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El debate acerca de la Fiesta Nacional del Vendimia debe integrar todo el paquete de verano: Festivales Folclóricos Departamentales, Fiestas de la Vendimia Barriales, Distritales, Departamentales y la Nacional. También es necesario analizar que haremos con las actividades conexas: Ferias, Parque en Vendimia, Jazz en el Lago, Rock en Vendimia, Música Clásica por los Caminos del Vino, etc.
No solo la Fiesta Central debe ser objeto de análisis y de búsqueda de soluciones, en virtud de la situación de pandemia que nos toque recorrer en verano, sino también todos los eventos que hacen a la oferta turística y al posicionamiento de Mendoza en el orden nacional e internacional.
Caer en soluciones facilistas, para sacarse de encima el problema, no creo que sea el camino que los mendocinos queremos transitar.
La Cultura Provincial, en donde entran todos los festejos vendímiales, no es propiedad ni del Gobierno, ni de los artistas, ni de los municipios, ni de los empresarios, sino de todos los mendocinos, en tanto protagonistas y portadores de esa cultura: Por ello el debate y las ideas para buscar los mecanismos y los recursos para desarrollarla, nos convoca a todos por igual.
Ya en otras notas hemos planteado posibles mecanismos para administrar y gestionar la Fiesta y acompañado bocetos de ideas que pueden ser aplicables en situación de pandemia, con protocolos adecuados.
Impacto económico del Verano Vendimia
En números gruesos la inversión que requieren las propuestas artístico-culturales del verano mendocino (Festivales, Fiestas Departamentales, Fiesta Nacional, actividades varias complementarias) puede alcanzar a los 600 millones de pesos. La Fiesta Nacional en sus cuatro días requiere unos 350 millones. Estas cifras serían si seguimos utilizando el formato 2020 de la Fiesta. Pero habida cuenta de la situación pandémica y los posibles protocolos a elaborar para su realización cumpliendo con los cuidados sanitarios, se reduciría en un porcentaje importante esa inversión histórica. Esto implica menos artistas en escena, escenarios no tan faraónicos, utilización más racional de las nuevas tecnologías, ahorro en gastos de agasajos e invitados, etc.
También es importante señalar, que dependerá de la situación sanitaria, el flujo turístico a disponer. Y eso afectará a las divisas que entren a Mendoza. Se presume, que sin vacuna, tendremos una merma importante, pero también, si se hacen las cosas bien y se comienza a trabajar desde ahora, se podría posicionar a Mendoza como lugar sanitariamente seguro.
Si en 2020 tuvimos un flujo aproximado de 75.000 turistas en los 4 días de la Fiesta Nacional, gastando $ 12.000 los 4 días, obtenemos una cifra nada desdeñable: 900 millones de pesos.
Es probable que esta temporada 2021 no se alcancen esas cifras de ingresos de visitantes, pero se puede estimar que en todo el verano, puedan ingresar en Mendoza, unos 1400 millones de pesos, pensando en atraer 35.000 turistas entre diciembre y febrero y 35.000 más para la Fiesta Nacional ; que gasten 20.000 cada uno, por los 4 días de estadía promedio.
En lo laboral y generación de empleo temporario, Verano Vendimia es muy importante. Puede multiplicar por cinco la demanda laboral en tiempos normales. Y si ya hemos desarrollado protocolos adecuados y hemos aprendido a cuidarnos y cuidar a los otros, puede convertirse en un gran alivio a tantos meses de disminución del trabajo y de merma de ingresos para los mendocinos.
Tener en cuenta estos números aproximados y tentativos, nos permite pensar al Verano Vendimia como una gran oportunidad para Mendoza, que debe ser debatida y trabajada entre todos los sectores involucrados: Gobierno, Municipios, sector cultural, sector económico, sector institucional y sector no económico.
Sin ser pesimista ni optimista, el debate debe ser intentado desde ya, para ir evaluando como se perfilan los posibles escenarios: sanitarios, económicos y culturales, e ir tomando decisiones en función del devenir de ellos.
Nota originalmente publicada en Cuerdas Creativas.