Columnistas // 2020-04-23
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Distanciados pero organizados
La pandemia requiere aislamiento para hacerle frente, pero no desde lo individual ni el egoísmo, sino desde el movimiento popular, organizado y colectivo.


En abril de 1949 en la provincia de Mendoza, Juan Perón cerraba el Primer Congreso Argentino de Filosofía en la Universidad Nacional de Cuyo, exponiendo "la Comunidad Organizada". Había finalizado la 2° Guerra Mundial, el globo se dividía entre dos potencias, comenzaba la guerra fría. En Argentina el pueblo llegaba a la posición de gobierno tras la rebeldía y la insurrección del 17 de octubre de 1945, que se materializó en las urnas el 24 de febrero de 1946, cuando el peronismo venció a todo el bloque oligárquico apoyado por la embajada estadounidense con el 53,48% de los votos.

El Presidente de la República Argentina planteó en el congreso que "la sociedad y el hombre se enfrentan con la crisis de valores más profunda acaso de cuantas su evolución ha registrado", palabras que en estos días cobran fuerza y vigencia profética en un mundo que enfrenta una pandemia global. En el cual todo lo conocido y preestablecido cruje, las recetas parecen desintegrarse, la incertidumbre y la polvareda se apoderan de la sabiduría.

Hoy el sistema capitalista, nos ha mandado a nuestras casas, está profundizando la ruptura de las relaciones sociales mediadas por el vínculo humano y nos ha empujado a vivir a través de la virtualidad. Conscientes de que cada acción en estos tiempos producirá marcas, moldes, reacciones, movimientos; que darán la forma del nuevo mundo que ya está naciendo. En este momento "el no hacer nada", el "aislarse individualmente" o "alienarse celularmente" entre lo propio no puede ser nuestra respuesta. Por el contrario, debemos convertirnos en protagonistas responsables de dar respuestas de manera colectiva y organizada, de tomar la virtualidad como tomamos las calles; de poner nuestra ciencia a encontrar acciones que nos permitan construir, unidos y organizados, el nuevo mundo que inexorablemente está naciendo.

Un virus que no da treguas, y el COVID -19

Los especialistas sostienen que el coronavirus tiene un gran impacto dada su alta tasa de contagio y diseminación. Por lo que resulta fundamental tomar medidas contundentes, rápidas y efectivas, ser muy claros en la comunicación, disminuir el pánico y el trauma colectivo. Acciones tendientes a disminuir la circulación viral, que encuentran la solución con el aislamiento social.

Los gobernantes de algunos países proponen priorizar y "cuidar" la economía, basadas en la teoría de la "inmunidad del rebaño". Otras propuestas tienen su asiento en la economía, el individuo o en la familia como unidad celular. Ninguna propone una salida colectiva y organizada. Se asienta en el egoísmo individual, se aferra al "yo" y los "míos", profundiza valores individuales, encuentra en el aislamiento una posibilidad de aislarnos, de romper las relaciones políticas y sociales construidas. Se aferran a la esperanza de que nada cambie, aunque lo único certero es que postpandemia ya nada será igual.

Por su parte, Alberto Fernández tomó la decisión de cuidar la vida de las y los argentinos por sobre la economía y el mercado. A poco más de tres meses de asumir como presidente tuvo que hacer frente a uno de los desafíos más grande de la humanidad, con un país arrasado por el neoliberalismo y las políticas del gobierno anterior de la Alianza Cambiemos, que promovió una gran desinversión de los organismos e instituciones del Estado, entre ellas, las vinculadas a la salud pública.

En la provincia de Mendoza, la que tomó la posta fue la Senadora Nacional Anabel Fernández Sagasti, que en sintonía con el presidente de la nación desarrolla un rol activo para combatir la pandemia solidaria y organizadamente. Lo cual se materializa en el apoyo al programa RESPALDAR, que articula con ministerios nacionales -principalmente el de Agricultura, Ganadería y Pesca-, el cual promueve la venta directa de alimentos desde organizaciones de productores a los consumidores, mientras los grandes empresarios especulaban con el plato de comida de la gente. Otros ejemplos son la gestión de respiradores con el Ministro de Salud, Ginés González García, alrededor de 16, por ahora; o las promoción de becas educativas para conseguir cuadernillos o datos de internet para que las y los niños y jóvenes en condiciones de pobreza, puedan acceder a la educación en tiempos de cuarentena; o la asistencia a trabajadoras y trabajadores rurales, "golondrinas", varados en la terminal sin poder regresar a sus provincias de origen. Acciones políticas basadas en la organización y la solidaridad de la comunidad.

El golpe de coronación

Tal como lo decía Perón, en la Comunidad Organizada, es preciso caminar al ritmo de los más rápidos. Y así lo haremos. Vivimos un momento de crisis que supone una oportunidad. La clase de los de arriba entró en una disputa que supone, o sostener el status quo o avanzar hacia un nuevo orden mundial que supondrá mayor explotación.

Ante las nuevas herramientas que la ciencia y el conocimiento han puesto a disposición de la humanidad, el peligro del surgimiento de un sistema dominante más injusto socialmente, menos soberano y más colonizador de los pueblos, es inminente. Las clases subalternas, los y las trabajadoras debemos volver a construir desde nuestra comunidad y territorio una alternativa a este modelo de exclusión y hambre. Será la liberación en lo político, en lo económico, en lo social-cultural, en lo científico-tecnológico, en el manejo de los recursos naturales y en la base institucional lo que nos conduzca a construir una organización comunal. Una comunidad parada sobre la justicia social y la soberanía económica y en red universal, nunca aislada.

Entonces, surge el imperioso desafío de volvernos comunidad organizada en lo local, pero a su vez ganar lo global. Tenemos herramientas como la virtualidad, que ya estamos caminando; hay que invadirlas de nuestro proyecto popular, de nuestras consignas, de nuestras tareas.

Sin lugar a dudas habrá un antes y un después de esta pandemia. El impacto es sistémico. Todo cruje, ante el cambio de hábitos y relaciones socioproductivas. El sistema educativo tal cual lo conocemos con un docente frente a un aula con 30 o 40 alumnos hoy es suplantado por un dispositivo electrónico y tareas en casa, las compras on line y la distribución de la mercadería, las "reuniones sociales", la atención primaria de la salud, la verificación de constantes fisiológicas como temperatura, frecuencia cardíaca y respiratoria, presión arterial, pautas de ejercicio, tiempos de hidratación hoy pueden ser mediados por dispositivos individuales y controlados desde una red, todo lo real y lo biológico unido a lo virtual; por mencionar algunas, son relaciones socio económicas que han cambiado para siempre.

Surgen nuevos valores y nuevas posibilidades, que nos exige poder repensar nuestras formas de organización y las maneras de llevarlas a cabo. Se acerca el surgimiento desde las raíces de los pueblos libres, brota desde la semilla de las organizaciones del pueblo las respuestas: cuarentena colectiva y organizada, unidad en la concepción y la acción. Distanciados si, aislados jamás. 


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