y su aprobación debe ser una prioridad.
Nuestro orden constitucional y legal, permiten adoptar medidas excepcionales, como este aporte solidario, extraordinario y por única vez, como una respuesta que la propia sociedad construye bajo los principios de equidad y solidaridad, que para este caso pretende que los propietarios de grandes patrimonios colaboren y ayuden a sus conciudadanos. Incluso, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ha establecido parámetros para que prosperen este tipo de iniciativas. Ha dicho el Alto Tribunal, que podrán crearse y requerirse aportes extraordinarios y excepcionales cuando estos sean razonables y adecuados a los fines que procuran alcanzar, y que sean acordes con la situación crítica que buscan conjurar, características que sin dudas están presentes en el aporte solidario que pretende establecer el Estado Nacional y, por lo expresado, debería disminuir o eliminar cualquier riesgo de su impugnación ante la justicia.
Un aspecto destacado y esencial de la propuesta, que evitará discusiones y extensas explicaciones, es que los fondos recaudados tienen destinos específicos para ser invertidos, evitándose de esta forma que se acuse el gobierno de pretender hacer un manejo político o clientelar del dinero percibido. El texto de la propuesta indica que lo recaudado será aplicado a lo siguiente: A) compra y/o elaboración de equipamiento médico, elementos de protección, medicamentos, vacunas y todo otro insumo crítico para la prevención y asistencia sanitaria para combatir la pandemia. B) Subsidios para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, para sostener el empleo y las remuneraciones de sus trabajadores, además, para intentar resolver los problemas productivos, financieros y fiscales de este sector económico. C) Al programa de Becas Progresar, que acompaña a las y los estudiantes con un incentivo económico y estímulo personal en todos los niveles de formación. El objetivo del Progresar es acompañar a los y las jóvenes para que concluyan sus estudios primarios y secundarios, continúen en la educación superior, se formen profesionalmente, y logren su desarrollo personal. D) A los habitantes de barrios populares identificados en el Registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana (RENABAP), mediante un conjunto de acciones para mejorar y ampliar el equipamiento social y la infraestructura, el acceso a los servicios, el tratamiento de los espacios libres y públicos, la accesibilidad y conectividad, el saneamiento y mitigación ambiental, el fortalecimiento de las actividades económicas familiares, y la regularización del estado de dominio de los terrenos y viviendas, entre otras acciones. E) A programas de exploración, desarrollo y producción de gas natural, actividad de interés público nacional, con la obligación de reinvertir las utilidades provenientes de esos proyectos. Como se puede advertir, la inversión de los fondos percibidos tiene como objetivo atender situaciones que requieren atención inmediata, apuntando mayormente a la atención de los sectores menos favorecidos de la sociedad, observándose claramente el cariz solidario de la propuesta; que además, promoverán reactivación económica, que será necesaria para mitigar los efectos de la pandemia y de las políticas económicas y sociales aplicadas durante el período 2015-2019.
La aprobación de esta iniciativa por parte del Congreso Nacional, significará el desarrollo y ejecución de diversas políticas públicas, que además están enmarcadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS- establecidos por las Naciones Unidas, como medidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad. La aprobación del Aporte Solidario y Extraordinario para Ayudar a Morigerar los Efectos de la Pandemia, impulsará al Estado argentino a cumplir los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible: El uno, Fin de la Pobreza; el tres, Salud y Bienestar; el cuatro, Educación de Calidad; el seis, Agua Limpia y Saneamiento; el ocho, Trabajo Decente y Crecimiento Económico; el nueve, Industria, Innovación e Infraestructura; el diez, Reducción de las Desigualdades; y el doce, Producción y Consumo Responsables. Cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, no sólo significará honrar los compromisos internacionales asumidos por el Estado argentino, sino que representará equidad, igualdad y ampliación de derechos en nuestra sociedad.
Finalmente, al analizar esta propuesta y reflexionar sobre los efectos positivos que tendrá en la sociedad argentina, estamos frente a una oportunidad que no deberíamos dejar pasar, primero, porque podemos situar a la solidaridad como un principio rector de nuestras relaciones sociales [la unidad nos da la fuerza, la solidaridad la cohesión, decía Perón], y además, porque podemos evitar repetir experiencias amargas del pasado [Viene a mi memoria la triste frase inmortalizada por Juan Carlos Pugliese, Ministro de Economía de Raúl Alfonsín, quien en un contexto de grave crisis económica y ante la reacción desfavorable a sus pedidos, manifestó: “Les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo”].
Esperamos que la discusión democrática y la convicción del gobierno de promover y ejecutar las políticas públicas que se originen con el Aporte Solidario y Extraordinario para Ayudar a Morigerar los Efectos de la Pandemia, se conviertan en una realidad que concrete el Parlamento argentino, porque donde existe una necesidad, nace un derecho.