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Un gran número de empresas han parado por la pandemia de COVID-19 y las perspectivas económicas actuales son negativas para la economía global. En cuanto al comercio internacional, la guerra comercial debilitó los flujos comerciales del mundo en los últimos dos años. A esto, se suma el brote de COVID-19 que ha mermado aún más esta tendencia negativa. Las cadenas productivas internacionales se han fracturado, ya que China es el principal productor en el comercio internacional, el principal exportador y el segundo mayor importador del mundo. Igualmente es el eslabón central de cinco ramas productivas: farmoquímica, automotriz, aeronáutica, electrónica y telecomunicaciones; y de algunas de las principales cadenas de suministros en el mundo.
Esta circunstancia se expresa, principalmente de dos formas, desde un sentido financiero y un sentido real. En el plano financiero se ha visto un desplome de las bolsas de valores por las perspectivas adversas que se prevén en el sector real. Para paliar los efectos negativos previsibles, el gobierno estadounidense aprobó una inyección de liquidez por parte de la Reserva Federal estadounidense (FED) incluso superior a la ejecutada en la crisis de 2008-2009. Asimismo, redujeron la tasa de interés (Federal funds rate) a niveles mínimos (entre 0 y 0.25%) que en términos reales son negativas, el 15 de marzo de 2020; y se inyecta liquidez al sistema mediante la compra de deuda pública por aproximadamente 700,000 millones de dólares. Destaca también dos billones de dólares aprobados por el senado estadounidense para pagos directos a personas sin ingresos, mejorar la amplitud del seguro de desempleo, y fortalecer los servicios médicos básicos. Asimismo, la FED ha ampliado recientemente la línea crediticia de swaps de divisas, para estabilizar los tipos de cambio de sus principales socios ante una caída potencial de sus monedas. Entre estos están Corea, Japón, México, Reino Unido, Suiza, Unión Europea, Canadá, Australia, Dinamarca, Suecia y Brasil. China también ha introducido un mecanismo de swaps en renminbi con sus principales socios en Asia.
Una reducción en la tasa de interés de la FED en el pasado significó un efecto inverso en los precios de los commodities en lo que se conoce como un efecto de arbitraje. Esta vez, dadas las perspectivas adversas de crecimiento de las economías se espera menor demanda de los insumos y por tanto los precios futuros de las materias primas han bajado en vez de subir. Sin embargo, el rescate financiero parece estar cambiando la tendencia de precios sin cambiar la estructura de demanda real de los commodities físicos. La tendencia de los precios de los principales commodities es descendente desde el 2011, con un leve respiro cuando comenzaron a bajar las tasas de interés. Sin embargo, los precios nunca se recuperaron y ahora se encuentran en retroceso camino a niveles menores que entonces.
Esta tendencia no ha cambiado a pesar de la