Columnistas // 2019-08-24
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¿En qué nos estamos convirtiendo?
Por qué un hombre de 70 años necesita robar un queso, dos chocolates y una botella de aceite?, ¿qué derechos le fueron “robados” de poder acceder a un retiro tranquilo y seguro, que permita tener una vida digna?, se pregunta la autora de esta nota.


 Un mayor con demencia senil fue asesinado por la guardia pretoriana de Coto. 

Un chocolate, aceite y un pedazo de queso, ¿Vale una vida en Argentina?

¿En qué nos estamos convirtiendo en Argentina?

Leí comentarios del tipo “No Robaras”... “Robar es pecado”... Unos comentarios escalofriantes provenientes de un pensamiento “pseudocristiano berreta, deformado y capitalizado...

Por las vueltas de la vida más la curiosidad en aprender y entender, estudié unos años de teología en el Isedet, el instituto universitario protestante, tuve excelentes docentes; algunos como César Gogorza, profesor de Misión y Ministerio, y Jerónimo Granados, en ese entonces rector, hoy amigos. Otros los guardo con mucho cariño en mis recuerdos de ese camino. Compañeros de estudios, hoy Pastores en diferentes comunidades, de las iglesias Luteranas, Anglicanas y Reformada, que compartirán este pensamiento...

Primeramente tenemos que “descosificar” a la víctima, ya que tenía una identidad, era un ser humano que se llamaba Vicente Luis Ferrer.

Luego entender: ¿Por qué un hombre de 70 años necesita robar un queso, dos chocolates y una botella de aceite? ¿Qué derechos le fueron “robados” a él de poder acceder a un retiro tranquilo y seguro, que permita tener una vida digna?

Desde el estudio de la teología cristiana, Jesús no solo lo hubiera perdonado, le hubiera dado lo que necesitaba y a su vez, hubiera reprochado a los guardias, pero más aún a Coto, por enriquecerse desmesuradamente con la venta de alimentos. 

¿Por qué? El “negocio supermercadista” es muy cruel y salvaje, son los “intermediarios” los que se llevan las mayores ganancias del sistema productivo y fijan los precios, y eso se logra apretando los precios de compra a los productores para obtener mayores ganancias, y pagando cuando se le da la gana a esos mismos productores aprovechando la crisis, y sobre todo la especulación financiera con los vaivenes del dólar. Para que podemos entender son una parte importante en el origen de la inflación y sumado a gobiernos que alientan estas prácticas, son la causa de la desprotección de nuestros mayores.

En nombre del cristianismo no se entiende todavía en el siglo XXI cuál es el verdadero espíritu de Jesús de cuidar y proteger al más débil; leen los evangelios, el viejo testamento derivado de la Torah, sin comprender y recitan de memoria sin entender. 

Como corolario, tenemos un serio problema como sociedad, nos estamos suicidando. Elegir gobiernos insensibles, que se basan solo en costos y beneficios que alientan la violencia sobre la educación y el bienestar social, provocan que tod@s con nuestra indiferencia seamos cómplices del asesinato de Vicente Luis Ferrer. Guiamos esos puños y esas patadas sobre su cuerpo. Coto fue simplemente el ejecutor de nuestra indiferencia.


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